El mundo con el paso del tiempo parece que gira al revés, pareciera que todas las luchas ciudadanas, todas las muertes y todas aquellas almas revolucionarias que se han quedado en pie de lucha siguen sin tener ningún efecto en este sistema capitalista. La discriminación es el pan nuestro de cada día, uno de los atropellos mas banales de la sociedad, una de las heridas más profundas que hasta el momento no se ha podido sanar, al contrario crece de manera desproporcionada junto con la pobreza y el hambre.
En esta ocasión quiero alzar mi voz en contra de cualquier tipo de discriminación, quisiera que todos y cada unos de nosotros revisáramos en nuestra historia si en algún momento hemos discriminado a alguien por su origen, su estado físico, su preferencia sexual, por su género, por su condición económica o escolar. Quisiera que reflexionáramos si hemos tenido que pasar por encima de alguien para poder estar en donde ahora estamos y quisiera que evaluáramos si en verdad ha valido la pena y si nos sentimos bien con nosotros mismos. Quisiera que observáramos a nuestro alrededor y analizáramos si de verdad este es el camino que debemos seguir, si es el camino justo para la igualdad y el respeto al derecho ajeno. Mi deseo más grande para todo el mundo es llegar algún día a vivir sin discriminación, poder ver a un mundo donde nos damos la mano unos a otros sin pensar en sacar provecho de ningún tipo. Esto no es utopía es una realidad que todavía está muy lejos de lograrse, sin embargo no es imposible.
Los dejo no sin antes agradecer a la revista ser un espacio libre y difusor de ideas altermundistas, que respeta y valora la diversidad.
Por último quisiera compartir con ustedes esta bellísima frase de Benito Juárez: “EL RESPETO AL DERECHO AJENO ES LA PAZ”
Felices fiestas!
Un placer “escuchar” tu voz Nancy. Me uno a tus deseos de vivir sin barreras, ni sociales ni étnicas ni culturales.El ser humano es lo importante. Feliz año.