De un modo u otro, una gran mayoría no hemos dejado atrapar por momentos en esa mala vibra anímica, en esa desconfianza aprendida en nuestra gente, en nuestro gobierno, en nuestros empresarios, en nuestra sociedad.
Entonces surge la pregunta: ¿Es adecuado permitir que la telaraña de las intrigas nos atrape en nuestro vivir? Debo reconocer que me detuve a reflexionar y tome una opción, no aceptar más que la mala vibra se haga parte de mi emocionalidad con respecto a mi país. Así es, me mudé de ventana para observar y vincularme con la realidad de Chile desde otro ángulo.
Lo dicho anteriormente tiene mucho de obvio, pero de serlo tanto dejamos de tomar la distancia necesaria para cuestionarnos cómo vivimos y cómo actuamos. Estamos tan metidos en la matrix del descontento y la denuncia, que nos acomodamos en ese espacio y así se pasan los meses y el desencanto va inundando nuestro hacer y sentir.
No cabe duda, que si queremos salir del caos establecido en el cual vivimos, es una buena opción situarse desde otro lugar, ya que nos permite salir de lo que no resulta, lo que no se hizo o lo que no se ha realizado adecuadamente. Desde una perspectiva creativa se abren nuevos por qué y oportunidades de crear y buscar nuevas alternativas de vincularnos con nuestra sociedad.
Aún más, el cambiarse de ventana para observar y participar de la realidad nacional nos permite alejarnos de los discursos populistas que se sustentan en la incomodidad y el caos de los cuales se ha convencido a las personas en la que se vive. Finalmente, esta es una invitación a vivir de forma más consciente.
Hace poco leía un artículo que mencionaba algo positivo de los Millennials que los sacaba de los estereotipos negativos y planteaba que es la generación más consciente en su modo de vivir en la historia de la humanidad, razón por la cual es más exigente.
Tal vez estos jóvenes producto de haber sido más respetados por sus progenitores han podido ser más libres en su modo de ser y pensar, y eso los hace estar fuera de la caja, y plantear otras opciones para vivir. Podríamos jugar a la conspiración y especular que a lo mejor por eso al mundo de los negocios y el político les cuesta tanto adaptarse a ellos/as y se toman la vía corta de generar una larga lista de prejuicios que no permiten verlos tal como son.
Por cierto, están pasando muchas acciones muy atractivas y “fuera de la caja” en nuestro país, la ciudadanía se está organizando, personas entre los 20 y 30, y sobre los 45 son los emprendedores de Chile, están construyendo un país diferente, más conectado y con mayor confianza. En el fondo es una decisión de cada una/o de nosotros desde qué ventana observa la realidad.
Por último, ojalá ayer 15 de marzo de 2017 hayamos sido parte de la convocatoria de no entrar a los estacionamientos pagados, ya que tal como lo dijo nuestro propio Ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, las empresas de ese sector se subieron por el chorro. Como lo decía Schumacher lo pequeño es hermoso, entonces pequeños actos ciudadanos construyen un país hermoso.
Artículo publicado inicialmente en ellibero.cl
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