Sin dudar de las conclusiones científicas, inexplicablemente no publicadas antes que el documental, dichas teorías ya estaban desechadas al no contar con el respaldo histórico. Pero el resultado final tampoco es concluyente, pues a falta del informe científico, se publica un documental que contiene muchas carencias, algo que no se explica con la cantidad de material histórico que hay y el filón que es la figura de Cristóbal Colón, para finalmente dar una vuelta de 360º y quedarnos como estábamos.
Colón ya en vida fue un personaje enigmático, muy preocupado por ocultar tanto su pasado como sus orígenes, algo que tras su muerte continuaron haciendo sus hijos. Su origen genovés es algo que aporta el propio Colón pues interrogado dice: “Génova donde nací y crecí”, pero sus detractores señalan que no hablaba italiano, algo normal en este momento histórico, pues el italiano moderno es una construcción del siglo XIX y en Génova se hablaba “ligur”. Pero hay más, los marineros de la época hablaban lo que se ha denominado “la lengua levantisca”, jerga que tomaba préstamos de las distintas lenguas del Mediterráneo y que también utilizaba el mundo comercial. Por otro lado cuando escribe lo hace en castellano, lengua en la que le responden usándola como lengua franca.
Por su parte las distintas repúblicas marítimas Venecia, Pisa, Amalfi, Génova, tenían colonias repartidas por el Mediterráneo, y sus pobladores se consideraban miembros de dichas repúblicas aunque no hubieran nacido en ellas, nunca las conocieran y no hablaran su lengua.
El documental es pura televisión, queda claro que no despeja ninguna incógnita salvo, como hemos dicho, desmontar las distintas teorías: gallegas, portuguesas, mallorquina, vasco-navarra y castellana, que con más fuerza pujaban por hacerse con la nacionalidad del descubridor, decantándose por la judía y situándolo en la zona geográfica del Mediterráneo occidental sin especificar, territorio éste inmenso pues abarca desde la península italiana, sur de Francia, península ibérica e islas que hay entre ambas penínsulas.
Además descartan el origen genovés al haber sido expulsados los judíos de Génova en el siglo XII, pero olvidan que hasta esa fecha el mestizaje entre las distintas etnias era moneda común en todo el arco mediterráneo, con lo cual decir que Colón era de origen judío, concretando más, sefardí, (recordar que Sefarad, es el nombre hebreo con el que denominaban los judíos a España), hay que entrecomillarlo.
Asimismo hay que decir que genéticamente no existen las razas, nuestras diferencias vienen dadas por la apariencia física, la cultura, lengua, religión, costumbres y otras, algo que definimos como etnia. Pero es que cualquier persona puede convertirse a cualquier religión cuando quiera, incluido el judaísmo, solo tiene que aceptar sus creencias y forma de vida que dicha religión exige, baste un ejemplo: hay judíos de origen etíope llamados Beta Israel o falashas, reconocidos como descendientes de las tribus perdidas de Israel.
Dicho esto, con la mezcla étnica habida durante toda la historia en el Mediterráneo, decir que tiene origen judío es como no decir nada, pues pudo ser de cualquier parte del Mediterráneo, sin descartar por supuesto Génova. Por otro lado su obsesión con ocultar su procedencia y su saber, para mi está más encaminado a conseguir, él solo, un objetivo que le hiciera medrar para llegar a lo más alto sin que nadie le hiciera sombra, atribuyéndose para sí saberes y conocimientos de otros, teoría muy interesante defendida por el historiador y divulgador David Nievas.
Realmente lo que científicamente queda claro es que los pocos restos (muy deteriorados) que se encuentran en la catedral de Sevilla, son de Cristóbal Colón. Que los restos de su hijo Hernando Colón (mucho mejor conservados), son realmente los de su hijo, despejando la duda de padre-hijo. Pero con respecto a los restos de su hermano Diego, entra en contradicción determinando que no es su hermano, si no un familiar próximo, un primo segundo. Esto plantea más incógnitas, Diego Colón, fue enterrado en la capilla de Santa Ana de la Cartuja de las Cuevas de Sevilla, quedando olvidado. Tras diversas catas para buscar la cripta en 1930 y 1950, anegados de limo, se encontraron los restos de un varón que todos señalaron que correspondían al hermano del descubridor. Colocados en una caja de cinc, quedaron dentro del archivo para finalmente ser enterrados en el jardín. Por último en 2002 por el interés que despertaba la investigación sobre el almirante, fueron buscados y desenterrados, a dichos restos los cubrían dos dedos de agua por lo que estaban muy deteriorados.
Tras todo este trajín ¿quién garantiza que estos restos fueran los del hermano de Cristóbal Colón?
Pero además el propio profesor Lorente, publicó en la revista “Medicina Balear” el análisis comparativo de ADN por vía mitocondrial y confirmó al 99,99% que ambos eran hermanos por vía materna: “tras la comparación del ADN mitocondrial de los huesos -presuntos- de Colón que hay en la Catedral de Sevilla con el ADN de los huesos de su hermano Diego, se ha observado que ambos son idénticos (propio de personas con la misma madre), además de que los estudios antropológicos (dirigidos por el Prof. Miguel Botella de la Universidad de Granada) confirman que por las características antropométricas esos restos pueden ser los de Colón,” José Antonio Lorente Acosta. Director del Laboratorio de Identificación Genética. Dpto. de Medicina Legal, Medicina Balear 2007; 43-65. Algo que no se dice ni explica en el documental.
Finalmente todo en el documental queda en el aire para los expertos, el catedrático de Antropología Física de la Universidad de Granada y presidente de la Sociedad Española de Antropología Física, Miguel Cecilio Botella, que participó en la investigación hasta 2004, ha asegurado que el documental “está muy poco documentado”, sorprendiéndose de que ahora Cristóbal y Diego no sean hermanos. Por otra parte, la mayor conocedora del navegante en España, la historiadora Consuelo Varela, ha declarado que hasta que los resultados no sean publicados en una revista científica, no tienen ningún rigor, diciendo “me recordó a los programas de Paco Lobatón”.
Por último, en relación con el propio documental, qué decir de la caracterización de los actores comenzando por lo más llamativo y que me dio de lleno en los ojos, el morrión que porta Colón, totalmente fuera de época, mal construido y adornado con unos rosetones que son de la segunda mitad del siglo XVII. Por no hablar del resto de la indumentaria, ropa, zapatos, armas, pendones, etc., carentes de rigor histórico, así como de la trama creada, al estilo policial, que denota una falta de preocupación de la televisión pública por hacer con nuestra historia algo realmente bueno y de calidad que divulgue a la vez que enseñe.
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