Se trata de una iniciativa mundial que denuncia las amenazas, el encarcelamiento injusto, la discriminación o la intimidación que sufren personas con nombre y apellido que se encuentran en riesgo inminente. La campaña busca visibilizar sus situaciones y lograr avances concretos en sus casos.
El artista Ai Weiwei ha creado para la ocasión una serie de ilustraciones para ponerle rostro a estas personas. Su trabajo se suma así a la acción individual de miles de personas que escriben una carta, envían un fax, firman una ciberacción o aportan una firma en su apoyo.
“Participo en esta iniciativa para apoyar a las personas que han sufrido por hacer o decir cosas que sus gobiernos no aprobaban. Como artista, la libertad de expresión es esencial para mi trabajo, y sé por experiencia propia lo que sucede cuando esa libertad entra en conflicto con el poder, y lo importante que es el apoyo global cuando el Estado intenta silenciarte. El permitir que la gente se exprese es lo que diferencia una sociedad moderna de una sociedad bárbara”, ha manifestado Ai Weiwei.
“Amnistía Internacional pide a la gente que se tome la injusticia como algo personal, y hay pocas maneras más directas de actuar que firmar una carta o una ciberacción para decirle a una persona valiente que la apoyas, o para recordar a las autoridades que estamos vigilando lo que hacen”, ha declarado Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional en España.
En España, Amnistía Internacional denuncia los casos de Annie Alfred, víctima de la superstición y la magia en Malawi por el mero hecho de ser albina, Máxima Acuña atacada por defender la tierra y el medio ambiente en Perú y Eren Kesin procesada más de 100 veces en Turquía por alzar la voz contra el gobierno .
Víctima de la superstición y de la magia
Annie Alfred es una niña como cualquier otra de Malawi. Sus amigos y su familia la quieren. Tiene 10 años y de mayor quiere ser enfermera. Pero tal vez no viva lo suficiente para cumplir sus sueños porque hay gente que cree que su cuerpo tiene poderes mágicos, y piensa que no es humana.
Annie nació con albinismo, trastorno hereditario que impide a su cuerpo producir el color, o la melanina, necesario para proteger su piel del sol. En Malawi, entre 7.000 y 10.000 personas comparten este trastorno. Todas ellas corren el peligro de ser perseguidas y asesinadas por gente que cree que se hará rica con las partes del cuerpo de una persona albina. Las agresiones contra personas con albinismo han aumentado drásticamente desde noviembre de 2014. Sólo en 2015, se denunciaron 45 casos de asesinato o intento de asesinato y secuestro.
Las personas como Annie no tienen ningún lugar donde estar a salvo. No sólo las pueden secuestrar los delincuentes, sino también miembros de su propia familia. Amnistía Internacional exige a las autoridades de Malawi que proteja de los asesinatos a las personas con albinismo.
Atacada por la policía por defender la tierra y el medio ambiente
Máxima Acuña no dará marcha atrás. Esta campesina del norte de Perú ha hecho frente a violentos ataques de la policía local por negarse a abandonar la tierra en la que vive con su familia. Máxima ha entablado una batalla legal en torno a la propiedad de la tierra contra la empresa Yanacocha, que controla una de las mayores minas de oro y cobre del mundo. Cree que el hostigamiento al que la somete la policía es una maniobra para alejarla de su hogar, pero no va a rendirse.
Gracias a su coraje, en 2016 ha sido galardonada con el Premio Goldman, considerado como el Nobel medioambiental. Amnistía Internacional quiere asegurar que ella y su familia puedan vivir en paz en sus tierras, hasta que los tribunales tomen una decisión definitiva. Para ello pide a las autoridades de Perú que les protejan de la violencia y la intimidación.
Procesada más de 100 veces por alzar la voz
Eren Keskin, abogada y antes directora de un periódico, lleva más de una década criticando abiertamente al Estado turco.Hace 11 años pronunció un discurso que enfureció a las autoridades porque las acusaba de haber “matado a un niño de 12 años”: Uğur Kaymaz. Para Eren, la muerte de este niño en 2004, a manos del ejército, es una de las muchas infamias de la historia de Turquía.
Por este y otros artículos publicados en el periódico kurdo que dirigía, ha sido acusada en repetidas ocasiones de insultar al Estado turco y al presidente. Eren ha sido llevada ante los tribunales más de 100 veces por hacer oír su opinión sobre la grave situación de la minoría kurda en Turquía. La enorme cantidad de causas abiertas en su contra constituye, claramente, un caso de hostigamiento. Y a Eren se le agota el tiempo: si se celebran nuevos juicios, podría ser encarcelada en cualquier momento, y por mucho tiempo. Amnistía Internacional pide a las autoridades de Turquía que no encarcele a Eren.
Vale la pena luchar
En la campaña #PersonasXPersonas que Amnistía Internacional lanzó en 2015, con motivo del día internacional de los derechos humanos, participaron cientos de miles de personas de más de 200 países y territorios. Se enviaron más de 3,7 millones de cartas, mensajes electrónicos, SMS, faxes, tuits y comunicaciones similares, y se convirtió en la campaña de derechos humanos más grande del mundo. Sus firmas contribuyeron a lograr grandes victorias en materia de derechos humanos en todo el mundo.
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República Democrática del Congo: El 30 de agosto de 2016, los jóvenes activistas Fred Bauma e Yves Makwambala fueron puestos en libertad bajo fianza tras haber sido detenidos en una conferencia de prensa y haber sido acusados de formar una banda delictiva e intentar derrocar al gobierno. Hasta su liberación, Fred e Yves estaban a la espera de ser juzgados en un proceso en el que podrían haber sido condenados a muerte. Activistas de Amnistía Internacional escribieron más de 170.000 mensajes de apoyo pidiendo su liberación.
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México: El 7 de junio de 2016, Yecenia Armenta fue absuelta y puesta en libertad, tras pasar cuatro años encarcelada. En 2012 había sido golpeada, semiasfixiada y violada durante 15 horas de tortura hasta que se vio obligada a “confesar” su implicación en el asesinato de su esposo. Activistas Amnistía Internacional enviaron 318.000 mensajes sobre su caso.
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Estados Unidos: El 19 de febrero de 2016, el estado de Luisiana puso en libertad a Albert Woodfox, 44 años después de que hubiera sido recluido por primera vez en régimen de aislamiento, y después de tres sentencias judiciales que anularon su declaración de culpabilidad. Más de 240.000 personas emprendieron acciones en favor de Albert en 2015.
“Lo decía el recientemente fallecido Marcos Ana, uno de los primeros presos de conciencia por los que trabajó Amnistía Internacional en España y cuya intervención contribuyó a lograr su libertad: vale la pena luchar. Un mensaje de solidaridad de un desconocido puede dar fuerza a personas que han perdido la esperanza, y puede hacer reflexionar a autoridades que han perdido la compasión. Que corra la voz: escribir una carta o firmar una ciberacción puede cambiar una vida”, ha declarado Esteban Beltrán.
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