A última hora, los organizadores debieron posponer para abril próximo la parte presencial de la convocatoria con la que se intenta conmemorar los 20 años de la creación del Foro Social Mundial (FSM). El país sudamericano contabilizó a mitad de la penúltima semana de enero en torno de 150.000 nuevos casos diarios de Covid, lo que constituye un récord desde el inicio de la crisis sanitaria.
El impacto del Ómicron en Brasil conspiró contra el Foro Social de las Resistencias, al cual habían confirmado su presencia representantes de numerosas organizaciones y movimientos sociales brasileros y latinoamericanos, así como delegada-os de diversos países. El programa original contemplaba catorce asambleas de convergencia e incluía, en paralelo, un Foro Social Justicia y Democracia. El nuevo programa del Foro Social de las Resistencias, rediseñado para su formato digital, fue anunciado el 23 de enero en el sitio oficial del mismo.
Se confirma el FSM para mayo en México
Ya está confirmado en el programa virtual, para el sábado 29 de enero, el Encuentro Transnacional de Redes en Camino hacia el Foro Social Mundial de México. “Lo proponemos como un espacio de encuentro que reúna a actores sociales de todo el mundo”, precisa Carminda Mac Lorin, directora general de la organización canadiense Katalizo y una de las promotoras de esa convocatoria virtual. El objetivo es reflexionar sobre los contenidos que deberían integrar el programa del próximo Foro Social Mundial que se realizará entre el 1 y el 7 de mayo próximo en México, señala Mac Lorin en entrevista vía telefónica.
“Tenemos el convencimiento de que los foros sociales son llamas de esperanzas para la sociedad civil planetaria, especialmente en esta etapa tan compleja de la humanidad, explica la directora de Katalizo. Y agrega: “Nos proponemos, especialmente, crear espacios para que los jóvenes y los movimientos sociales que siguen promoviendo centenas de luchas locales y regionales en todo el mundo, puedan compartirlas, promoviendo agendas y confluencias”. Mac Lorin, quien además integra el Consejo Internacional del FSM, jugó un importante papel en la organización del FSM de Montreal, Canadá, en 2016.
Aunque reconoce “las dificultades y los obstáculos que la pandemia también le ha impuesto a la movilización social a nivel planetario”, ve señales de optimismo en amplios sectores de la juventud que quieren participar y reforzar los procesos de transición, especialmente en lo social y lo climático. “Teníamos previsto estar presentes en el Foro de las Resistencias de Porto Alegre con un grupo de jóvenes canadienses. A pesar de que no fue posible concretar el viaje por el cambio de programación debido a la pandemia, ya estamos preparando una delegación de un Colectivo de la juventud de nuestra provincia, Quebec, para participar en la convocatoria de México”, señala.
La activista altermundialista anticipa que el próximo FSM en la capital azteca contará con una fórmula híbrida, es decir, con actividades presenciales y otras virtuales. Será esencial integrar, subraya Mac Lorin, las experiencias del último Foro Social Mundial, que se realizó en enero de 2021 de forma totalmente virtual. Dicha convocatoria reunió a casi 10 mil participantes de 1.300 organizaciones de 144 países, quienes organizaron 800 actividades en línea.
Movimientos globales, confiados
El 27 de noviembre último, representantes de Movimientos Globales de África, Asia, Europa y América se reunieron con el Grupo Facilitador (grupo local de organización) del FSM de México y con miembros del Consejo Internacional del FSM. En esa cita digital se ratificó la convocatoria de mayo y se adoptaron mecanismos para que los muy diversos movimientos y organizaciones sociales se involucren activamente en los preparativos de la misma.
Además, se actualizó la agenda de las actividades que dichos movimientos sociales planean impulsar en los cuatro continentes hasta la cita en México. Por otra parte, se aprobó la constitución de cinco comisiones para asegurar el éxito del evento: programación; comunicación y difusión; movilización; sistematización, así como la que debe asegurar la implementación del método híbrido, es decir presencial y virtual, del evento alter mundialista.
Varios de los participantes en esa reunión preparatoria compartieron su preocupación con respecto a la posibilidad de que, al llegar a las fronteras mexicanas, periodistas y miembros de los movimientos sociales sean discriminados mediante restricciones migratorias y exploraron maneras de evitarlo.
A veinte años de su nacimiento en Brasil, el FSM, sin duda el principal espacio del movimiento altermundialista, se confronta no solo con la pandemia sino también con los retos de su propia sobrevivencia. No faltan las voces críticas: algunas señalan que el proceso que nació en Porto Alegre en 2001 ya está agotado; otras, proponen revisar la Carta de Principios que desde hace dos décadas enmarca conceptualmente al FSM, con la idea de que un cambio de la misma podría generarle una nueva dinámica a este espacio internacional.
Queda una rica historia de 20 años con decenas de encuentros multitudinarios — Porto Alegre, Mumbai, Nairobi, Belém de Pará, Dakar, Túnez, Montreal, entre otros. El de Salvador de Bahía, en marzo de 2018, fue el último con formato presencial y reunió a más de 80 mil participantes. Historia que reúne, también, centenas de encuentros temáticos, regionales y continentales, así como trascendentes movilizaciones ciudadanas en los más diversos rincones del planeta.
Dado por muerto – en muchas ocasiones –, por sus detractores, el FSM, concebido en 2001 como el “Anti Davos del Sur” (en contraposición al Foro Económico Mundial de Davos, Suiza) y siempre convencido de que Otro Mundo es Posible, se resiste a claudicar.
Aunque diezmado, continúa luchando por su existencia e intenta seguir dinamizando diversos actores sociales planetarios para encontrar alternativas viables a un sistema hegemónico ciego climáticamente y sordo ante las injusticias estructurales predominantes.
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