Despotrico de patrañas,

de infames seres inhumanos que mienten y engañan,

de innobles hombres que provocan el llanto en mujeres,

que ríen ante sollozos,

que de alcohol se empapan,

de aquellos que llevan el infierno dentro,

que humillan de forma imperdonable

y violan la intimidad de la esperanza.

 

Me rebelo contra el resentimiento,

contra los que hacen sufrir por pasar el tiempo,

de seres viles y rastreros.

 

Me enfurezco contra malhablados y prepotentes,

contra los que no tienen lágrimas

y resultan patéticos, pero siembran la pena por donde pasan.

 

Seres truculentos y sin gracia

que perturban el sueño, la tranquilidad,

que amenazan y destruyen,

que son violentos gratuitamente,

que rompen espejos por destruir algo,

que asesinan las madrugadas.

 

Chulos, camorristas, fachas, mafiosos,

embutidos algunos de ellos en trajes y corbatas,

creen que la sociedad es su criada.

 

No me gustan las preguntas retóricas

porque no tienen respuesta

pero, ¿por qué existen personas sin alma?

 

Alberto Morate