Ante la próxima conclusión de los trabajos de la «Subcomisión del Congreso para el análisis de la estrategia energética de los próximos 25 años», Greenpeace propone un acuerdo cuyo objetivo esté orientado a lograr la sostenibilidad del sistema energético, es decir, un acuerdo por la energía 100% renovable.  

Dicho acuerdo debe garantizar la sustitución completa por energías renovables de las energías sucias, empezando por la nuclear y el carbón, y  acabar con el derroche de energía, por razones ambientales, económicas y de seguridad de suministro.

«Las conclusiones del Congreso deben dejar claro que el futuro energético de España debe apoyarse en la diversidad de energías limpias y autóctonas de que disponemos, todas ellas renovables, y dejar de lado callejones sin salida como la nuclear o el carbón», ha declarado José Luis García Ortega, responsable de la campaña Cambio climático y Energía de Greenpeace. «En ningún caso se puede admitir que se reduzcan aún más los objetivos de renovables respecto a los que el mismo Gobierno presentó este verano en Bruselas».

Greenpeace ha enviado a los diputados miembros de la Subcomisión el documento Elementos para una política energética sostenible , como complemento a las aportaciones realizadas durante la comparecencia de sus representantes ante dicha Subcomisión, y con el objetivo de que estas propuestas sean incorporadas en las conclusiones de la misma. En el documento, Greenpeace propone un conjunto de medidas concretas  estructuradas en torno a los siguientes ejes: Objetivos de la política energética; Economía y fiscalidad de la energía; Reforzamiento de las políticas de energías renovables; Reforzamiento de las políticas de ahorro y eficiencia energética; Infraestructuras para la sostenibilidad energética; y Reestructuración del sector energético.

Entre las propuestas de Greenpeace, destacan:

  • Alcanzar un suministro energético basado al 100% en energías renovables, no más tarde de 2050.
  • Superar los objetivos mínimos reflejados en el PANER (obligatorios según la Directiva europea de Renovables) para que en 2020 las energías renovables logren alcanzar al menos un 50% de la producción bruta de electricidad y un 30% de la energía final consumida.
  • Establecer los plazos para la eliminación de las energías no renovables,  incluyendo una limitación a 30 años de la vida útil de las centrales nucleares existentes y eliminando cualquier posibilidad de renovación extraordinaria de los permisos de explotación.
  • Eliminar las subvenciones a todas las energías, empezando por el cese de las subvenciones al uso de combustibles fósiles (como el reciente decreto que subvenciona la quema de carbón) e internalizando plenamente los costes ambientales y sociales de la producción de energía, como la emisión de gases de efecto invernadero y otros contaminantes atmosféricos, la generación de residuos radiactivos y no radiactivos, y la cobertura completa del riesgo de daños en caso de accidentes nucleares.
  • Aprobar un paquete de leyes encaminadas la sostenibilidad energética: Ley para el Fomento de las Energías Renovables, Ley de Fiscalidad Ambiental y Ley de Ahorro y Uso Eficiente de la Energía.
  • Reconocer la prioridad de la electricidad procedente de fuentes renovables en el acceso a las redes, incluyendo las interconexiones internacionales, y establecer garantías que excluyan la posibilidad de transferir electricidad de origen nuclear por las nuevas interconexiones.
  • Imponer una separación patrimonial completa entre las empresas que poseen las redes de transporte y distribución y las que poseen las centrales de generación.

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