Las plantaciones de monocultivos de pino y eucaliptus han crecido exponencialmente en el país en los últimos años. Este factor sumado a los incendios y a la utilización de suelos para la agricultura industrial, ponen al bosque nativo en serio peligro para los próximos años.
Y es que desde 1997 a la actualidad los bosques en Chile han aumentado cerca de 500 mil hectáreas. “Las funciones del bosque son hoy cada vez más importantes, ya que son los únicos que capturan y almacenan el CO2, liberando al planeta de los nocivos gases efecto invernadero, todos producidos por la actividad del hombre”, dijo Galilea, considerando que un 45% del territorio nacional continental tiene cobertura vegetal, sumando praderas y matorrales.
Lo que se omitió en el positivo balance, sin embargo, fue que el bosque nativo creció escasamente de 13.430.602 a 13.559.610 hectáreas, por lo que el crecimiento de la superficie boscosa en el país corresponde casi únicamente a monocultivos de pino y eucaliptus.
El bosque nativo, por otra parte, comenzaría a disminuir en los próximos años, según las cifras de la Investigación de la FAO “Evaluación de los Recursos forestales mundiales 2010”, que proyecta que las hectáreas del bosque nativo se irán reduciendo anualmente en 27 mil hectáreas en el próximo quinquenio. Este estudio se basa en los datos arrojados por el Instituto Forestal, organismo gubernamental.
“Cuando el gobierno y la Conaf hablan de bosques ponen en el mismo saco a los bosques nativos y a los monocultivos forestales de gran escala”, dice Cristián Frenes, de la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo (Ainfbn), “pero es preocupante que las autoridades no hagan esta distinción a la hora de sacar cuentas, ya que no da lo mismo que haya una hectárea más de bosque nativo o una hectárea más de plantación de monocultivo”.
La regulación de los caudales, que en el caso del monocultivo seca las napas subterráneas, o la protección de los suelos, que en las plantaciones a gran escala se cosecha a tala rasa eliminando la vegetación colindante, son algunas de las características que hacen que las plantaciones de monocultivos destruyan la biodiversidad del territorio nacional.
El bosque nativo, por otra parte, provee, además del paisaje y la leña, la regulación natural de los caudales, la protección y formación de nuevos suelos, donde se encuentran los nutrientes y la capacidad de almacenamiento del agua y la diversidad de especies propia de un ecosistema natural.
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