Pero ahora, hay otro sector que dice, que los poetas somos “gente rara” que tenemos el ego muy subido y que somos prepotentes. Y yo, les contesto que hablarán de otro, ya que yo, soy muy normal. No conozco poetas que sean así. Tal vez, y como en cualquier otro tipo de escritores, hay algunos que están por encima de bien y del mal; pero eso, es como en la sociedad y no hay que darle la mayor importancia, cada cual que sea como quiera o como le dejen ser.

No sé si vendo mucha o poca poesía. Nunca me ha importado. Lo que más me importa es escribir, contar lo que veo, lo que siento, lo que les pasa a otras personas, y siempre, narrando los aconteceres con palabras sencillas y cercanas al lector de la calle. Uno de los elogios que me ha llegado al alma (que no han sido muchos, por cierto) fue el de una señora que me dijo al finalizar una presentación: Su forma de escribir poesía, es sencilla y muy humana. Es usted un poeta de barrio. Desde ese instante empecé a creer un poco más en lo que escribía, y ahora, soy un humilde poeta de barrio que cuenta historias a través de sus poemas a la gente que camina diariamente por las aceras de nuestros barrios, de nuestros pueblos, de nuestras ciudades.

Y claro que sí, estimados lectores, soy poeta y escritor, o escritor y poeta, o tal vez, soy un “escripoeta” como también soy, hombre y humano; así somos algunos poetas, personas felices con lo que hacemos, dichosos con lo que contamos y fielmente enamorados de las letras que escribimos.

Os recomiendo que no os dejéis engañar por cantos de sirena. Leed poesía, tenemos muchos poetas en nuestro país que dan alas a su pluma y llegan al corazón. Escribir un poema y contemplar tantos sentimientos en tan pocos versos, es la belleza de la poesía. Os recomiendo que tengáis a mano un poemario, que lo dejéis en la mesa del comedor, en la mesilla de noche, en el despacho, o en la cocina; y cuando os embarguen los sentimientos, lo abráis por cualquier página para dejaros embadurnar con esas sensaciones que el poeta os ha dejado únicamente para vosotros. La poesía deja de ser del poeta, cuando el lector la hace suya. Esa es la verdadera magia de la poesía.

Disfrutad leyendo y dejad que vuestra imaginación vuele por el país de las fantasías de los versos del poeta.

 

José Luis Labad Martínez es miembro de la Academia Norteamericana de Literatura Moderna Internacional.