Agradezco a Juan Carlos el que me considere como uno de sus “amigos” y me haya animado, en más de una ocasión, a seguir escribiendo algún que otro poema mucho más sencillo y humilde si los comparamos con sus excelsos versos. Asimismo, es de agradecer el que aceptase esta entrevista con un sí “ a la berciana” pues estoy seguro de que está cansado de tantas entrevistas que le han hecho a lo largo de su extensa carrera poética y artística y tiene mucho trabajo pendiente para los próximos meses.

Procuraré que la entrevista no se parezca demasiado a las habituales y que las preguntas que le formule no sean las mismas o muy similares a otras ya realizadas con anterioridad. Por eso ya no voy a incluir su extenso currículum tanto poético como artístico por ser de sobra conocido por todos y paso a formularle algunas preguntas que puedan ser de interés para los lectores de la revista digital Otro Mundo es Posible.

Benedicto Cuervo. ¿Qué recuerdas de tu infancia berciana?

Juan Carlos Mestre. El recuerdo cuando está interiorizado como una persuasiva presencia forma parte de este instante único que es la vida, habito la memoria como un presente activo, una experiencia transfigurable que nunca he logrado evocar en términos de pasado. La infancia está en mí como una voz que mantiene la remota inocencia de las palabras de las que nace la poesía que nombra la otra realidad del mundo, la realidad de cuanto ya solo es perceptible a través del lenguaje poético.

P. ¿En qué momento te surge la necesidad de escribir poesía?

R. Creo que ninguna singularidad a ese respecto, no fui consciente de estar escribiendo poesía nunca, y acaso ahora tampoco, no es una práctica literaria la que me ha llevado a ello, sino una forma de oír, de interpretar en primer lugar y únicamente para mí los misterios y las comunes incógnitas de la existencia; luego, la conciencia de considerarlo un texto y tratarlo como tal en el proceso de compartirlo con otros, la socialización de su nada o el diálogo discursivo ya son fruto del azar absoluto, un dejarse ir de las palabras arrastradas hacia la intemperie por la voluntad de otros vientos…

P. ¿Cuáles fueron tus maestros en el arte lírico y a qué poetas aprecias, especialmente, en la actualidad?

R. Todo lo que uno lee en uno u otro momento de la vida entra a formar parte de esa asamblea de voces que conforma el habla poética, tantas veces por la revelación que supone en uno el eco y la proximidad de sus acentos estéticos y morales, o también por el distanciamiento que se opera ante relatos que no resuenan en la conciencia de lo íntimo, posiblemente por incapacidad propia o distanciamiento de sus presupuestos estéticos.

En mi caso ha estado presente de una manera luminosa, guiadora desde que prácticamente comencé a escribir, la obra de Antonio Gamoneda, un poeta absoluto en todos los términos de la excelencia literaria.

P. ¿Qué poemario de los que has publicado le darías una nota de sobresaliente?

R. A ninguno, obviamente. Nada hay en lo propio de sobresaliente más allá del empeño que uno ha puesto en hacer las cosas de la mejor forma posible. Uno no escribe lo que quiere, sino lo que puede. Mi propuesta de escritura no asume ambición alguna respecto a modelos de valoración, hago aproximadamente lo que me permite la intransferible capacidad creativa de cada cual, en mi caso más inclinada a la desobediencia canónica de los aprendizajes que a la pulcritud de las preceptivas.

P. ¿Tienes pensado publicar otro poemario en los próximos meses?

R. En algo pienso, sí, pero a ese respecto de poco sirve la voluntad, en cualquier momento reaparece la sistemática duda que echa para atrás, como debe ser, toda la aparente certidumbre sobre la condición de lo ya escrito.

P. ¿Te consideras un juglar en pleno siglo XXI?

R. En absoluto, no está la juglaría ni lo trovadoresco entre la querencia de mis filias gramáticas, hace diez siglos que en términos estéticos se extinguió esa trova.

P. Cuando se lanzó la bomba atómica sobre Hirosima, en agosto del 45, muchos escritores del género lírico pensaban que era el final de la poesía. Sin embargo, no fue así e incluso se potenció. ¿Estará próximo el final de la poesía con las nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial?

R. Qué se yo, el tiempo de los poetas augures acabó con los trágicos griegos, y el futuro no está sino en manos del principio de incertidumbre y los accidentes congelados de la historia. El pensamiento de la concepción física y cuántica del mundo está reñida con los avatares de la superstición y las engañifas aventureras del relativismo ideológico. Ignoro cual será, de haberla, la futuridad de la llamada inteligencia artificial, pero en cuanto modelo artificial intuyo que su aporte civilizatorio será una vez más profundamente paradójico, entre el amparo de los avances científicos vinculados a la salud de un bien, la felicidad civil, y la barbarie hasta el momento tan indetenible como insostenible de las sociedades del capitalismo avanzado, el brutal consumismo, la extrema pobreza por agotamiento de los recursos, la impiedad de la usura económica…

P. ¿Qué opinión te merece la guerra en Ucrania?. ¿Vamos camino de la III Guerra mundial?

R. No vamos camino de ninguna otra cosa que generemos con la arbitrariedad de nuestras propias acciones. La guerra, la de Ucrania, la de Gaza, la de Burkina Faso, como la de Somalia, Sudán, Yemen, Myanmar, Nigeria y Siria, como otros conflictos encubiertos, como otras atrocidades solapadas bajo puntuales conflictos casi siempre de carácter económico, representan el fracaso absoluto de la civilización, la derrota de todo principio humanista, el paroxismo de la violencia elevada a categoría de atroz recurso para un solo fin: el exterminio de la minoría que disiente. Toda práctica de guerra es hoy, no tengo ninguna duda a ese respecto, un acto de terrorismo de estado.

P. ¿Qué opinas sobre la situación política de España y del mundo?. ¿Piensas que se consolidará la globalización fascista?

R. Todo es demasiado obvio, la insurgencia del neofascismo, el añoso y repugnante fascismo de siempre, y su cuestionamiento de las conquistas y avances en materia de derechos civiles de la sociedad democrática supone un quiebre peligrosísimo de la convivencia. Es la demagogia y el uso espurio de su propaganda política la que corroe las pocas instituciones que aún sostienen el armazón democrático de la modernidad, la política reflexiva y la ampliación del espacio participativo de lo público. El riesgo de retroceso es obvio, un control de la educación y la cultura por parte de los signatarios de la barbarie significaría una catástrofe de impredecibles consecuencias en el mundo contemporáneo.

P. ¿En qué punto está, hoy en día, el tema de la Memoria Histórica en España?

R. Pues creo que en el ámbito, de nuevo, de la preocupación, siguen paralizadas muchas de las demandas sin resolverse del pasado, siguen sin cumplirse las leyes que harían de este país un lugar más digno para la memoria de nuestros antepasados, es decir, para la dignidad de nosotros mismos, y siguen pendientes, en líneas generales, la actuación de políticas que el movimiento memorialista, encabezado por la ARMH, Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, ha planteado, a mi entender, con rigor y exigencia en las últimas décadas.

P. ¿Qué piensas sobre Stalín, Hitler, Moussolini o Franco?. ¿Cuál fue o es tu político favorito?

R. ¿Pensar? Ya no hay lugar para la opinión, acaso la misma repugnancia que ante el resto de las materias residuales de la historia. Y respecto a lo predilecto creo que ninguna afinidad siento hoy por nadie que haya formado parte de la nomenclatura y sobrevivido con ganancia al ejercicio del poder político.

P. No entiendo la frase del presidente argentino Javier Milei “anarco-capitalismo. ¿Me la podrías explicar?

R. Creo que eso se lo tendría que explicar algún terapeuta experto en delirios narcisistas y esperpentos alimentados por el propio estrago de su egolatría, ese tipejo es un espantapájaros antediluviano rodeado por los también rancios cuervos estercóreos de la usura.

P. Al menos uno de tus poemas que para mí es de los más interesantes es el titulado “Asamblea” incluido en el poemario “Casa roja” (Premio Nacional de Poesía, 2009) y que reproduciré al final de la entrevista, no solo produjo “fuego cruzado” sino también “fuego amigo”. ¿No es así?.

R. No soy consciente de que haya suscitado ningún fuego, ni cruzado ni amigo. Mire usted, los poemas. Al menos los yo he escrito, no tienen capacidad alguna de incidir en los discursos públicos, apenas son pequeños artefactos animados de emoción cuya tarea, de existir y más aún de cumplirse, no va más allá del desenvolvimiento crítico de una protesta en el territorio del lenguaje, un acto casi siempre delicado de legítima defensa contra los discursos normalizados del poder.

P. Ves un barco a punto de hundirse en altamar. Tú lo estás viendo desde una pequeña lancha y solo puedes salvar a una persona. ¿A qué persona salvarías: un maestro, una prostituta, un doctor, una negra somalí, una rubia sueca, un sacerdote o un filósofo?

R. El dilema ético que me plantea es de algún modo falaz, pues salvando la hipotética circunstancia de que si se suben todos el suceso del hundimiento sería una solución colectivamente catastrófica, la elección de una sola persona implicaría movilizar valores morales que en ningún caso maximizan la bondad, ni  sitúan la decisión en algún paralelismo con la conciencia de lo correcto. Digamos que si prescindo de mi, ya se podrían salvar dos, un otro que ocupara mi lugar en la lancha… Pero mire usted, los sistemas de compensación moral no son lugares situados en la hipótesis del sentimentalismo y lo fantasioso, sino en la única realidad de nuestro fracaso ante el ejercicio, sea cual fuere la decisión, de un innoble poder. ¿No me entiende?, yo tampoco.

P. ¿Cuál es tu comida y bebida favorita?.

R. Fuera del maravilloso menú de la Epopeya de las comidas y bebidas de Chile del inmenso Pablo de Rokha, me conformaria con añadir un trocito de pan y un vaso, no pequeño, de agua.

P. ¿Y tu color preferido?.

R. El rojo tirando a negro y el negro tirando a rojo, o sea, el rojinegro.

P. Además de ser uno de los poetas españoles más importante del momento, cabe destacar tu faceta como artista plástico con numerosos premios y exposiciones a nivel nacional e internacional. Siempre estuve interesado en saber a qué se debe que siempre en tus magnificas acuarelas y grabados aparezca un caracol y por qué tu página web la titulas “El caracol descalzo”. ¿Me lo podrías decir?

R. Ay amigo, eso seria tema para una tesina de licenciatura en ciencias ocultas. Todo está en la espiral viva de la proporción áurea, desde las galaxias que caminan hasta el jeroglifo sobre el que orinó Rimbaud para tocarle las narices a los parnasianos.

P. ¿Cómo definirías tus acuarelas y grabados?. ¿Qué exposiciones, individuales y colectivas, tienes comprometidas para los próximos meses?.

R. Dibujo para ponerle hélices al obstáculo, eso es todo. Compromisos ninguno, el horizonte no acepta encargos.

P. Por último, para finalizar la entrevista, hazte tu mismo una pregunta que nunca te hayan hecho y te habría gustado que te la hicieran.

R. De verdad, ninguna, no siento la más mínima curiosidad por mí mismo.

Pues muchas gracias amigo Juan Carlos por concederme esta entrevista de forma tan desinteresada y que estoy seguro agradecerán todos los lectores de Otro Mundo es Posible. Y para poner punto y final a esta entrevista que menos que hacerlo con dos de tus poemas.

LECCIÓN DE GEOGRAFÍA

Quien no haya visto el mar que se levante,

yo os lo voy a contar, cerrad los ojos.

Imaginad que el agua, como un caballo blanco,
se hubiera subido al campanario.

Las hojas de los árboles son peces,
la nieve, espuma de cristal sobre las olas.

Como de un vaso de luz
que sostuviera la mano de Dios,
van cayendo una a una las gotas de la vida.

Así, el inocente pájaro,
la piedra, el musgo o la mariposa
van entrando en el agua que ya todo lo cubre.

Creeréis que el mundo, desde siempre,
ha ido llevándole sus ríos.
Del fuego, de la oculta ceniza de madera
ha tomado el mar su verde brote de esmeralda.

Como el ruiseñor que canta
en los jardines de la tierra
también las caracolas en sus profundos valles
celebran la música.

Por eso al acercar tu oído
a ese bello laberinto de leche
escucharás, aunque no quieras,
el inmenso ruido de la mar.

Ahora ya lo sabéis,
y sólo falta empujarlo, entre todos,
al aire.

Antífona del otoño en el valle del Bierzo (1985)

 

ASAMBLEA

Queridos compañeros carpinteros y ebanistas,

yo les traigo el saludo solidario de los metafísicos.

También para nosotros la situación se ha hecho insostenible,

los afiliados se niegan a seguir pagando cuotas.

A partir de este momento la lírica no existe,

con el permiso de ustedes la poesía

ha decidido dar por terminadas sus funciones este invierno.

No lo tomen a mal,

pero aún quisiéramos pedirles una cosa,

mis viejos camaradas amigos de los árboles

acuérdense de nosotros cuando canten La Internacional.

La Casa roja (2009)