Queramos ó no, vivimos en una sociedad de consumo. Lo que hacemos con nuestro dinero influye de manera determinante, y más que cualquier otro acto, en la economía y el medio ambiente, y por lo tanto en las vidas de todos. Como consumidores responsables, podemos contribuir a un mundo mucho más equilibrado y justo con pequeñas y simples acciones cotidianas.

Podemos revolucionar la economía mundial si tomamos conciencia del poder que tienen nuestras decisiones a la hora de seleccionar qué productos consumir, y qué productos no. Porque somos nosotros quienes siempre tenemos la ultima palabra.

Un consumidor responsable, debe contribuir activamente a que sean efectivos los derechos de información, elección y reclamación de los consumidores y usuarios. Como también la solidaridad y respeto hacia todas las personas implicadas en los procesos de producción de los productos o la prestación de servicios. Esta solidaridad se basa en la consciencia de vivir en una comunidad global. No solamente nos debemos preguntar: qué efecto tiene mi consumo en mí, sino también en los demás. Proteger el medio ambiente y dejar a las generaciones venideras un entorno saludable. Conscientes del impacto medioambiental y los residuos que provoca nuestro consumo, no solamente pensamos en el momento en el que disfrutamos del producto o servicio, sino también en el antes y el después.

Y por ultimo, si exigimos productos ecológicos, es lógico que el mercado reaccione ofreciendo más productos de estas características, contribuyendo a la vez a la desaparición de productos nocivos.

A continuación, les ofrezco una guía simple para consumir responsablemente, teniendo en cuenta los distintos tipos de productos que se pueden encontrar en el mercado:


Alimentación:

• Alimentarse de forma sana y natural es fundamental, por esta razón es siempre mejor consumir alimentos frescos y naturales, frente a los prefabricados.
• Hay que tener en cuenta la época del año a la hora de consumir frutas y verduras. No solo porque el precio es mas bajo en temporada, y el producto es mucho más sabroso, también hay que tener en cuenta que muchas veces estos productos provienen además de la región, por lo que han podido madurar plenamente y no han requerido largos y contaminantes trayectos de transporte.
• Exigir que los productos sean ecológicos. Es decir: que en su cultivo, no se utilizan sustancias perjudiciales para la salud o el medioambiente, como pueden ser los fertilizantes, plaguicidas o herbicidas, y son libres de organismos genéticamente modificados. Además, las técnicas utilizadas en la agricultura ecológica potencian la fertilidad natural del suelo y la capacidad productiva de los ecosistemas, y respetan los ciclos naturales de los cultivos.
• También es importante la adecuada manipulación de los alimentos en el hogar, sobre todo los  alimentos congelados, huevos, y pescado.
• Evitar consumir alimentos genéticamente modificados es muy importante. La mayoría de las industrias que los producen no ofrecen una información completa a cerca de los riesgos que los mismos conllevan para nuestra salud. Por eso, es importantísimo fijarse en el etiquetado nutricional y demás información en el envase de los alimentos. La información nutricional básica que todavía no es obligatoria- incluye datos sobre el valor energético del producto, las proteínas, hidratos de carbono y grasas. Los ingredientes se indican en una lista en orden decreciente de peso en el producto. Todos los alimentos que son o que contienen organismos genéticamente modificados, tienen que tener en la etiqueta la mención “modificado genéticamente”.

Medicamentos:

• Al igual que con los alimentos, el consumo seguro de los medicamentos es fundamental, y es necesario advertir sobre los graves riesgos de salud que su mal uso puede acarrear.  Por eso, se deben utilizar los medicamentos según la prescripción del médico o los consejos del farmacéutico.
• No hay que automedicarse.
• Es fundamental conocer las contraindicaciones, o efectos secundarios que un medicamento puede contener. Sobre todo las mujeres embarazadas.
• Se debe evaluar junto con un medico alternativas de medicina natural.
• Y por último, y muy importante: No se deben compensar la falta de ejercicio y los malos hábitos alimenticios con medicamentos.

 

Vestimenta:

• La seda, la lana, el lino, y el algodón, deben de encontrarse dentro de nuestras preferencias, ya que son productos naturales. Aunque el algodón es un producto natural, su explotación intensiva y el uso de fertilizantes y plaguicidas químicos en su cultivo, pueden constituir un riesgo tanto para nuestra salud como para el medioambiente. Debe considerarse que también su producción se haga de una manera ecológica.
• El tinte, blanqueado y acabado, deben ser respetuosos con el medio ambiente. A la vez debemos considerar el riesgo que suponen hacia nuestra propia salud.
• Las fibras sintéticas como el poliéster, nylon, lycra, poliamida y tergal, se obtienen mediante síntesis química. Por esta razón se debe evitar en mayor medida su uso. También así, las fibras artificiales como son el acetato, rayón y la viscose, se obtienen mediante síntesis química a partir de derivados del petróleo.
• Es necesario también el apoyo a campañas para exigir que se establezcan y cumplan estándares sociales y medioambientales en la fabricación textil.

 

Productos para el hogar:

• Los productos que empleamos diariamente en nuestro hogar no deben contener sustancias toxicas que supongan un riesgo hacia nuestra salud y el medio ambiente. cloro, fosfatos y tensoactivos químicos, contienen altos grados de toxicidad. El cloro fue utilizado en la Primera Guerra Mundial como arma química.
• Es esencial el uso de pinturas y barnices al agua ante las pinturas con disolventes orgánicos.
• Los productos de higiene personal, cosmética y perfumes no deben contener sustancias nocivas para nuestra salud y el medio ambiente, así como tampoco se puede tolerar que sigan siendo probados por animales.
• Evitar el plástico PVC, contiene cloro y otras sustancias altamente nocivas.
• Es sabido ya que algunos tipos de aerosoles pueden dañar la capa de ozono. Los mismos deben ser remplazados por pulverizadores.
• Se deben evitar todo tipo de fertilizantes y biocidas químicos. Existen muchos métodos seguros de jardinería ecológica.
• Se pueden crear fertilizantes naturales con los residuos orgánicos de la casa y el jardín.

 

Juguetes:

• La compra de un juguete puede acarrear un riesgo hacia el niño. Es muy importante que el juguete contenga información sobre el producto, así como también cumpla con todas las normas de seguridad obligatorias.
• Un juguete para un niño o una niña menor de tres años, no debe contener piezas pequeñas o separables. Los juguetes que pueden resultar peligrosos para este grupo de edad, deben llevar obligatoriamente una advertencia o el símbolo de limitación 0 – 3, acompañado del riesgo específico que motiva la exclusión.
• Es muy importante elegir los juguetes según la edad, e intereses, y habilidades de cada niño o niña.
• Es mejor optar por juguetes que transmitan buenos valores a los niños, y no transmitan valores sexistas, o que inciten a la violencia.

 

Aplicando estas acciones simples en nuestros hábitos cotidianos podemos contribuir a un mundo mejor. Deberíamos, simplemente, consumir menos y con mejor calidad.

Quizás sea verdad que esta época de la historia sea considerada como “la era de la enajenación”. Hay un aparato gigantesco que parece tener un poder inigualable, que ningún rey o emperador de la historia osó tener. Estamos sujetos al manoseo y al acoso constante de los medios masivos de comunicación que contribuyen con total impunidad y descaro a los intereses de los dueños del mundo, y a la degradación humana. Vivimos en una época donde la mentira se ha convertido en un estilo de vida, en una herramienta politica, en una estrategia de mercadeo, etc. Esa gran mentira se perfecciona día a día, repetida hasta el cansancio, hasta ser verdad. Sin embargo, no podemos darnos el lujo de caer en la resignación. Aun podemos dar pelea.

Jean-Paul Sartre, en una de sus mas hermosas frases existencialistas decía: “Cada hombre es lo que hace con lo que hicieron de él”
Es decir: Desde que nacemos, la realidad de nuestro entorno nos absorbe y nos da forma. Aprendemos su lengua, practicamos su cultura, su religión, etc. Pero un día tenemos que decir una palabra nueva, una palabra nuestra. Y esa va a ser nuestra libertad, nuestra responsabilidad, porque somos lo que elegimos ser.

Podemos decidir dejar de tener una “existencia inauténtica”. Podemos dejar de decir solo “lo que se dice”, dejar de pensar solo “lo que se piensa”, dejar de escuchar solo “lo que se escucha”, etc. Y empezar a crear un mundo mucho mejor. Sentirnos protagonistas y dueños de este mundo, que es nuestro.