Está reconocida la necesidad mundial de alimentos y recursos que los seres humanos de este planeta requieren para una subsistencia digna mínima, en el orden de 10-20 dólares per cápita por día-línea de pobreza-LP- (FAO, 2008 ). Por supuesto que en esta lista deben agregarse los bienes, servicios que el sistema ofrece.
Estos recursos tienen una dinámica de variación en el tiempo y espacio que son funciones típicas de un mundo en plena evolución, con una explosiva capacidad de crecimiento poblacional (figura 2), asimetrías de desarrollo, uso de tecnologías, etc. que configuran un complejo panorama de interacción. En este articulado de un mundo globalizado totalmente asimétrico o desbalanceado se ha calculado que 1/6 de la población mundial tiene recursos económicos menores que la LP, representando al sector de la población, alrededor de unos 1100 millones de habitantes que no acceden a una alimentación básica para sus necesidades esenciales (figura 3).
Los esfuerzos para balancear este injusto sistema por parte de las naciones más desarrolladas han sido infructuosos ya que en un inicio ésta fue positiva hasta 1995-97, pero con el correr de la última década la tendencia es favorable al crecimiento de la cantidad de personas subalimentadas y hambrientas (Caritas Española- CE-, 2010).
Un esquema para entender el concepto de línea de pobreza (LP) aquí presentado se ve en la figura 4. Allí se presenta la capacidad adquisitiva de la sociedad humana (izquierda) y los alimentos, bienes, servicios y otros, necesarios de adquirir en el sistema terrestre (derecha) para mantener una vida digna. En la base del triángulo izquierdo se ve que una gran cantidad de población tiene una capacidad exigua de adquirir elementos (derecha).
A la inversa, escasa masa poblacional posee recursos más que suficientes para adquirir tales recursos. No es el objetivo de esta presentación discutir los aspectos éticos humanos de esta distribución desbalanceada, sino tratar de establecer cómo sería la línea de pobreza o subnutrición en la sociedad, derivada del actual y paulatino aumento del precio de los alimentos, destacando la responsabilidad que le cabe a los problemas atmosféricos-climáticos.
La LP establecida aquí entiende que por debajo de este valor un individuo no puede alimentarse correctamente. Por otro lado está la tendencia internacional de precios de los alimentos que ha comenzado a crecer en forma peligrosa en la última década y el ingreso básico de la población se mantiene mientras que el sistema de gobernanza internacional no ha podido cambiar.
En la figura 5 se presenta a la tendencia de los precios de los granos más conocidos internacionalmente por sus propiedades, la soja, el maíz y el trigo. Todos ellos se han comportado casi de forma análoga con algunos detalles y manteniendo las diferencias específicas, dando supremacía en el valor económico a la soja.
Pero esta no es nuestra preocupación, sino de la brecha que existe entre el crecimiento de precios de los alimentos y los ingresos per cápita de los habitantes. No hay tendencia en el precio de granos para el período 1988-2003, y luego un rápido crecimiento equivalente al 75% del precio de la soja (promedio 2007-2011 vs. 1988-2006) según FEDEAGRO ( 2011).
Entre los argumentos presentados por los economistas y analistas de mercado (Walder, 2011; Cox, 2007, entre otros), asignan una gran importancia al crecimiento de precios a la suba del precio de casi todos los elementos disponibles del recurso terrestre, pero destacan a la especulación en un mundo globalizado (Friedman, 2010).
Algunos aspectos importantes como el alza en el precio del petróleo (figura 6), obtención de biocombustibles (figura 7), aumento en la demanda de alimentos de los países emergentes como China e India, y a la inestabilidad climática, etc. son aspectos a tener en cuenta además de la escasa inversión de los gobiernos de los países en apoyar al desarrollo agrícola poniendo énfasis en otras necesidades.
De todos estos factores, quiero destacar la importancia del alza del precio del petróleo por ser éste un elemento finito de la naturaleza próximo a extinguirse como recurso dentro de los elementos no renovables y previsibles en la respuesta por parte de la sociedad (figura 8).
Como una de las respuestas a esto y mediante el uso de tecnología apropiada, la sociedad está tratando de incrementar el uso de biocombustibles como una parte de la solución, que es minúscula frente a la demanda global de energía, y está contribuyendo con el aumento industrial de la demanda al levante en el precio final de los alimentos (figura 9).
Por supuesto que este caso en particular ha incidido en el precio del maíz y caña de azúcar para producir alcohol como sustituto en medios de movilidad. En el mismo informe de CE (2010) puede verse que en las discusiones de sobre la contribución de este factor al hambre sería reducido si se tiene en cuenta que producimos alimentos para 13 mil millones de habitantes frente a los 8.000 millones existentes, entonces esto, no debería afectar.
Se ve entonces que existen otros factores en juego, tales como la mayor demanda de alimentos, energía y otros elementos por parte de las sociedades emergentes como las de China-India, más las que se sumarían en adelante. Este factor que puede ser controlado, está dentro del rango de los comportamientos previsibles de un sistema complejo.
Friedman (2010) en su famosa obra “Caliente, Plana y Abarrotada” al referirse a un mundo calentado por el Cambio Climático (CC), Plana por la aldea global (o globalización) y abarrotada por la bien llamada explosión demográfica, comienza su descripción de situación en un capítulo con un subtítulo… “Cuando el Mercado y la Madre Naturaleza descarrilaron”…, al referirse a las crisis financiera y ambiental del planeta que está en curso.
Esta última frase nos sitúa evidentemente al presente, hoy, y no al futuro. En la figura 11 observamos la marcha con los meses del precio de la soja y su tendencia. En ella se advierte que en el período 1988 al 2003 los precios se movieron con algunas oscilaciones rápidas pero con un promedio constante en el tiempo (años) de alrededor de 250 dólares/tn.
En cambio en el período 2004-2011 se ha registrado un explosivo crecimiento de lo precios con dos picos importantes de subas. La tendencia creciente ha introducido cambios en el promedio de precios del orden del 75% con un promedio de unos 430 dólares/tn, y durante los últimos años del 25% dentro de ese precio. Las dos crecidas más importantes de precios se observan en el 2008 y 2010, esta última a partir de mediado del año pasado.
Cuando Friedman escribía su libro pensaba en los impactos de una profunda crisis especulativa de los mercados (comodities) por el cual hoy todavía los países del G20 (industrializados y emergentes), y hoy los G-77 (países en desarrollo) están preocupados para evitar este tipo de reacciones.
Un año duró la crisis especulativa haciendo subir el precio de la soja de 300-600 dólares/tn. Sobre el final del año 2008 estos precios bajaban a U$S400 la Tn. con un promedio del 100% mayor que en décadas anteriores. Una apreciación equivocada en algunos países productores de alimentos, consistió en suponer que esto generaría una “renta excesiva” (Barsky y Dávila, 2008) dando lugar a profundas crisis en las sociedades que no entendían a este proceso. Simultáneamente con el aumento del precio de granos aumentaban también el combustible, los productos agropecuarios derivados del petróleo que le son útiles para fertilizar y otros insumos que bajaban esta supuesta renta. La caída brusca de precios sobre final del 2008 presentaba la otra cara de la moneda, al mantener altos los precios de insumos y gastos generales con menores ingresos al comienzo del 2009.
Cuando se estabilizaba el precio de los granos a comienzos del 2010 Friedman (2010) editaba su libro donde alertaba los inconvenientes que debería sortear la sociedad mundial para evitar el descarrilamiento del mercado y la madre naturaleza. Pero también alertaba sobre lo que se venía en términos de Cambio Climático, pensando como yo climatólogo, en el futuro para dentro de 50 o 100 años.
Grave error!. Desde temprano al inicio de la década del 2010 detectamos un cambio importante de largo plazo que estaba ocurriendo en la PDO (Pacific Decadal Oscillation-Mantua, 1999) que introdujo a gran parte de la región tropical-Subtropical del planeta, en un largo período más seco con sus sabidos impactos de sequías recurrentes en las principales planicies del mundo.
En Argentina, nuestra Pampa Húmeda (figura 12) registró a partir del año 2004 no menos de tres sequías importantes en el 2006-07, 2008-09 y la reciente 2010-11 (Minetti y otros, 2010). Una sola de ellas, la del 2008-09 produjo la pérdida del 30% de la producción de granos de Argentina, al reducirla de 90 millones a 60 millones de toneladas.
Por supuesto que esta pérdida no fue apreciada por la sociedad argentina que genera alimentos en suficiente cantidad para exportar y mantener gran parte de su economía con la producción primaria. No significa esto que en el país no existan personas subalimentadas, pero esto se debe más bien a políticas desacertadas que a la eficiencia de su estructura productiva.
Lo importante que se quiere resaltar es que en gran parte de Sudamérica tropical, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay simultáneo con nuestra Pampa Húmeda (figura 12) y regiones subtropicales-templadas del Hemisferio Norte como en la Federación Rusa, una intensa sequía produjo pérdidas cuantiosas de sus cosechas (ámbito.com, 2010).
Esta última en particular dio lugar a incendios de trigales y la interrupción de las exportaciones de trigo barato en el mercado internacional. A la inversa, sobre la zona Ecuatorial del planeta se desarrollaban importantes inundaciones (El país.com, 2010). No es menor lo mostrado por Minetti y otros (2010) cuando relata la existencia de un “desastre ecológico global” a partir de Julio 2010 (figuras 13) al mostrar la existencia de muertes masivas de animales de todas las especies, inclusive de seres humanos como producto de una gran inestabilidad ambiental.
Aquí el clima se encuentra como responsable del 28% de las muertes masivas, después de causas inciertas, que explican al 37% de las pérdidas en escala regional, pero que todas juntas constituyen una pérdida global por la acción simultánea en fecha.
Una cuestión sustancial es que durante el año 2010 se ha registrado la temperatura global más elevada del período instrumental (NASA, 2010), seguidas por los eventos de los años 2007, 2005 (figura 14).
En el Sur de Sudamérica se reiteran aspectos semejantes (Minetti, 2011).
Dos cuestiones surgen, a) el aceleramiento de la ocurrencia de los picos cálidos extremos, y b) la de un pico muy frío, de inusitada virulencia sobre en Centro-Sur de Sudamérica. Todo esto se puede ver montado en una tendencia al calentamiento del planeta donde la tendencia del período 1970-2010 es más intensa que el de la primera mitad del Siglo XX.
Simultáneamente sobre fin de Junio 2010, un intenso baño de rayos gamma se registró en el borde superior de la atmósfera, y si bien su impacto instantáneo no se vio reflejado en la ozonósfera, la información del CPC (2011) muestra un aumento del área con agujero de ozono en el Hemisferio Sur sobre Diciembre, que resultó ser el mayor de la década (figura 15), y el reconocimiento por parte de la Organización Meteorológica Mundial (2011) que con mediciones satelitales y sondeos, se había registrado una pérdida record del 40% del ozono en el Hemisferio Norte sobre comienzos del 2011.
Si a la pérdida de ozono debida al efecto contaminante de los ClFC se le suma este efecto, entonces nos encontramos con un sistema climático muy alterado o inestable, inhóspito para la vida en todas sus formas.
La inestabilidad ambiental descripta, ha contribuido sin duda alguna a la suba de los precios internacionales de alimentos a partir de mediado del 2010, a valores cercanos de los observados en la crisis financiera del 2008, solo a dos años una de otra.
En el caso particular del inicio de este proceso con la sequía de la Federación Rusa, éste no solo ha disparado el precio del trigo, por detrás de ello ha ocurrido lo mismo en los otros cereales, lo que muestra el alto nivel de susceptibilidad del mercado de granos a los problemas ambientales. Algunos de los impactos del crecimiento de la inestabilidad ambiental impactarían en un aumento de la pobreza, aumento de la desnutrición y del hambre, aumentos de los insumos, aumento del costo del control sanitario agrícola, aumento en el costo de adopción de tecnologías, bajas en la productividad agrícola o estancamiento de las actuales, inestabilidad social y política y otras (figura 5).
No siempre las crisis se deberían a uno de los factores enunciados al principio, es posible que la combinación de varios factores tales como sequía, especulación y precio del petróleo, lleguen a ser una mezcla explosiva de impactos.
Está a la vista que los problemas ambientales y financieros globales van a marcar un hito de despegue a partir de la década pasada y que se incrementarían a futuro en la medida que los recursos de nuestro planeta vayan extinguiéndose en un marco de una población creciente en número de habitantes y necesidades de recursos. Estos dos eventos pueden además servirnos para darnos una idea, que fuertes oscilaciones irrumpirían en el escenario global como lo hicieron en los últimos tres años con el objeto de su comprensión, para tomar las mejores decisiones tanto a nivel de las empresas como de gobierno de las naciones. En el caso de la seguridad alimentaria se ha acuñado el término de “gobernanza de la seguridad alimentaria” para precisar la necesidad de un manejo global más apropiado.
En el caso particular del comportamiento del sistema climático, no debemos esperar 50-100 años para ver cómo nos afectaría el CC con +1 a +2ºC de temperatura media global más elevada. Las situaciones extremas más frecuentes y tal vez otras no conocidas al presente darían un toque de sorpresa a los ciudadanos del mundo, y en el caso de las empresas agropecuarias deberían éstas ir adoptando urgentes medidas para salvaguardar los crecientes riesgos de sus inversiones.
LITERATURA CITADA:
-ambito.com, 2010: Por la sequía de Rusia cosecha un 30% menos de cereales que en el 2009, 26 de Noviembre.
-Barsky , O. y M.Dávila, 2008: La rebelión del campo. 346 pgs. Ed. Sudamericana.
-Cáritas Española-CE-, 2010: Campaña “Derecho a la alimentación. Urgente” Ingeniería sin fronteras APD y Prosalus. Instituto de estudios del hambre. Madrid.
-Climatic Prediction Center, 2011: Variación mensual del área afectada por el agujero de ozono en el Hemisferio Sur para la última década.
-Cox, M, 2007: Tendencias de precios internacionales de productos agrícolas. Internet.
-El país.com., 2010: Las lluvias torrenciales han causado casi 900 muertos en Pakistán y Afganistán. 31 de Julio.
-FAO, 2008: Metodología de la FAO para medir la privación de alimentos. Dirección de estadísticas de la FAO. Roma, octubre.
-FEDEAGRO, 2011: Precios internacionales (FOB) de productos agrícolas.
-Mantua, N., 1999: The Pacific Decadal Oscillation and Climate Forecasting for North America. In “Climate Risk Solutions”.
-Minetti,J.L., W.M.Vargas, A.G.Poblete, 2010: Regional droughts in southern South America. Theor. Appl. Climatol. 102, 403-415. Alemania.
-Minetti, J.L., 2011: Resultados de la Vigilancia Climatológica Regional. Laboratorio Climatológico Sudamericano. S.M. de Tucumán.
-NASA, 2010: Monthly Climatic Monitoring. USA.
-Organización Meteorológica Mundial, 2011: Pérdida récord de ozono estratosférico en el ártico durante la primavera de 2011. Comunicado de prensa Nº 912.
-Walder, P., 2011: El alza de precios del petróleo anuncia “motines del hambre”. Punto Final (08 de marzo).
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