Se fijó el año 2015 como la fecha mágica para la liberación mundial  de la lacra de la pobreza extrema, el analfabetismo y las pandemias. El orbe, según las principales organizaciones  internacionales encabezadas por la Organización de las Naciones Unidas, alcanzaría, si no su desarrollo definitivo, sí el venturoso camino de las soluciones.

En la Asamblea General de la ONU del año 2000 se alentaba a los gobiernos para que impulsaran el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Organizaciones tan prestigiosas como la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización Mundial de la Salud (OMS), la del Comercio o los todopoderosos Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional se unían a las organizaciones de las Naciones Unidas de agricultura, alimentación, ciencia, educación, cultura y a las comisiones económicas para zonas deprimidas y a los diversos programas de la ONU como el de la mujer o el del desarrollo, para la consecución de las metas establecidas.

Desde erradicar la extrema pobreza y el hambre, hasta la sostenibilidad del medio ambiente, pasando por la igualdad de sexos y el empoderamiento de la mujer, los firmantes se comprometieron a no escatimar esfuerzos para conseguirlo.

Transcurridos dos tercios de las fechas fijadas el panorama no puede ser más preocupante o si ustedes quieren, menos halagüeño. ¿Qué fue de los objeticos del milenio?, se preguntan las gentes preocupadas por el destino de las tres cuartas partes de la Humanidad doliente.

POBRES RESULTADOS

El reciente informe de las Naciones Unidas dice en su presentación que los avances hacia el logro de los ODM se ven ahora amenazados por un crecimiento económico lento, incluso negativo y reconoce que ha visto mermada su disponibilidad de recursos por las reducciones de los países donantes. Como argumento explica que los efectos del cambio climático son cada vez más evidentes y tienen un impacto devastador sobre los países pobres, pero también sobre los ricos. Recordemos que el medio ambiente era uno de los ODM, por tanto debemos admitir un fracaso sobre esta meta tan vital.

Otro de los factores desfavorables para la consecución de los objetivos es la tan manida crisis económica. Así, tienden a estancarse las ayudas contra la extrema pobreza. Un dato que apunta el informe es que entre 1990 y el 2005, el número de personas que vivían con menos de 1,25 dólares diarios disminuyó de 1.800 millones a 1.400. En el 2009 se estima que entre 55 y 90 millones más de los previstos para estas fechas estaban viviendo en condiciones de pobreza extrema. Grave retroceso.

Siempre siguiendo las fuentes del informa de la ONU, ya en el 2008 se invirtió la esperanzadora tendencia de principios de los 90 en la erradicación del hambre. El jinete apocalíptico se disfrazó esta vez de crecimiento económico. Escribía, este humilde comentarista hace ya tres años en Otro Mundo es Posible:


foto“Producir biocombustibles a través de transformaciones de productos agrícolas puede parecer progresista en cuanto al desarrollo de los pueblos y ecologista en cuanto a la protección medio ambiental; sin embargo detrás – o delante – de todo esto, está la sobreexplotación de los recursos y lo que es peor, el aumento de la demanda que conlleva al crecimiento de los precios de productos de primera necesidad”.
En algunas regiones del mundo los productos que formaban parte básica de su cultura alimenticia comienzan a escasear. Estamos transformando la economía agrícola y con ello condenando al hambre a los más pobres para que los más ricos paseen en coche o tengan mejor calefacción.

El presidente del Banco Mundial, Robert B. Zoellick ha acuñado un eslogan que puede ser un referente para entender el alcance de la crisis:
“El aumento del precio de los alimentos podría significar una pérdida de siete años en la lucha contra la pobreza en el mundo”.

Ya entonces la FAO anunciaba una larga crisis alimentaria. Las estadísticas esgrimidas por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, la FAO, demostraron que el precio de los alimentos se había encarecido 45% en los solo nueve meses. A esas declaraciones se unió el director del Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtiendo de que cientos de miles de personas padecerían de inanición si los precios de los alimentos continuaban subiendo.

Con todas estas deficiencias alimentarias no es de extrañar que, actualmente, la cuarta parte de los niños en las regiones en desarrollo, sufran insuficiencia ponderal respecto a su edad, lo que limita sus perspectivas de supervivencia, crecimiento y desarrollo; apunta el informa de las Naciones Unidas.

LA SITUACION FINANCIERA Y SUS RESPONSABLES

Decía el malogrado Bob Hope: “Un banco es un lugar donde te prestan dinero siempre que demuestres que no lo necesitas”. Pero la frase debería ser continuada como sigue: …”y en caso de que no puedas devolverlo, allí lo convierten en productos financieros de Venture Options”.

Los arriesgados juegos de banca han llevado a una crisis en la que los más perjudicados son los de siempre. Los fondos comprometidos para los programas de la mejora de la salud materna que eran los menos favorecidos, se ven todavía más mermados. Tal y como anuncia la OIT el desempleo ha crecido durante el 2009, un 7% para los hombres y cerca de un punto por encima para las mujeres. Fruto de esta situación de crisis ha sido la constante reducción desde el último trimestre del 2008 de los ingresos por exportaciones de los países en desarrollo.

Por otro lado, con la alarma sobre la Gripe A, los gastos de los gobiernos en la prevención de la pandemia apocalípticamente anunciada por la OMS, han dejado en aguas de borrajas el compromiso de aumento de ayuda de los países participante en la Cumbre de Gleneagles y en la mencionada Cumbre Mundial de las Naciones Unidas, celebradas ambas en el 2005.

ALGUNOS EXITOS

Tal vez en los temas de educación, mortandad infantil y salud, encontramos los avances más evidentes.

– Las matriculaciones en enseñanza primaria en los países en desarrollo alcanzaron en los primeros siete años del siglo, un aumento del 5% respecto al final del XX, estas cifras se lograron gracias al aumento de población estudiantil en las regiones más pobres. En el África subsahariana el porcentaje fue concretamente de 15 puntos.

La mortalidad infantil descendió en dos décadas desde cerca de 13 millones a menos de 9, en el 2007, en datos de las Naciones Unidas. La lucha contra las enfermedades como el paludismo, el sarampión o el cuantificable retroceso de las infecciones, sumado a los tratamientos antirretroviral contra el VIH y el SIDA, hacen que valoremos el esfuerzo de tantas gentes y la preocupación por tantas otras.

UNA BREVE CONCLUSIÓN

El resumen es expectante, no puede ser negativo pero tampoco podemos ser optimistas. Hay demasiados logros por cumplir y el tiempo apremia.

Desde “Otro Mundo es Posible” iniciaremos una serie de artículos sobre el estado de cada uno de aquellos objetivos y sus previsiones exponenciales para el 2015. Mes a mes, trataremos de explicar qué ha sido de aquellos sueños, porque algunas pesadillas siguen estando tan vigentes como el dolor agudo de las muertes innecesarias. Tardamos tanto en despertarnos que, si no lo remediamos, nuestra realidad será la otra. La más temida.