Cerrar la puerta cómplice con rumor de caricia,
Deshojar hacia el mal el lirio de una veste…
-La seda es un pecado, el desnudo es celeste;
Y es un cuerpo mullido un diván de delicia.-

Abrir brazos… así todo ser es alado,
O una cálida lira dulcemente rendida
De canto y de silencio… más tarde, en el helado
Más allá de un espejo como un lago inclinado,
Ver la olímpica bestia que elabora la vida…

Amor rojo, amor mío;
Sangre de mundos y rubor de cielos…
¡Tú me lo des, Dios mío!