Todo niño debería poseer el derecho humano básico de estar protegido. El maltrato y negligencia de menores amenazan la seguridad del niño, haciéndole correr el riesgo de sufrir lesiones físicas y emocionales e incluso la muerte. Tenemos que tener bien claro que el maltrato y negligencia de menores ocurren en todos los grupos culturales, étnicos, ocupacionales y socioeconómicos.
Según informes, en el mundo 36% de la población son niños y niñas. Uno de cada 12 niños y niñas muere antes de cumplir cinco años, sobre todo debido a causas que se pueden evitar.
En todo el planeta, 1 de cada 4 niños y niñas vive en una situación de pobreza extrema, en el seno de familias que ganan menos de un dólar al día. En los países en desarrollo, 1 de cada 3 niños y niñas vive en una situación de extrema pobreza.
Recientemente, Guatemala se suma a los otros muchos países que sufren tragedias, desde el 8 de Marzo, han fallecido aproximadamente 40 niñas como resultado de las quemaduras, algunas de ellas embarazadas. El siniestro incendio se dio cuando las menores heridas y muertas intentaban protestar, en el Día Internacional de la Mujer, por los abusos sexuales y físicos que sufren en un centro asistencial. Caso que indigna y nos deja con menos fe en la humanidad, y sobre todo en esos funcionarios y entidades que tienen a su cargo el proteger y velar por estos niños y niñas.
En Guatemala es la Secretaria de Bienestar Social, entidad gubernamental, la encargada de “velar por garantizar el cumplimiento y la restitución de Derechos de la niñez y adolescencia a través de la ejecución de programas de prevención, protección, reinserción y resocialización”. Pero por desgracia, la deficiente administración del gobierno de Guatemala, ha recluido a jóvenes en este lugar, sin considerar si son huérfanos, víctimas de violencia, si pertenecen a pandillas o si han sido culpados de delitos criminales. Con la negligencia de caso, el estado los ha clasificado a todos, como un “problema Social”, no importando las causas y origen de cada caso en particular, simplemente son catalogados como un gasto para el gobierno y una carga para los contribuyentes. Todo esto no tomando en cuenta el que Guatemala es el país con mayor tasa de mortalidad infantil de Centroamérica, según lo revelara en su oportunidad el Ministerio de Salud.
Esta tragedia, como toda las tragedias que han acontecido y acontecen en el país de la Eterna Primavera, se deben en parte al desinterés e indiferencia de la sociedad, que solo ve el derecho de su nariz, porque son producto de un sistema corrompido, sistema que ha parido gobiernos que su único fin es el de enriquecer y enriquecer, favoreciendo a unos cuantos, a costa del sufrimiento y las desgracias de los más desfavorecidos. Apadrinados por esos legisladores mal nacidos, a los que llamamos “Padres de la Patria”; los verdaderos responsables de lo que ocurre en esta Nación.
Pero qué podríamos esperar, si muchos de los países desarrollados y ejemplo a seguir, sufren de este mismo problema, del mal de la indiferencia y crueldad que a diario viven millones de niños en el mundo. Tal es el caso de los Estados Unidos, que a la vista de las autoridades de protección infantil, muchos niños y niñas fueron golpeados y han muerto de hambre, reveló un estudio de la agencia Associated Press. El sistema de recolección de datos sobre la mortalidad infantil es tan defectuoso, que nadie puede conocer con exactitud cuántos mueren de abuso o negligencia cada año. El gobierno federal estima que el promedio gira alrededor de 1.650 muertes al año en los últimos años, muchos creen que el número real se duplica.
Así que entonces mis queridos amigos lectores, que como bien lo expresa esta acertada reflexión: “las circunstancias históricas se repiten o se asemejan con asombrosa frecuencia y similitud porque son la expresión de la condición humana”. Como quien dice que este mundo sigue y seguirá, lleno de tragedias y calamidades; y todas ocasionadas por el mismo hombre, por su incidia, egoísmo e indiferencia a las consecuencias de sus actos y desiciones, que al final, solo afectan a los niños y adolescentes que estan destinados absorber y a repetir los mismos males y actitudes que han heredado y seguirán heredando de nosotros mismos y del sistema que determina hacia donde nos encaminamos.
“Si la ayuda y la salvación han de llegar, sólo puede ser a través de los niños. Porque los niños son los creadores de la humanidad”.
Maria Montessori
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