1.

¿Cuàndo se cumplieron 50 años del fin de la Segunda Guerra Mundial? Si la convención dice que ella se terminó en 1945, entonces la fecha da: 1995. Ustedes, los europeos, llaman en general a la fecha “Día de la victoria” –porque, oficialmente, hay ganadores (y, como han dicho varios filósofos: “la historia la escriben los ganadores”; no solamente la historia, prácticamente toda hegemonía se asocia con una victoria societal; asì, la hegemonía de la institución del calendario llamado Gregoriano –y esos números, 1945, 1995, etc.)..

Y, ademàs, ¿cuàndo hay que conmemorar los 50 años del comienzo de esa guerra? Pues sería el 8 de agosto de 1989.

En agosto de 1989, en Chile, Augusto Pinochet usaba el título de Presidente de Chile, y le quedaban aun 7 meses en esa posición. Este mes de septiembre de 2023, nosotros en Chile estamos conmemorando los 50 años del golpe de Estado contra Salvador Allende.

2. ¿Què puede resultar màs significante para nosotr@s chilen@s, la fecha de inicio o la fecha del fin –en este caso, de la Segunda Guerra–, respecto de la fecha de conmemoración que nos ocupa?

Pues, los europeos ya habían tenido una anterior “guerra mundial”, mientras los chilen@s no recordábamos siquiera què cosa era un “golpe militar” el año 1973

Después del 11 de septiembre, fecha de inicio, fueron 16 años -y casi 17-, de dictadura. Solamente en marzo de 1990 hemos tenido nuevamente un Presidente elegido en un proceso democrático.

Y no podemos dejar de permanecer en este modo filosofante de la historicidad: todas las fechas son convenciones y han derivado de marcas de luchas entre grupos humanos e instituciones contrapuestas. Todo esto apenas ha ocurrido “en el tiempo”, y en un “tiempo lineal, progresivo, irreversible” –notas de la historicidad que nos es “evidente” solo en Occidente.

3. Si el “Día de la victoria” es màs una celebración que una conmemoración, nosotros los chilen@s (ciertos de entre los chilen@s), habrìamos de esperar el 2040…

Si conmemoramos en Chile este 11 de septiembre de 2023 -pues no podemos celebrar el golpe-, lo hacemos en emociones tremendas, dolorosas y a veces, confundidas. Y varios de los conflictos radicales de ese año del siglo pasado (“siglo” es el latìn saeculum, “una generación humana”), persisten y los odios también.

Pero nuestro gobierno ha usado esa palabra “conmemoración” para que lo político-hegemònico en ella señale, màs bien, acciones de recogimiento ante la enormidad que nos sucedió en este país ese septiembre.

4. Que solamente comenzó a sucedernos. Asì como en 1939 solo comenzó la guerra, en 1973 sòlo comenzó la dictadura. Y si aquella durò 6 años aproximadamente, èsta casi 17 años…

Se nos desapareció la “tradición democrática de Chile”, y la escribo con comillas porque la expresión implica varias interpretaciones bastante contrapuestas. Para un@s, al parecer, había una “democracia liberal”; para otr@s había una “democracia formal (burguesa)”.

Poco debate hay, después, respecto del nombre “dictadura”. Tampoco hay mucho debate respecto del nombre “detenidos desaparecidos”. Esa experiencia del horror societal se ha apoderado de nuestra historia con intensidades tal vez desconocidas en Chile.

5. Este 11 de septiembre de 2023, a Santiago llegaràn los Presidentes de Mèxico, de Argentina, de Brazil, de Uruguay, de Colombia, y de Portugal. Llegaràn, también 4 ex-mandatarios: dos de Colombia, uno de Finlandia y el gran Pepe Mújica del Uruguay.

Gabriel Boric està llamando a la sociedad chilena a firmar una “declaración nacional por los 50 años del golpe”. Es decir, a la sociedad en tanto sus organizaciones políticas de todos lados: a las instituciones que dominan el espectro de las tendencias y orientaciones doctrinales actuales en el siglo XXI.

No hay buenas expectativas para ello. Persisten las emociones màs extremas (inevitables tal vez), y razones y argumentos pululan. Organizaciones de la derecha nueva (“ultraderecha”), en una aparente paradoja crucial de los tiempos –muchìsimo màs que una “ironía de la historia” a la Hegel–, fueron las màs votadas en la última elección democrática que hemos experimentado en estas tierras australes.

6. La Europa democrática fue muy solidaria con l@s chilenos de las izquierdas durante los 17 años. Desde esas tierras norteñas, hay toda una imaginerìa de la “revolución socialista a la chilena”. Allende la llamaba: “revolución con empanadas y vino tinto”.

Esos tres años (o 1000 dìas) de la Unidad Pupular, han generado la segunda fecha política màs decisiva de toda la historia del Chile republicano. La primera es lo que la historia hegemónica denomina: “el 18 de septiembre de 1810, de la Independencia nacional”.

Esa vez, hace 200 años, fue España la que salió de los territorios que apenas si se llamaban “Chile” en esos tiempos. Hoy, la institución “Chile” està casi perfectamente instalada. Pero cierta unidad fundamental de “lo chileno” es lo que se pone en tensión con estos llamados “50 años”.

Y, sin duda, una intenciòn de Gabriel Boric que refleja este dilema, se inscribe en su llamado para “pensar màs en el futuro que en el pasado”. Algo no muy diverso habrìa, tal vez, en pensar màs el futuro del planeta ante el calentamiento global, que seguir buscando los culpables pasados de tantos gases de invernadero…