En efecto, esa invasión sucedió luego de que una encuesta demostrara que más del 70% de la población de Israel y la de Palestina estaban de acuerdo con la existencia de dos estados conviviendo pacíficamente.

Sin embargo los intereses del Estado de Israel y sus aliados han impedido sistemáticamente la constitución del Estado Palestino, tal como la estableció la ONU en 1948, arrebatándoles el territorio, oprimiéndolos y construyendo un muro de la infamia para separar, encerrar y perseguir al pueblo palestino.

Israel intenta justificar sus actos reclamando el derecho a autodefenderse, pero de acuerdo con el principio básico de derecho internacional, ex injuria non oritur ius, un derecho legal no puede  surgir de un acto ilícito. Los hechos están a la vista y son incuestionables, si un Estado viola el derecho internacional y las advertencias de la ONU para cometer atrocidades contra otros pueblos, se transforma en un Estado terrorista.

El gran pecado de los palestinos es que no están dispuestos a rendirse y dan la vida peleando por su libertad. Israel es el país invasor que cuenta con más recursos militares, financieros y mediáticos, para disponer de escudos antimisiles y drones, y comprar suficiente consenso como para que no los llamen “terroristas” a pesar de bombardear con armas químicas, torturar niños palestinos y usarlos como escudos humanos.

Esto ya no es un problema político solamente, es un problema humanitario. La ONU ayer aprobó una resolución para la protección de Palestina y para investigar el operativo de Israel por posibles crímenes contra la humanidad. La respuesta de Israel fue bombardear a las pocas horas las escuelas que el máximo organismo internacional tiene en Gaza, matando e hiriendo a muchos de los 1500 civiles que buscaban cobijo y salvar sus vidas.

El Primer Ministro israelí lo dijo bien claro “No cederemos a la presión internacional”, y Estados Unidos apoya esta postura porque ya lo ha hecho en otras oportunidades y porque quieren seguir haciéndolo. Sin embargo Israel es reconocido como un Estado pleno en la ONU y Palestina no, porque EEUU se niega. La primera y la octava potencia militar del mundo se están convirtiendo cada día más en una amenaza a la humanidad. Algo muy diferente a lo que busca la Palestina destruida y bloqueada comercialmente, que es sobrevivir y lograr constituirse en un Estado pleno.

Hubo muchos intentos de poder alcanzar una solución, todos frustrados, el más reciente fue la del Papa Francisco que viajó a Tierra Santa, e invitó al Presidente de Israel, Simon Peres, y al Presidente Palestino Mahmoud Habbas, al Vaticano para orar juntos y alcanzar un nuevo camino de diálogo que derribe los muros de la intolerancia y puedan alcanzar  la paz entre los pueblos.

Los pueblos de Israel y Palestina necesitan vivir en paz. Para eso la comunidad internacional debe ponerle límites a Israel.

Por eso reclamamos:

  • Enviar una misión para detener los bombardeos y la ofensiva militar terrestre de Israel
  • Bloquear el comercio militar con Israel, como resolvió la ONU en 1975
  • Aplicar sanciones económicas obligatorias por la ONU, como sucedió con el Apartheid en Sudáfrica.
  • Brindar ayuda humanitaria al pueblo palestino, y reconocer a Palestina como un Estado soberano, independiente y libre en el territorio que le corresponde.

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