Según estos expertos que han trabajado para la investigación del Pew Research Center, en poco más de diez años viviremos en una realidad virtual, el internet de las cosas. Estaremos inmersos en una nube de información controlada por grandes centros de bases de datos. Sin darnos cuenta todo estará conectado y los dispositivos interactuarán entre ellos. Internet estará en todas partes. David Clark uno de los investigadores lo deja muy claro en el informe: Los humanos viviremos en un mundo en que las decisiones son tomadas por un conjunto de dispositivos que cooperan entre sí.

Viviremos on-line y la privacidad, la seguridad, incluso la libertad serán tan utópicas para la mayoría de la gente, como distópica la realidad de una conectividad global. Cierto que el internet de las cosas nos dará la oportunidad de saber más, de trabajar con inteligencia artificial y de poder cuantificarlo todo con un par de clics. Sin embargo, sabremos más sólo de lo que quieran que sepamos, trabajaremos en la forma y manera que quieran que trabajemos y nuestras cuantificaciones y actuaciones estarán basadas en el big data que quieran proporcionarnos.

Y como siempre, los poderosos tendrán el control de lo que quieran contarnos y ellos sí podrán permitirse una privacidad y una seguridad de la que la mayoría careceremos. Como predice Joe Touch,  director del Instituto de Ciencias de la Información de la Universidad de California del Sur: “Dejaremos de pensar en conectarnos o buscar algo en internet. Simplemente estaremos online, y miraremos”.

Como en el relato de Bradbury sólo podremos leer lo que esté  en la red y entonces será fácil eliminar las lecturas y los pensamientos no convenientes. Ese será el primer paso, luego quemaran todos los libros a la temperatura de 451º en la escala Fahrenheit o su equivalente en la escala centígrada, 233º. Más tarde prohibirán directamente pensar y al fin, quemaran toda identificación que nos haga únicos, convirtiendo a la sociedad en un rebaño de obedientes.

Sin embargo estamos preparados para la resistencia, para aprendernos de memoria un libro, un pensamiento o una teoría libertaria cada uno de nosotros, y poderla repetir a los que nos sigan en este valle de lágrimas y en el que, a pesar de todo, nos gustaría al menos llorar a gusto y por lo quisiéramos.

Una distopía o antiutopía es una sociedad ficticia, indeseable en sí misma.

Fahrenheit 451 es una novela distópica, publicada en 1953 por el escritor estadounidense Ray Bradbury. El título hace referencia a la temperatura en la escala de Fahrenheit (°F) a la que el papel de los libros se inflama y arde, equivalente a 233º C. La película homónima de 1966, basada en dicha novela, fue dirigida por François Truffaut