Un día antes, el 1 de julio de 1965, a las 17:40 horas, llegaron en un vuelo desde París, donde habían realizado un concierto el día anterior el grupo musical de Liverpool en un vuelo Air France, al aeropuerto de Barajas, siendo recibidos por unos doscientos jóvenes, donde les esperaba un Cadillac para trasladarles hasta el Hotel Gran Meliá Fénix en la calle Hermosilla de la capital de España.

La llegada de Los Beatles no fue bien vista por el gobierno ni los dirigentes franquistas que veían a estos jóvenes con melenas (y eso que llevaban el pelo bastante recortado) como una peligrosa invitación al libertinaje y a las buenas costumbres.

El primer contacto para traer a Los Beatles a España se había iniciado dos años antes, durante el verano de 1963, pero no será hasta el 5 de febrero de 1965, en Londres, cuando se firme el contrato entre el patrocinador del concierto Bermúdez y el representante del grupo musical inglés, Brian Epstein. El empresario español tendría que pagar 5.000 libras esterlinas (5 millones de pesetas) al representante de los cuatro de Liverpool. Además, tendría que correr con todos los gastos que generasen en Madrid. Bermúdez no tenía en efectivo dicha cantidad y pidió dinero prestado al cantante Rafael para poder cerrar el acuerdo.

La noche anterior al concierto, Los Beatles, salieron a un tablao en compañía del periodista Alfredo Amestoy y, posteriormente, en el hotel, el Sherry Institute y las bodegas Domecq organizaron una cata de vino de Jerez y firmaron con tiza en los toneles que habían llevado hasta el Hotel Gran Meliá Fénix.

Por fin, el 2 de julio, se inicia el concierto a las 20:30 horas terminando unos 35 minutos después, 21:05 horas. Apenas hubo media entrada (unas 5.000 personas) debido al alto precio de las entradas (entre 75 pesetas la más barata y las 450, la más cara) y a las medidas de seguridad tan fuertes que conminaba a que la gente no asistiese al concierto. En total Los Beatles tocaron doce canciones de su amplio repertorio entre ellas: Twist And Shout, Rock And Roll Music o Ticket To Ride.

Los Beatles tocaron maravillosamente y las canciones que interpretaron eran de las mejores de su repertorio. Se puede decir que no escatimaron esfuerzos en atraer a los espectadores dedicando una de sus canciones “al pueblo español”. Así, pues, podemos decir que el concierto cumplió con todas las expectativas de sus admiradores.

Al día siguiente la prensa española, controlada por el aparato franquista, se mostró bastante hostil a la visita. Hasta el periodista Jesús Hermida escribía en el periódico Pueblo que “Los Beatles no tenían ningún futuro”. Más comedido fue el periodista José Luis Martínez Redondo que escribió: “…Los Beatles hay que oírlos en casa, a solas, y entonces descubre uno que sus ritmos no son nada despreciables, que sus canciones tienen un algo que cala, que se comprende perfectamente su larga estancia en los primeros lugares de la gran clasificación del disco”.

Poco tiempo después Los Beatles dejaron de tocar en directo debido a las amenazas de asesinato que se estaban prodigando y, a partir de 1966, ya no actuaron en más conciertos dedicándose varios años más a grabar discos hasta su disolución en 1970.