Pensábamos que el gigante asiático estaba muy lejos de Europa Occidental y lo veíamos como algo lejano que no nos afectaría para nada. En último caso podría existir algunos pequeños problemas comerciales entre China y los países europeos en especial con el abastecimiento de piezas para la fabricación de automóviles.

Pero, tan solo dos meses después, ya se conocían varios casos en Italia contagiados por coronavirus, pocos días después, españoles, franceses, alemanes, holandeses, belgas…hasta llegar a infectar a casi todos los países del mundo.

Pero, ¿qué es el coronavirus?, ¿dónde se encuentra?, ¿cómo se propaga?. Son preguntas de no fácil respuesta que intentaré responder aunque sea mínimamente apoyándome en diversas fuentes de información que he leído de expertos en la materia y en mi modesta opinión.

El coronavirus o COVID-19 es un virus invisible que se propaga por el aire y penetra en nuestro organismo a través de las fosas nasales, la boca o los ojos (no a través de la piel). Este virus, de la familia de la gripe pero mucho más contagioso, se encuentra en la superficie del suelo (llegando a vivir unas 4 horas), en la superficie de plásticos o paleles (vive hasta unas 24 horas) e incluso en acero inoxidable (vive de 3 a 4 días) de ahí la importancia que tiene el lavarnos constantemente las manos o utilizar guantes de látex.

Desde hace más de una semana está aumentando el número de casos afectados por el coronavirus en España de forma exponencial al igual que lo hacen Italia, ya antes que en España, Francia, Alemania, Holanda, Bélgica.. o países de otros continentes como Irán, Corea del Sur, Japón, Estados Unidos, Perú, Chile y podría continuar hasta unos 150 países más.

Los efectos del COVID-19 son devastadores pues, de momento, no existen fármacos adecuados para tu tratamiento ni vacuna para evitar nuevos contagios (aunque, según parece un laboratorio chino y otro alemán ya están experimentando con una vacuna). Por tanto, el crecimiento de afectados sigue en aumento y parece que lo seguirá haciendo en las próximas semanas.

Los afectados y las pérdidas humanas ya son muy considerables a nivel mundial (más de 200.000 afectados y unos 8.000 muertos) y se cree que seguirán en aumento estas cifras durante varias semanas o meses más.

En el caso de España el número de afectados hasta el día de hoy, miércoles a las 18 h, era de 14.000 y el número de muertes estaba en torno a los 624. Las comunidades autonómicas más afectadas son Madrid (5.640 afectados y 390 muertos) y Cataluña (1.870 afectados y 41 muertos). Dentro de las comunidades autónomas que, de momento, están menos afectadas por el virus estaría Asturias (242 afectados y 1 fallecido).

El impacto económico en nuestro país (y en los demás países europeos) va a ser de enormes proporciones ya que puede superar el 20% de nuestro PIB, lo que supondría un importante retroceso en la economía española. El plan de choque aprobado por el Gobierno ayer mismo (poner en activo unos 200.000 millones de euros para apoya a las empresas, familias y trabajadores) tarde o temprano se tendrá que sufragar de una manera u otra entre todos (bien aumentando los impuestos, suprimir una paga extra o las dos cosas).

No obstante, lo más importante en estos momentos es salir de esta enorme crisis sanitaria que está colapsando ya los hospitales y, según me temo, lo seguirá colapsando, aún más, en las próximas semanas. No me extrañaría que dentro de unos días hubiese tiendas militares adaptadas para albergar a enfermos infectados por el virus en la periferia de nuestros hospitales o bien hoteles que en vez de turistas tengan a enfermos en sus habitaciones.

La globalización, como lo veníamos diciendo ya hace años, tiene sus puntos positivos como las relaciones comerciales o culturales a escala mundial pero también tiene puntos negativos como es la mayor rapidez en la propagación de enfermedades o actos terroristas.

Ahora nos toca, según los consejos de la OMS y del Gobierno español, quedarnos en casa, lavarnos las manos, guardar distancias prudenciales entre nosotros (1,50 metros), manejar el estrés y la ansiedad por el enclaustramiento que padecemos y, según nos aconsejan los psicólogos, no perder la orientación temporal durante los días de encierro obligatorio.

Esperemos que aparezca pronto una vacuna eficaz, bien sea en un laboratorio alemán, chino o de cualquier país del mundo para prevenirnos, lo antes posible, de este mortífero virus para al próximo invierno.