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Mis ojos titilaban

y una tímida sonrisa se reflejaba en la expresión de mi cara.

Mi corazón se expandía ante desconocidas miradas, ecos de mudas palabras que, sin decirme nada, me hablaban.

Hasta que la muerte me separe, estaré enamorada del mar lleno de vida y sal,

del viento susurrándome cientos de inexplicables secretos que sempiternos vienen y van,

de la arena y la tierra que soporta en silencio nuestro rutinario caminar,

de bellas flores, ausentes de días grises y vestidas de mil colores.

Estaré enamorada del sol, de la luna, del cielo y  de mi propio destino.

Me sentiré enamorada de la música por su bella expresión que se acerca al corazón.

Y de la escritura porque me conducirá al conocimiento y la razón.

Estaré enamorada de ti, de tu beldad y dulces pensamientos y

del roce de tu mano y de tu suave aliento.

Hasta que la muerte me separe, seguiré enamorada de ti y aún no te conozco pero sé que te quiero, y cada mañana al abrir mis ojos te contemplo, y no te conozco, pero te siento.

¿Qué es el amor?

No lo sé, quizás… ¿Sea la juventud que cada uno de nosotros lleva por dentro?

 

María del Carmen Aranda es escritora y autora del blog mariadelcarmenaranda.blogspot.com