En la mística de la gestión empresarial se suelen buscar interpretaciones complicadas a conceptos simples y a veces la propia definición de un término puede generar algo de debate o polémica. Éste ha sido a veces el caso de la
“reputación corporativa”.
En las entrevistas realizadas Reputation Institute realizó preguntas simples a una muestra aleatoria de viandantes que circulaban por el madrileño Paseo de la Castellana: ¿Qué significa la reputación de una empresa? ¿Qué palabras son sinónimos de reputación? ¿Qué hace que una empresa tenga buena reputación? ¿Qué empresas tienen buena reputación? ¿Qué empresas tienen mala reputación?
«Este
vídeo ejemplifica lo que mediante nuestra investigación llevamos comprobando desde hace tiempo: el concepto reputación se entiende muy bien y hace referencia a las percepciones que las personas tienen sobre una empresa», explica Fernando Prado, Director Manager de Reputation Institute Spain. La reputación se genera en base a la experiencia personal, las experiencias de otros o la comunicación, sea ésta controlada por la empresa o no.
Hay diferentes componentes que contribuyen a que una empresa sea admirada, aunque lo más importante es siempre la oferta de productos y servicios, pues una empresa ante todo ha de hacer bien el fin para el que se supone que ha sido creada. Otros elementos de importante peso en la reputación son el entorno de trabajo, la contribución a la sociedad, el comportamiento ético, la innovación, la capacidad de liderazgo y los resultados financieros.
Estas variables que Reputation Institute ha delimitado y cuantificado en los estudios RepTrak que desarrollan para muchas de las principales empresas españolas surgen espontáneamente de la boca de las personas que entrevistamos.
Podemos establecer que, entre población general, aproximadamente el 40% de la reputación de una empresa se explica a través de las percepciones de variables relacionadas con el entorno de trabajo, integridad, contribución a la sociedad y cuidado del medio ambiente. Este porcentaje aumenta entre otros stakeholders como líderes de opinión, políticos o inversores.
«Además hemos comprobado que la reputación corporativa está correlacionada muy positívamente con los comportamientos favorables hacia la empresa: compra de sus productos, intención de trabajar como empleado, intención de invertir y hablar positívamente de la empresa. Sumando lo anterior, podemos concluir que las percepciones positivas acerca de las prácticas responsables de las empresas son una palanca para la creación de valor», concluye Fernando Prado.
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