En 1970 y por razones de estudio, se traslada a vivir a Madrid, y al año siguiente a Baza, regresando a Granada en 1972, en cuya Universidad, se diploma en Lengua y Literatura Española. En 1973 contrae matrimonio y se traslada a vivir, primero, a Barcelona, y un año después, a Valencia; entre 1974 y 1976 nacen sus dos hijos, lo que supone un parón en su dedicación a la escritura, que retomará en 1982, concurriendo y ganando el Premio Literario Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Córdoba con su novela Cuentos para una vida.

Un año después escribe su segunda novela, El don del aire. En 1984 regresa a Granada con su familia y obtiene una plaza de funcionaria en su Ayuntamiento, pero en 1996 sufre un grave accidente que precipita su jubilación a la edad de 44 años.

Cinco años de durísima rehabilitación, durante los cuales no consigue escribir ni una sola línea, concluyen en 2001, cuando conoce al escritor Andrés Neuman y al editor de Cuadernos del Vigía, Miguel Ángel Arcas, cuyo cariño y magisterio le devuelven la ilusión por la literatura.

A partir de ese momento, no ha cesado de escribir y publicar. Ha colaborado con relativa asiduidad en el periódico Ideal y también en las revistas Pliegos de Alborán, Entre Ríos, Extramuros, Alhóndiga, Boletín del Centro Artístico, Wadias, Garnata y El Heraldo del Henares, entre otras.

También ha colaborado en numerosos libros colectivos y antologías de escritores actuales como Cuento Vivo de Andalucía (Universidad de Guadalajara, México, 2006) o El Pájaro Azul: homenaje a Rubén Darío (Granada, Editorial Artificios, 2016), así como en el ciclo El Agua y la palabra organizado por Fundación Agua Granada, además de haber pronunciado conferencias sobre los temas más diversos, que van desde el origen del Centro Artístico hasta la poesía de Juan Ramón Jiménez. Cabe ser también destacada su participación en la obra Nocturnario: 101 imágenes y 101 escrituras (2016) y en el libro de relatos Granada imaginaria (2017), junto otros seis autores.

En 2010 ingresa en el Centro Artístico, donde en 2012 es nombrada Vocal de Cultura y, en 2014, elegida Presidenta, puesto que actualmente sigue desempeñando y que ocupa la mayor parte de su tiempo. En esta centenaria y prestigiosa institución viene impulsando numerosas actividades culturales. Bajo su mandato el Centro Artístico volvió a publicar su tradicional Boletín, suspendido durante 92 años. Igualmente retomó la formación de una nueva biblioteca que, a día de hoy, supera los 600 volúmenes, habiendo obtenido numerosos e importantes reconocimientos.

En 2015 Celia ingresa en la Red Mundial de Escritores en Español (REMES) y, desde 2016, es vocal de la Fundación Robles Pozo. También, desde de 2016, es miembro de Icomos-España, institución Asesora de la UNESCO en materia de Patrimonio de la Humanidad. Desde 2017 es miembro honorario de la Academia Norteamericana de Literatura Moderna Internacional con sede en New Jersey, Capítulo del Reino de España.

OBRAS

Cuentos para una vida, Premio Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Córdoba, 1982; Los Miradores, Granada, Cuadernos del Vigía, 2004; Cuentos del Alambre, Granada, Traspiés, 2004; Mil años después, Madrid, Bohodón Ediciones, 2013; El Agua y la Palabra, Granada, Fundación Agua Granada, 2013; Mares de Tinta , Granada, Editorial Artificios, col. Walada, 2018. Otros: Nocturnario: 101 imágenes y 101 escrituras, collages de Ángel Olgoso, prólogo de José María Merino, Granada, Editorial Nazarí, 2016; Granada imaginaria, Granada, Ideal-Cuadernos del Vigía, 2017. BIBL. ~: TAPIA, Juan Luis, “Mil años Después, de Celia Correa”, Granada, Ideal, 21-11-2013; SAIZ PARDO, Melchor, “Mil años Después”, Granada, Ideal, 22-11-2013; GIL CRAVIOTTO, Francisco, “Celia Correa”, Granada, Ideal, 28-11-2013; VILLENA, Fernando de, “Mil años después”, Guadix, Wadias Información, diciembre, 2013; CARDENAS, Andrés, “Celia Correa. El salvavidas de la cultura”, en Balance de Otoño. Granadinos con pasado, Granada, Tmesis Ediciones, 2020, págs. 96-101; OLGOSO, Ángel, “Presentación de Mil años después, de Celia Correa”, en Tenue armamento, Granada, Alhulia, col. Mirto Academia, 2018, págs. 66-68; ARENAS, Antonio, “Mares de Tinta”, Granada, Ideal, 18-1-2018; CHIRVECHES, Juan, “Mares de Tinta”, Guadix, Wadias Información, marzo, 2018; SANCHEZ, Vanessa, “Aquellos maravillosos veranos en femenino”, Granada, Ideal, 27-8-2018. Francisco GIL CRAVIOTTO.

 

P- ¿Qué debe aportar el escenario para que la literatura nazca y pase del escritor al papel?

R- El escenario o contexto es una de las piezas fundamentales de la narrativa, como igualmente lo es en la vida de cada uno de nosotros, razón por la que resulta absolutamente imprescindible tener muy claro dónde queremos que sucedan nuestras historias y qué elementos serán necesarios para crear el ambiente; el escenario, desde luego, hace que la historia resulte creíble o no.

Al evocar algún momento de nuestra vida, enseguida surge el entorno, el espacio físico en el que tuvo lugar; de ahí que a la hora de plantearnos escribir debamos considerar en qué contexto se desarrollará y cuáles deberán ser los elementos que no pueden faltar en los distintos escenarios. Luego vendrá el trabajo del escritor encaminado a armonizar la vida real con la fantasía.

P- ¿En qué proyectos literarios está trabajando?

R- Desde hace varios años intento terminar una novela basada en la vida de Aixa, la madre de Boabdil, pero es un trabajo que exige muchas horas de investigación, de las que ahora, debido a mis responsabilidades al frente del Centro Artístico, Literario y Científico de Granada, no dispongo. Estoy escribiéndola aunque sin una perspectiva clara de cuándo la podré terminar.

P- ¿Cómo ve el mundo de la cultura en la España de hoy en día?

R- Creo que estamos viviendo una época complicada, con un pie en el presente y otro en el futuro. La digitalización domina nuestro día a día. Todo cambia a una velocidad vertiginosa que lo distorsiona. Y para terminar de complicar la situación el confinamiento consecuencia de la pandemia del COVID-19 con millones de personas físicamente aisladas unas de otras, nos ha obligado a replantearnos muchas cosas. No obstante y en honor la verdad, la cultura nos ha unido, ha servido para crear vínculos y acortar la distancia que nos separaba, sirviéndonos de apoyo durante estos dos años de tanta ansiedad e incertidumbre.

Sin embargo, aun a sabiendo de que la cultura ha supuesto un pilar fundamental para superar esta crisis, no debemos olvidar que también la cultura ha sufrido sus consecuencias. Numerosos artistas y creadores no consiguen llegar a fin de mes y mucho menos conseguir estabilidad en sus actividades. Urge por tanto, no solo encontrar una manera de hacer frente al virus, urge igualmente adoptar medidas para apoyar a todos los trabajadores directamente afectado por esta situación anómala y, por supuesto, a los artistas y creadores.

P- ¿Cómo vive el género estos tiempos?

R- Hasta no hace mucho leíamos y releíamos las novelas clásicas como una manera de encontrar el camino para convertirnos en buenos escritores y, aunque la novela sigue siendo el género por excelencia, el cuento, el artículo o el ensayo se están postulando como nuevos formatos creativos.

Sin embargo, hoy, las hornadas de jóvenes autores están en su mayoría más interesados en los medios audiovisuales que en la tradición literaria; la prosa se encuentra más emparentada con el esquematismo propio del guion de cine que con la destreza narrativa.

Creo que si algo caracteriza a la literatura actual es la tendencia a un cierto experimentalismo, que no excluye el auge de la narrativa del género policiaco, erótico y muy especialmente el de la novela histórica, con nombres tan importantes como Manuel Vázquez Montalbán, la recientemente fallecida Almudena Grandes, Arturo Pérez Reverte o Santiago Posteguillo.

P- ¿A qué cree que se debe este auge?

R- El cultivo de géneros narrativos como el cuento, el microrrelato, el artículo, el ensayo, la literatura de viajes, la novela histórica, los libros de memorias o de género policiaco está estrechamente ligado a lo que podríamos llamar, la disolución de los géneros narrativos tradicionales. La fórmula de su auge tal vez esté basada en que en su mayoría, a excepción tal vez del ensayo, están dirigidos a un público muy amplio, son libros generalmente muy bien escritos y perfectamente estructurados, circunstancia que facilita su lectura y por lo tanto su atractivo para el gran público.

P- ¿Qué ocurre con la amplia terminología que existe para denominarlo?

R- Tal vez la búsqueda incesante de nuevos caminos, de nuevos procedimientos para mostrar una realidad, cada vez más compleja y cambiante.

P- ¿Qué le llevó a escribir y cómo surge su escritura?

R- Ningún escritor puede saber en qué momento exacto comenzó a serlo. Desde que tengo memoria he sentido una inclinación natural por leer y escribir, inclinación que con el paso de los años se ha convertido en una necesidad; se trata de un proceso, a partir del cual ya no puedes vivir sin escribir.

P- ¿Qué le ofrece la poesía que no logra con la narrativa?

R- En esta pregunta tengo que invertir los términos: ¿Qué me ofrece la narrativa que la poesía no logra? La diferencia entre el escribir versos o escribir prosa es casi imperceptible; aun así, me reconozco más narradora que poeta; yo definiría mi estilo como una fusión entre la prosa y la poesía, a pesar de que he terminado decantándome por la narración, que me permite vagabundear sin ningún tipo de corsé métrico entre las metáforas, me proporciona una absoluta libertad para crear atmósferas, así como reflexionar sobre los distintos aspectos de los personajes, desarrollarlos psicológicamente, circunstancia que acaso haya facilitado el descubrimiento de mis propias obsesiones.

P- ¿Cómo ve el papel de la métrica y la rima en la poesía contemporánea?

R- La poesía contemporánea ha florecido al amparo de la literatura de vanguardia, trastocando y revolucionando los conceptos estéticos, teniendo como consecuencia el alejamiento y ruptura con la métrica y la rima, a favor del verso libre, verso libre que en ningún caso (y esto debe quedar muy claro), debe de confundirse con la falta de musicalidad de poema.

P- Qué opinión le merece la situación de la cultura española contemporánea?

R- Los creadores españoles necesitamos una mayor proyección exterior, potenciada por las distintas administraciones públicas, que facilitaría, especialmente a los más jóvenes, estrechar lazos y experiencias con otros creadores, además de la diversidad y el enriquecimiento de la propia cultural española.

P- ¿Cuáles son sus poetas “fundamentales”

R- Suelo releer poemas de Borges que, aunque mucho más conocido por sus relatos, considero su creación poética como una de las mejores en lengua española.

P- ¿Qué cosas se ponen en juego a la hora de elegir la extensión y la forma de cada nuevo proyecto?

R- No me planteo grandes cosas, cuando surge la chispa me dejo llevar. Parto siempre de una imagen, de una sensación, de un instante… y después empiezo a levantar el andamiaje del relato. Mis historias no están elaboradas de antemano, van surgiendo.

P- ¿Le gusta explorar los géneros?

R- No, especialmente, siento fascinación por el relato corto, aunque no he rehusado adentrarme en el mundo de la novela, a pesar de reconocer que soy una escritora de distancias cortas. Ahora, es muy limitado el tiempo de que disponemos y las distracciones vienen de muchas partes: redes sociales, internet, radio, televisión, etc. etc. La narrativa no ha tenido más remedio que adaptarse al mundo en el que vivimos.

P- ¿Recuerda el primer libro que leyó? ¿Y la primera historia que escribió?

R- El primer libro que leí y que me fascinó fue Platero y yo; casi a continuación leí El Principito; recuerdo que durante mucho tiempo estuvieron en mi mesita de noche y que solía releerlos todos los días, antes de dormir.

Mi primer texto serio fue mi novela Cuentos para una vida que escribí con treinta años y con la que gané mi primer premio literario importante.

P- ¿Quién es su escritor favorito? Puede escoger más de uno y de todas las épocas.

R- Tengo dos escritores de cabecera: Francisco Umbral y Marguerite Yourcenar, aunque disfruto igualmente leyendo a Garcilaso o a Fray Luis de León, Juan Ramón Jiménez, Valle Inclán, Camilo José Cela, Luis Rosales o autores hispanoamericanos como García Márquez, Cortázar, Octavio Paz o Ángeles Mastretta…

En general, prefiero a los autores en español. Soy muy exigente con las traducciones. De Marguerite Yourcenar sólo leo las novelas traducidas por Enma Calatayud y Memorias de Adriano traducida por Julio Cortázar.

 

Autor de la entrevista Miguel Esteban Torreblanca