El Gobierno de Jair Bolsonaro y sus simpatizantes han intentado desesperadamente abrir los territorios indígenas a la agroindustria, la explotación forestal y la minería. Sus políticas y acciones racistas y genocidas han dado lugar a niveles de deforestación sin precedentes, y a un número creciente de asesinatos de indígenas y ataques a sus comunidades. Los pueblos indígenas están luchando y resistiendo, y Survival y otros aliados presionamos día tras día para detener su genocidio y garantizar que los pueblos indígenas no contactados, los más vulnerables del planeta, puedan sobrevivir.

Estas elecciones son un momento crucial para los pueblos indígenas y sus territorios.

La tensión es extrema. Una victoria de Bolsonaro reforzaría su política y la de todos aquellos que se sienten alentados por ella a invadir impunemente los territorios indígenas: daría un impulso letal a la actual ola de muerte y devastación. Más pueblos indígenas no contactados podrían ser aniquilados, como ocurrió recientemente en el territorio indígena de Tanaru, y sus últimos supervivientes asesinados en los intentos agresivos de robarles sus tierras.

Una derrota de Bolsonaro no resolvería todos estos problemas. Se necesitará voluntad política y considerables recursos para reparar el profundo daño que su administración ha causado al medio ambiente y a las instituciones responsables de proteger los territorios indígenas, y las fuerzas políticas y los mercados mundiales que alimentan el genocidio de los pueblos indígenas de Brasil no desaparecerán. Así, en la primera vuelta un gran número de políticos antindígenas salieron elegidos para el Congreso, entre ellos Ricardo Salles, ex ministro de Medio Ambiente de Bolsonaro (bajo cuyo ministerio la deforestación en la Amazonia se disparó) y Damares Alves (un predicador evangélico a favor de forzar el contacto con pueblos indígenas no contactados).

Lula ha prometido que, si sale elegido, revertirá la situación y hará que se respeten los derechos de los indígenas.

Si gana Lula, los pueblos indígenas y sus aliados, incluida Survival y nuestros simpatizantes de todo el mundo, estaremos muy atentos y presionaremos para que su Gobierno cumpla con sus compromisos

, respete la legislación nacional y el derecho internacional, bloquee los grandes proyectos de infraestructuras que impactan en tierras indígenas que no cuentan con su consentimiento y proteja los territorios indígenas para que puedan sobrevivir, prosperar y ser respetadas como las sociedades contemporáneas que son.

Entre tanta tensión, una de las buenas noticias es que la participación política de personas indígenas es cada vez mayor. Las diputadas federales Sônia Guajajara y Célia Xakriabá fueron elegidas diputadas federales por los estados de São Paulo y Minas Gerais respectivamente. A partir de enero, estas dos combativas mujeres estarán en el Congreso y aportarán toda la fuerza y determinación que llevan años demostrando en su lucha por los derechos indígenas.

Independientemente de quién ocupe las altas esferas del poder en Brasil y más allá, los pueblos indígenas, y Survival a su lado, seguirán resistiendo para garantizar un futuro saludable para sus familias, como llevan haciendo desde que los europeos los colonizaron hace más de 500 años.

Vamos a seguir caminando juntos, luchando juntos, hasta que el presidente Jair Bolsonaro deje el poder. Yo voy a esperar a ver si otro presidente cuida de la selva y de Brasil. Siempre desconfío. Ya conozco la forma de ser de la civilización, solo hacen el bien para ellos. El hombre de la ciudad solo piensa en sí mismo. Solo piensa en lo material. Pero seguiré pidiendo apoyo para intentar salvar nuestra naturaleza, nuestra Madre Tierra.
Davi Kopenawa Yanomami, Brasil