La Sustentabilidad también está en mí
Sí, al parecer la sustentabilidad comienza a estar en todas partes. Ya no es sólo un grupo de soñadores los que están impulsando una serie …
Sí, al parecer la sustentabilidad comienza a estar en todas partes. Ya no es sólo un grupo de soñadores los que están impulsando una serie …
El tiempo como lo entendíamos casi no existe, nos queda poco de él para todo. No cabe duda que los estudios de tendencias sobre cómo serán las sociedades de aquí a 10 años, o los planes estratégicos empresariales se desactualizan con una rapidez en ocasiones difícil de manejar.
Las mujeres somos el 50 por ciento de Chile. Nos consideran responsables, trabajadoras, claves para el crecimiento de la economía de nuestro país; sin embargo, seguimos desprotegidas y discriminadas.
Empieza un nuevo año, por lo menos marzo tiene ese significado para los chilenos. Y nuestros medios de comunicación, junto a los que tienen voces públicas, se engarzan a los ánimos de un grupo de ciudadanos que nos lleva a embarcarnos en una desazón ya casi aprendida. Pareciera que el estilo correcto de vivir es desde la vereda de lo negativo y de augurar lo peor para este país.
En Chile, un gran grupo de quienes concentran el poder en los diferentes ámbitos siguen manifestando una tozudez mental digna de un niño de tres años, edad en que reina la obstinación.
Así estamos todos los chilenos y chilenas, dándonos golpes contra las paredes del laberinto hacia el desarrollo que creímos íbamos a ser capaces de atravesar en la segunda década del siglo XXI.
“Todo parte con un gran sueño”, esta fue la convocatoria de Asexma este año 2016, y no puedo dejar de preguntarme cuál es el gran sueño que tienen para la integración de la mujer en el mundo laboral.
Son más de 20 años de trabajo en Chile desde PROhumana, con el objetivo de forjar un país con equilibrios económicos, sociales y ambientales. Navegando entre lo pragmático del crecimiento y la rentabilidad económica; la viabilidad de nuestro planeta y de Chile en el escenario político y económico global.
El elástico de la inequidad social se cortó, lo estiramos y lo estiramos, esperando que cada persona aguantara con la esperanza de que el chorreo iba a ocurrir algún día, que la justicia social sucedería y que la calidad de la educación sería una realidad.
Llevamos un tiempo con malas cifras, con malas noticias, con disputas entre los poderosos, con cifras de contaminación en muchas ciudades de Chile, y suma y sigue la lista.
Eso sí no olvidemos que ganamos la Copa América, aunque fue como una ráfaga de viento suave que nos rozó y de paso despabiló nuestra desazón.