El 25 de mayo de 2003 fundaron la Asociación El Periscopio y lanzaron, no sin cierta timidez, la primera edición de sus testimonios colectivos y anónimos, con un prólogo de Adolfo Pérez Esquivel.
El escritor uruguayo Eduardo Galeano les hizo entonces un significativo regalo, sus conmovedoras palabras de reconocimiento para la contratapa: “Este testimonio de los presos de Coronda es otro aporte a la memoria colectiva. Ella respira, escondida bajo la amnesia obligatoria”.
Y desde ese momento, la asociación El Periscopio –ese pequeño instrumento clandestino que usaban los presos de Coronda para seguir desde las celdas el movimiento de los guardias en el pabellón– no cesó de multiplicar sus iniciativas a favor de la Memoria, la Verdad y la Justicia.
En estos últimos veinte años ya son tres las ediciones del libro en español, con más de 10 mil ejemplares vendidos. En 2020, en pleno inicio de la pandemia en Europa, vio la luz del día Ni fous ni morts (Ni locos ni muertos), la edición en francés –ya agotada– publicada por la Editorial de l’Aire, de Vevey, Suiza. En septiembre del año pasado fue el turno de la versión italiana, titulada con humor cínico Grand Hotel Coronda (Gran Hotel Coronda), distribuida por la prestigiosa editorial romana Albatros Il Filo. Y antes de terminar 2023 está prevista la edición en portugués, en colaboración con la editorial paulista Expressão Popular, estrechamente ligada a los más dinámicos actores sociales brasileros, en particular al Movimiento de los Trabajadores rurales sin Tierra (MST).
Desde el inicio, la consigna de El Periscopio fue precisa: “Debemos militar el libro”. Centenas de actividades públicas en barrios, escuelas, universidades, centros culturales, teatros, cines, parroquias y sindicatos, tanto en Argentina como en Europa, han acompañado la promoción de este testimonio escrito. Las más recientes, las siete presentaciones de la segunda quincena de mayo en seis ciudades de Sicilia, Italia, en las que participaron más de 350 personas, fundamentalmente jóvenes de años superiores de los liceos de Agrigento y Favara, en el sur de la isla.
En el marco de la celebración de los 20 años de El Periscopio, este corresponsal dialogó con tres de los organizadores de dicha actividad: Alfredo Vivono, de la ciudad anfitriona; Luis Larpin, de Santa Fe, y Augusto Saro, de Buenos Aires.
Historia colectivas
“Cuando imaginamos la celebración de nuestro vigésimo aniversario, decidimos hacerlo de forma simple y en un lugar que nos ayudara a recordar tanto la represión dictatorial como la resistencia contra la misma –como la antigua Jefatura de Policía de Rosario.
Y decidimos autoconvocarnos con otras personas que, como al igual que nosotros, protagonizaron resistencias colectivas y desde siempre siguen aportando a la construcción de la memoria”, recuerda Alfredo Vivono. Y agrega: “Somos parte de un todo que experimentó montones de formas diferentes de lucha contra el mismo enemigo y su método cotidiano de Terrorismo de Estado”. Por último, explica Vivono, “Celebrar viene de celebrare, celeber, que significa numeroso, concurrido, abundante. A lo que El Periscopio le suma, además, los conceptos colectivo y unitario. Colectivo y unitario, como siempre fue todo lo que hicimos: desde aquella maravillosa resistencia carcelaria corondina hasta esta celebración rosarina. Desde la primera edición Del otro lado de la mirilla hasta las centenas de presentaciones e iniciativas que promovimos, incansablemente, en Argentina y en el exterior”.
Luis Larpin, también miembro de la directiva de El Periscopio, subraya: “Nuestra experiencia es tan colectiva como fue la resistencia popular a la dictadura en prisiones, en centros ilegales de detención, en la lucha por los derechos humanos, en las calles, desde la solidaridad internacional”. ¿Cómo celebrar hoy los 20 años de la asociación en coherencia con ese “espíritu periscopiano” que animó la resistencia unitaria y fraterna de Coronda?, se pregunta Larpin. Y la respuesta es automática: “Invitando a que nos acompañen representantes de algunas de las tantas iniciativas que trabajan para la recreación colectiva de la memoria. Reconociéndolas y reconociéndonos en ellas”.
Celebrar, de igual a igual
La celebración en Rosario abrió con un montaje audiovisual con imágenes de sus 20 años de existencia. Y concluyó con el no menos emotivo film de 12 minutos “Retorno a Coronda”, de Alberto Marquardt, cineasta argentino radicado en Francia y ex preso de Coronda. Es un testimonio de la visita que en octubre de 2019 realizaron ocho ex detenidos políticos al penal santafesino.
Como parte central de esta actividad, El Periscopio entregó plaquetas de reconocimiento a casi 30 asociaciones, agrupaciones e individuos, como las ex presas políticas de la Cárcel de Devoto, autoras del libro Nosotras; el Instituto Venadense por Memoria, Verdad y Justicia; los ex presos políticos de la Cárcel de Mendoza, quienes publicaron No nos pudieron, y el Colectivo de la Memoria de Santa Fe, entre otros. El homenaje también incluyó al Programa Postas de la Memoria; las y los autores de Historias de Vida, de la Sonrisa no se rinde, de La Mirada y de Capitana Editorial y su obra Impresas Políticas, así como al cotidiano Página 12. Graciela Camino y Gabriela Robles, dos personalidades relevantes del mundo del teatro y de la comunicación audiovisual, también fueron reconocidas. La primera dirigió, junto con María Moreno, Coronda en Acción, de gran éxito en 2006, en tanto que Robles coordinó durante la pandemia una experiencia audiovisual en cuarentena sobre Coronda.
La lista también incluyó nombres individuales, en su mayoría ex presos políticos o familiares que desde sus posiciones profesionales-militantes (en áreas como la comunicación, el sindicalismo, la actuación artística, la pintura, la historiografía etc.) sostuvieron y sostienen la lucha por la memoria: Victorio Paulón, Daniel Gollán, Hugo Soriani, Raúl Viso, Jorge Miceli, Raúl Borsatti, Jorge Giles, Alba Acosta, Rubén Mensi, Luciano Sánchez, Carlos Samojedny y Carlos del Frade. Además, sindicatos o instituciones que desde siempre demostraron solidaridad activa con los ex presos de Coronda. Entre otros, Puerto Libro, los sindicatos SADOP y CTERA, así como la Secretaría de Derechos Humanos de Santa Fe.
Luis Larpín subraya: “Nos reconocemos en todas-os ella-os, que no solo son “aliadas-os” de la historia compartida, sino que también constituyen referentes para continuar nuestro propio camino”. Por eso, no se trató de entregar distinciones ni preseas. “Simplemente reconocerles, por todo lo que han hecho y siguen haciendo por otra Argentina posible. Nuestro reconocimiento es agradecimiento. Nuestro homenaje significa mayores desafíos de futuro y la imposibilidad de claudicar o detenernos pensando que la tarea ya está lograda”.
Ausencias
“La felicidad profunda que se vive en este momento de reencuentros no nos impide sentir –con no menos emoción– las múltiples ausencias”, explica Augusto Saro, presidente de la comisión directiva de El Periscopio.
“Somos una generación marcada a fuego por los vacíos”, subraya. “Es el precio que pagamos por la generosidad de esa entrega sin condiciones ni límites. Son los 30 mil desaparecidos, así como Daniel Gorosito, Luis Alberto Hormaeche, Raúl San Martín y Juan Carlos Voisard, nuestros cuatro compañeros asesinados en Coronda. Y son, además, los que nos han ido quitando en estas dos décadas. Todos ellos son parte y esencia de nuestro colectivo. Nos hacen mucha falta, aunque sentimos que seguimos caminando juntos”.
Saro reflexiona: “¡Qué privilegio enorme pensar que en esta celebración en Rosario cosechamos vida! En este lugar (la ex Jefatura de Policía), donde los genocidas sembraron tortura y muerte. Vemos en este espacio que tiene un simbolismo tan especial que, junto con nosotros, están las Madres, las Abuelas y los Hijos. Y las ex presas y los ex presos, así como muchos de nuestros familiares”. La verdad se impuso, reflexiona Saro. Una pausa, un silencio y una afirmación categórica: “Así como se impuso la justicia”. Y recuerda la victoria jurídica que logró El Periscopio con el apoyo del equipo jurídico de HIJOS de Santa Fe en el denominado Juicio de Coronda. En mayo de 2018, los dos comandantes de Gendarmería Nacional que habían dirigido el penal durante la dictadura fueron condenados a fuertes penas de prisión cuando la justicia determinó que el régimen cotidiano y las muertes que se produjeron en Coronda constituyen crímenes de lesa humanidad.
Internacionalizar la memoria
Alfredo Vivono, quien en septiembre de 2022 participó en Suiza, Francia e Italia en el lanzamiento de la versión italiana de Del otro lado de la mirilla, anticipa la emoción que produce la celebración en Rosario y no puede obviar una reflexión complementaria: como colectivo se saltaron las fronteras planetarias. “Estamos en Rosario y pensaremos allá, lejos-cerca, a miles de kilómetros, donde nos aparecen rostros de mujeres y hombres a los que ya sentimos como hermanos. Desde hace 5 años venimos caminando juntos con suizas y suizos; francesas y franceses; italianas e italianos. Del otro lado de la mirilla; Ni fous ni morts; Grand Hotel Coronda: una sucesión interminable de voluntades reivindicando la misma pasión/obsesión por la Memoria, la Verdad y la Justicia”.
Por su parte Augusto Saro, quien también formó parte de la delegación periscopiana para presentar el libro en Europa, coincide: “Descubrimos en tanto El Periscopio la magia de un planeta global”. Según Saro, esos rostros lejanos –a más de 11 mil kilómetros y 45 años después– que hoy se conmueven con la historia de las cárceles y los centros clandestinos de detención durante la dictadura argentina, “no vibran por voluntarismo sino por necesidad. Leernos, traducirnos, publicarnos, escucharnos, constituye para ellos parte de un diálogo abierto. Lo vivido en Coronda, Devoto, Mendoza, Rawson, Córdoba, Resistencia, Caseros, en cada centro de detención, los acerca a sus propias historias continentales de lucha, de ayer y hoy”.
Don Luigi Ciotti, cura antimafia y referente de los migrantes indocumentados que llegan a Italia, en su prólogo de Grand Hotel Coronda introdujo una generosa reflexión dedicada a El Periscopio, extensivo a toda-os la-os luchadores por los derechos humanos de Argentina y del mundo: “Vuestra entrega es un acto de gran generosidad. La generosidad de la memoria que no es nunca un deber, (en particular para aquella-os que han atravesado el territorio más extremo del dolor), sino una elección, un camino, un regalo”.
Rememorando lo que vivió en su gira europea, Augusto Saro concluye: “Cuando presentamos nuestros testimonios se conmueven los herederos de los partigiani resistentes italianos, se interpelan las y los jóvenes que buscan desesperadamente alternativas al planeta que hierve o a la dominación patriarcal en todas sus formas… ¡Bendita la resistencia unitaria!, nos dicen con emoción”. Bendito el Otro Mundo Posible y cada vez más necesario, responde El Periscopio.
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