«La coyuntura geopolítica en la que nos encontramos nos vuelve a recordar la necesidad de abandonar el petróleo. Este plan no es suficiente para llevarnos a un futuro 100% renovable»,
ha declarado Sara Pizzinato, responsable de la campaña Transporte de Greenpeace.
El estudio de Greenpeace Evitar los peligros del petróleo ha demostrado que tan solo con establecer estándares de eficiencia energética para los vehículos (coches y furgonetas) se podría ahorrar, a escala europea, un 8% la demanda de crudo. En España, una reducción de un 8% de la demanda de crudo equivaldría a la importación total desde Libia.
La organización ecologista considera que el Plan sigue sin establecer medidas ambiciosas que garanticen una reducción estable de la dependencia energética española ni su consumo desaforado de combustibles fósiles.
«El ministro Miguel Sebastián no solucionó la crisis del alza de los precios del petróleo en 2008 con sus medidas y no lo hará estableciendo más parches transitorios. Es necesaria mucha más ambición para emprender una revolución energética que consiga prescindir de los combustibles fósiles con renovables, ahorro y eficiencia» ha añadido Pizzinato.
Respecto a la propuesta de reducir la velocidad máxima en las autopistas y autovías, Greenpeace lamenta que sea un cambio provisional ya que su abandono significará un aumento de la demanda de petróleo.
En referencia a la intención de subir al 7% el porcentaje de agrocombustibles en las gasolinas y diésel que se comercialicen en España desde el 7 de marzo, Greenpeace advierte de que actualmente no hay garantías respecto a la sostenibilidad ambiental del uso de agrocarburantes.
La organización recuerda que mientras no se tenga en cuenta toda la huella de carbono de estos carburantes en sus criterios ambientales, el Gobierno estaría fomentando una alternativa al petróleo que podría ser peor para el clima. Greenpeace promueve la introducción de las energías renovables en el sector del transporte, pero preferentemente a través de su electrificación y el fomento de las fuentes renovables en la producción de electricidad.
Además, Greenpeace sostiene que la carrera por encontrar petróleo en la costa española iniciada por el ministro Sebastián en diciembre de 2010 es una herramienta contraproducente para alcanzar la independencia de los combustibles fósiles. Esto no conseguiría aliviar el peso económico de las importaciones de crudo, desviaría el rumbo para el abandono del petróleo y pondría en peligro muchos otros sectores económicos como la pesca o el turismo.
«El nivel del Mediterráneo sube tres milímetros cada año a causa del calentamiento global. El gasto en importaciones de petróleo y los impactos del cambio climático tienen una solución compartida: superar la dependencia del petróleo», ha concluido Pizzinato.
El estudio de Greenpeace Evitar los peligros del petróleo (1) ha demostrado que tan solo con establecer estándares de eficiencia energética para los vehículos (coches y furgonetas) se podría ahorrar, a escala europea, un 8% la demanda de crudo. En España, una reducción de un 8% de la demanda de crudo equivaldría a la importación total desde Libia (2).
La organización ecologista considera que el Plan sigue sin establecer medidas ambiciosas que garanticen una reducción estable de la dependencia energética española ni su consumo desaforado de combustibles fósiles.
«El ministro Miguel Sebastián no solucionó la crisis del alza de los precios del petróleo en 2008 con sus medidas y no lo hará estableciendo más parches transitorios. Es necesaria mucha más ambición para emprender una revolución energética que consiga prescindir de los combustibles fósiles con renovables, ahorro y eficiencia» ha añadido Pizzinato.
Respecto a la propuesta de reducir la velocidad máxima en las autopistas y autovías, Greenpeace lamenta que sea un cambio provisional ya que su abandono significará un aumento de la demanda de petróleo.
En referencia a la intención de subir al 7% el porcentaje de agrocombustibles en las gasolinas y diésel que se comercialicen en España desde el 7 de marzo, Greenpeace advierte de que actualmente no hay garantías respecto a la sostenibilidad ambiental del uso de agrocarburantes.
La organización recuerda que mientras no se tenga en cuenta toda la huella de carbono de estos carburantes en sus criterios ambientales, el Gobierno estaría fomentando una alternativa al petróleo que podría ser peor para el clima. Greenpeace promueve la introducción de las energías renovables en el sector del transporte, pero preferentemente a través de su electrificación y el fomento de las fuentes renovables en la producción de electricidad.
Además, Greenpeace sostiene que la carrera por encontrar petróleo en la costa española iniciada por el ministro Sebastián en diciembre de 2010 es una herramienta contraproducente para alcanzar la independencia de los combustibles fósiles. Esto no conseguiría aliviar el peso económico de las importaciones de crudo, desviaría el rumbo para el abandono del petróleo y pondría en peligro muchos otros sectores económicos como la pesca o el turismo.
«El nivel del Mediterráneo sube tres milímetros cada año a causa del calentamiento global. El gasto en importaciones de petróleo y los impactos del cambio climático tienen una solución compartida: superar la dependencia del petróleo«, ha concluido Pizzinato.
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