mapa-percepcic3b3n-corrupcic3b3n1El 69,2% de la población haitiana que participó en la encuesta admitió que había sido sobornada por alguna autoridad en los últimos doce meses. Después de Haití se sitúan Bolivia (30,2%), Paraguay (28,1%) y México(27,2%). En el extremo opuesto está Canadá, donde sólo el 4,4% de los encuestados respondieron que habían sido presionados o chantajeados. El segundo mejor ubicado es Chile, seguido de Uruguay y Estados Unidos.

Entre las principales conclusiones, el informe evidencia que estos países están caracterizados por una alta inseguridad en sus calles. Además, tienen más tendencia a tolerar y apoyar a gobiernos corruptos o que no respeten las libertades civiles.

“El soborno no es un problema exclusivo de América Latina, es global. De tal forma que diferentes organismos internacionales empezaron a considerarlo un desafío para las políticas anticorrupción”, explica Gerardo Berthin, experto y analista en temas de transparencia.

El estudio también muestra otros escenarios, como el país donde más asaltos y robos se han reportado (República Dominicana con un 71,5%) o aquéllos en los que el mayor porcentaje de ciudadanos confía en su policía: a la cabeza, República Dominicana (42,8%), Paraguay (42,3%) y Perú(40,6%), seguidos de Honduras y El Salvador. En la otra cara, los cinco países con menos confianza en el sistema de seguridad son Trinidad y Tobago (19,2%), Brasil (23,5%), Panamá (25,1%), seguidos por Guyana y Chile.

Según Berthin, los factores más vinculados con la corrupción son la desigualdad y la impunidad. ”¿Qué pasa con los sistemas de justicia e investigación cuando hay que aplicar una sanción?”, se pregunta. En esta línea, de la encuesta se desprende otro dato interesante: respecto a las formas de prevenir el crimen, todos los países del Continente, excepto Uruguay, respondieron que las penas contra los criminales deberían ser más drásticas.

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