El mundo actual gira entorno a los “desafíos”. Lo vemos en las redes sociales, en programas de televisión, en los trabajos, en la sociedad. Todos se desafían en algo, pero haciendo un paneo general, los desafíos que más abundan son aquellos que no tienen contenido, que solo sirven para “mostrarse” y estar en el candelero. Ser parte de la gran tribu de personajes que no generan nada, no trascienden, no dejan huella.

Son pocos los que desafían a decir NO y a obligar que te respeten, y esto va mas allá de la lucha de género, sino que debería ser la lucha de todos, de nuestra identidad. Del abusador, desde cualquier ámbito, del que limita e impide que otros avancen. Hay que recordar que son pocos los que someten y muchos los sometidos, y el NO debería prevalecer. Deberíamos desafiar al sistema que existe en muchas sociedades globalmente, y avanzar. Deberíamos desafiar a las imposiciones unilaterales que esclavizan y automatizan a la gente, con educación, con medidas sociales y de respeto.

Desafiar día a día, en nuestra rutina, situaciones que podrían ser mejor, es nuestro deber. Ya que no es la idea esperar que los demás hagan y los cambios surjan por milagro.

Por lo tanto, mi consigna para el próximo 2019 es desafiar la intolerancia, la avaricia, la codicia, la inhumanidad. Desafiemos nuestras acciones, y aprendamos de otros.

Les envió desde “el paisito” un gran abrazo, mucha paz, salud y amor en estas Navidades que ayudan a reunir a la familia y amigos. ¡Feliz Navidad, Feliz 2019!