Desde su independencia de la Corona Española en 1810 hasta su consolidación como República y Estado soberano en 1857, México ha enfrentado una serie de cambios sociales, políticos, económicos y confrontaciones internas cuyo trasfondo radica en la lucha por el poder de un pueblo que sigue reproduciendo la opresión de la ocupación española, solo que ahora, a manos de propios y extranjeros.

La violencia que impera en un país que debiera estar a la vanguardia en materia de derechos humanos y prosperidad, imposibilita todo desarrollo y progreso, la corrupción, la impunidad y una cultura malinchista, ha mantenido, por más de doscientos años, estancada a la Nación. Lo que hoy día el mundo aprecia de la situación que se vive en México, es parcial y sesgada, comparada con una realidad que supera cualquier ficción:

  1. La esclavitud ha seguido siendo una práctica entre los caciques contra las comunidades indígenas, bajo el amparo y silencio de un gobierno que poco menos que nada se ha ocupado de ello por nepotismo y que solo voltea la vista a ellas cuando se trata de despojarlos de las áreas que habitan para disponer de los recursos que en ellas se encuentran.
  2. La persecución política y desaparición forzada han tomado otros matices que hoy día se manifiestan a la luz del día bajo la simulación del ejercicio de un estado de derecho que tiene todo, menos legalidad.
  3. La pena de muerte a manos de policías, militares, marinos y otras fuerzas armadas, es una práctica que, en los últimos ocho años, suman a cientos de miles de civiles y que, bajo una simulación mal aplicada, culpan a la delincuencia organizada, cuando en el país no hay delincuentes mejor organizados que miembros del mismo gobierno en confabulación con grupos delictivos.
  4. La violación de derechos humanos como la libertad de expresión, la vida digna, la educación, la seguridad y la salud, tiene tan desocupado a los integrantes del gobierno, los cuales están enfrascados en obtener la mayor tajada posible de un saqueo a despoblado de una nación que ha soportado décadas de robo por parte de los políticos.
  5. El conflicto se extiende a los inmigrantes y migrantes que usan la ruta más rápida para alcanzar el sueño americano de llegar al vecino más poderoso que tiene México, cuya situación jurídica y seguridad son un punto clave en el socavamiento de la soberanía al no garantizar la seguridad y vida de ellos, los cuales, si no son víctimas de las mismas autoridades, son víctimas de grupos que los exterminan, esclavizan, extorsionan o utilizan para engrosar sus filas.
  6. La cínica política que se ejerce y la forma burda en que la clase se justifica es una agresión a la dignidad de cualquier persona, a la razón y a la sensibilidad humana. La oligarquía que impera no yace en las clases privilegiadas, sino el los políticos y sus allegados, y todos tienen un común denominador, escasa o nula formación en materia de derecho, compran los títulos, acuerdan los puestos y usan el abuso de poder como arma contra el pueblo.

Pese a que el país cuenta con una Constitución que otorga la base de la soberanía y forma de gobierno al pueblo, garantiza los derechos humanos fundamentales y el estado de derecho. La forma en cómo se ejerce el poder anula toda práctica de ello.

¿Por qué no nos declaramos un estado fallido?

Porque dados los acuerdos, tratados y reformas de los últimos tres años, nuestra soberanía ha sido socavada a niveles alarmantes, porque en vistas de lo que sucede en otros países, donde EEUU interviene, sería una forma segura de suicidarnos como nación independiente.

¿Qué podríamos hacer?

Rebelarnos y desconocer todo nombramiento público de los gobernantes actuales e instaurar una forma de gobierno provisional con el único candidato que se ha apegado a derecho: AMLO y su gabinete de colaboradores.

¿Cuáles serían los retos a enfrentar?

Los acuerdos que tienen los gobiernos: federal, estatales y municipales, con los grupos delictivos para soportar su poder; los acuerdos que el gobierno federal ha hecho con el gobierno de EEUU y la unidad que debe existir entre el pueblo, pese a los interese particulares de cada quien.

En cuanto a los tratados internacionales que ha firmado el actual gobierno con países extranjeros, deben ser revisados nuevamente y reestructurados por especialistas en el área. Porque pese a la promoción que EEUU y nuestro gobierno ha hecho, sobre los niveles de ignorancia e incompetencia, lo cierto es que dichas cifras han sido sesgadas para justificar la vulnerabilidad en la que colocan a la nación para repartir los recursos en beneficio de una minoría.

Por experiencia puedo mencionar que, si bien es cierto que nuestro gobierno ha hecho grandes esfuerzos por destruir todo rasgo de razonamiento y cultura, lo cierto es que tenemos gente capaz y competente en distintas áreas, que ha sido sepultada bajo montañas de burocratismo para que no puedan aspirar a puestos y prestaciones destinados para los integrantes del gobierno despótico.