El futuro es espacio compartido.

Espacio… del color de la mirada

pintada en el fondo de su abismo.


El espacio es un lugar para los besos.

Un oasis de encuentros entre dunas

donde las bocas rimadas pintan versos.


Los besos… son el sueño de los labios.

Silencioso poema entre los dientes

rescatando el futuro y sus espacios.


¡GLOBALIZACIÓN! ¡Qué palabra tan des-comunal!

La Globalización y su Neoliberalismo han supuesto la privación de alternativas y de oportunidades, de subsistir la mayoría, el beneficio de unos pocos, la generación de excedentes humanos condenados a la indigencia y la inseguridad, la violación de los Derechos Humanos y el fin de la soberanía de la tierra.

Han globalizado la política y la economía, “su economía”, la explotación, el expolio, la desigualdad, la pobreza… y han levantado muros, barreras, vallas, fronteras, murallas y alambradas… para mantener alejada la miseria de quienes la generan.

“Y los muros de vergüenza,

de silencios y emboscadas,

de soberbia y sin razones

se derriban con palabras.”

Nacemos en una familia, una ciudad, un país… y lo mismo que llevamos nuestro nombre cosido en la piel, nuestro origen y nuestra nacionalidad, con todos sus símbolos, nos lo van inoculando, nos lo graban a fuego en el cuerpo para distinguirnos y separarnos, para limitarnos a una porción de tierra, que se convierte en una jaula, a veces en una prisión para toda la vida y en destino final apresurado.

“Somos de esa porción de tierra donde nuestra alma puede respirar.”

En la Era de la Globalización, de las comunicaciones y los viajes virtuales, queremos globalizar los caminos, los recursos, las oportunidades, el capital humano… no la miseria.

¡Globalización humana! ¡Un planeta sin fronteras!

“La tierra no tiene mundos.

El mundo no tiene puertas.”