Un año más me dirijo a vosotros en esta época de celebración que es la Navidad.

Un momento inmejorable para pararnos y reflexionar sobre lo que de verdad importa.

Un momento inmejorable para disfrutar de las pequeñas cosas que muchas veces damos por hecho y no valoramos hasta que nos faltan.

Un momento inmejorable para estar con nuestras personas queridas y entre todos aportan el granito de arena a tantas causas que nos tocan el corazón.

Un momento inmejorable para luchar por lo que pensamos, para que se haga realidad aunque en muchas ocasiones sean «cosas» intangibles, pero que son las que dan sentido a nuestras vidas… Estoy segura que esto nos hará reflexionar y de esa forma nos orientará hacia la felicidad, la superación y el compromiso.

Un momento inmejorable para un compromiso que es de todos y que debería inspirarnos y motivarnos como sociedad a través del ejemplo de nuestras vidas, demostrando de esta forma que los valores si nos importan, aunque a veces parezca que no están de moda.

Un momento inmejorable para, entre luces y cenas hablar de familia, de amistad,de honradez, de generosidad … y entre turrones y mazapanes cantar y reír. Porque si de verdad creemos en la Navidad, nos queda poco espacio para las penas.

Un momento inmejorable para disfrutar con la familia y los amigos de la magia de la Navidad. Un momento inmejorable para conocer centros y asociaciones, y diversas organizaciones realmente solidarias y hacer felices a otros niños, que desgraciadamente no tienen lo mismo que los que viven en el primer mundo.

Un momento inmejorable para acompañar a nuestros mayores y alegrarles la vida acercándonos a ellos.

De esta manera, este momento inmejorable nos hará más felices.