Declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad, esta pequeña población uruguaya les regalará una improvisada y visual clase de historia, puesto que sus calles todavía conservan la apariencia de siglos pasados. Dominada años atrás por portugueses y españoles, sus calles les mostrarán la diferente arquitectura de sus colonizadores hasta el punto de que la forma de los desagües de la propia calzada les dará a entender si dicha calle es de origen luso o hispano.

Sin apenas tráfico que les moleste en su visita, pues su casco antiguo está acotado para los vehículos, en el centro histórico de Colonia del Sacramento no solo podrán contemplar las excelencias de la arquitectura colonial, sino también parte de sus antiguas murallas y un pequeño pero coqueto paseo marítimo en donde podrán contemplar, en ocasiones, un enfurecido mar si es que la visitan durante el período invernal, tal y como me sucedió a mí.

Para llegar a esta ciudad lo más práctico es coger un ferry desde Buenos Aires, ya que en apenas una hora los llevará a su destino. Aparte de su casco antiguo, también es recomendable tomar el autobús para visitar las playas de los alrededores y entablar conversación con sus moradores. E incluso, si tienen suerte, es muy posible que tanto la propia ciudad como sus gentes les sorprendan, tal y como me ocurrió personalmente a mí, ya que en mi visita pude contemplar en vivo y en directo la gran pasión que sienten los uruguayos cuando su selección de fútbol es capaz de pasar ronda en una de las eliminatorias de un Mundial, pues si algo tiene de bueno esa locura que provoca este deporte, es que al menos por unas horas las gentes son capaces de ilusionarse para desconectar momentáneamente de la dura realidad que les toca vivir a diario. Otra cosa, claro está, es la utilización del fútbol por parte de los dirigentes para desviar la atención de su mala gestión hacia otro lado, pero eso, tal y como he comentado y denunciado en muchos de mis artículos, es otra historia.

Así pues, y si están pasando unos días en la cercana Buenos Aires, les recomiendo que bien vale la pena coger el ferry para visitar al menos durante un día esta bonita localidad uruguaya cargada de historia y, como en cualquier otra ciudad del mundo, repleta de gentes que les transmitirán amabilidad y pasión por sus propias raíces.

Víctor J. Maicas es escritor y autor del blog victorjmaicas.blogspot.com