Desde el punto de vista de la salud tenemos la certeza respecto a que el coronavirus tarde o temprano será vencido, aunque dejará daño y dolor. Por eso, si hablamos de un tema como este, lo primero es desear lo mejor para todos y que las consecuencias sean lo menor posible a nivel personal y social. Pero dicho esto, hoy hemos leído sobre otro aspecto de la pandemia.
Una encuesta en España elaborada por 40 dB, señala varios puntos de la percepción de la población sobre los efectos de todo tipo que preven para el «día después» de esta crisis inicialmente sanitaria.
Por ejemplo, un 67% consideran que provocará un impacto negativo y duradero en la economía española, y más de un 29% que lo hará pero que será de forma temporal. Es decir, prácticamente todos los encuestados consideran que va a tener un impacto negativo.
Otro dato que aporta es relativo al nivel de ingresos que tendrán tras la crisis. En este punto un 43% consideran que su salario se verá reducido bastante o mucho de forma permanente, mientras que un 34% ven bastante o muy probable perder su empleo. Si este temor se cumple, de los 19,3 millones de personas ocupadas que hay en España según la encuesta del INE relativa al último trimestre de 2019, nada menos que más de 6,5 millones de empleos estaría en riesgo.
Obviamente estos datos se corresponden a la percepción de ciudadanos individuales manifestada en una encuesta en un momento de gran preocupación general a todos los niveles, por lo que no hay que tomarlos como previsiones reales.
No obstante, siguiendo con el ejemplo de España, es evidente que va a tener un serio impacto esta crisis sobre el empleo, que a día de hoy es muy difícil cuantificar (no es descabellado hablar de una cifra de siete dígitos) , no obstante seguirá haciendo mella fundamentalmente sobre la clase media que ya sufrió con dureza la crisis de 2008, y cuyas consecuencias en España aún se sufren a día de hoy, con un 14% de paro y la expulsión permanente del mercado laboral de profesionales cualificados de edad superior a los 45-50 años que quedaron en paro entonces, así como una merma de las rentas por trabajo de la clase media. Además, esa clase media es la que tendrá que asumir el grueso del coste de las medidas de esta pandemia.
Lo que parece claro es que al ser de carácter global esta crisis sanitaria, sus efectos serán también de carácter global, por lo que es posible que sean las clases medias de los distintos países quienes soportarán en primera instancia los efectos económicos de la misma.
Desde un punto de vista totalmente objetivo, adelantar lo que puede ocurrir con la economía resulta una simple especulación, tan fiable como lo es fijar ahora fechas para el final de la pandemia. Sin embargo, ¿Podría el sistema económico actual permanecer como lo conocemos, con una clase media menguada y empobrecida, o algo tendría que cambiar? En la vida más allá del coronavirus lo sabremos.
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