Es inadmisible que los alumnos que opten por la educación religiosa, evaluable, no sigan la “alternativa” de educación ética… y que la Educación para la Ciudadanía se sustituya por una “Educación Cívica” debidamente ahormada por unos criterios que se hallan en total desacuerdo con el Estado “aconfesional” que establece, con muy buen sentido, la Constitución española.
Recientemente, la Conferencia Episcopal ha “intervenido” depurando a los ponentes de unas jornadas organizadas por las “Escuelas Católicas”!
Cada día que pasa pienso más, como el Obispo Casaldáliga, en la necesidad de una iglesia “del Evangelio y de las sandalias”.
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