También se han detectado suplantaciones de identidad para recoger aceites usados en los talleres de vehículoso o mezclas de residuos industriales con arena para evitar su reciclaje y ahorrar dinero. Se calcula que este tipo de actos han ocasionado pérdidas acumuladas al sector de 218 millones desde 2008. El mayor descenso de la actividad se ha notado en la descontaminación de suelos (que ha bajado un 70% en los últimos cuatro años), seguido de la actividad en vertederos (-48%), y los procesos físico-químico-biológicos (-47%).

“Al quedar el tratamiento de estos residuos en manos de este mercado ilegal no se puede vigilar si se cumple con los requisitos, con el consiguiente riesgo para la salud y el medio ambiente”, explica Luis Palomino, portavoz de la asociación de empresas gestoras de residuos y recursos especiales (Asegre). Uno de los casos más alarmantes que se están encontrando estas empresas es la llegada a las plantas de reciclaje de frigoríficos sin compresor. Esta parte del electrodoméstico libera gases contaminantes a la atmósfera si se extrae sin las precauiones adecuadas.

La Ley de Residuos y Suelos Contaminados de 2011regula y sanciona la mala gestión de los residuos peligros, pero raramente el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil consigue imputar delitos ambientales. Pese al aumento de casos, desde 2010 hasta 2012, las denuncias por infracciones relacionadas con residuos peligrosos han descendido de 8.700 a 7.500. Según denuncian los empresarios, esta disminución se debe a la falta de interés por parte de los gestores municipales.

Material manipulado

Cuenta Leonardo Díaz, gerente de Recilec, empresa que posee una planta de tratamiento de residuos de Aznalcóllar (Sevilla), que el 85% del material que reciben de los puntos limpios está manipulado: “Hay bandas que les retiran los componentes valiosos como el aluminio, el cobre o el hierro, de forma que elementos como el níquel, el plomo o el mercurio terminan en la atmósfera, en el suelo, en los cauces de los ríos”. Los datos del Gobierno hablan de un 70% de residuos manipulados.

A Leonardo Díaz no le salen las cuentas. La asociación nacional de fabricantes de electrodomésticos menciona una bajada de las ventas de un 8% en línea blanca en 2012, mientras que a su planta han dejado de llegar un 60% de estos aparatos para reciclaje. En lo que va de año, su negocio ha prescindido de 24 trabajadores. El empleo directo de todo el sector acumula una bajada del 50% desde 2008.

El control del proceso que pasan los residuos peligrosos es complejo debido a la intervención de los intermediarios: desde las empresas generadoras de residuos, pasando por los sistemas integrados de gestión (entidades sin ánimo de lucro que se encargan de reciclar estos productos con aportaciones de los fabricantes) hasta las plantas de tratamiento.

Según ERP España, uno de estos sistemas integrados de gestión fundado por HP, Sony y Braun, existen “redes muy bien organizadas” que sacan un buen rendimiento económico con este negocio ilegal. “En los últimos años, el valor del chapajo (mezcla de materiales triturados) ha sido muy alto y se ha favorecido la proliferación de canales de gestión no autorizados, ni controlados”, apunta Matias Rodrigues, director de ERP España.

Según informa El País, el Ministerio de Medio Ambiente trabaja en un decreto sobre residuos de aparatos eléctricos y electrónicos en el que incorporará los objetivos de la directiva europea de 2012 y que incluye un capítulo sobre seguridad frente al robo.

 

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