Quiero hablarles de una de las partidas, que no es importante en su monto, pero sí lo es en cuanto a estilo e ideología. Ya en los presupuestos de 2015 se coló por vez primera una gasto de más de 30 millones de euros para la “Obra Pía de los Santos Lugares”. Una fundación financiada por dinero público, es decir el nuestro, dirigida por y para religiosos y que ha pasado a depender del erario público, concretamente a cargo del Ministerio de Asuntos Exteriores.

La Obra Pía de los Santos Lugares, tiene como fin: “Mantener e incrementar la presencia española en Tierra Santa”, su objetivo específico es el de: dotar a doncellas en apuros, socorrer a los peregrinos y auxiliar a las almas de los difuntos. Se regula por Ley de 3 de junio de 1940 como una institución autónoma con personalidad jurídica y patrimonio propios. Es decir, sus numerosos edificios, pisos y locales que posee; más de 400 en los mejores lugares de Roma son,  en teoría,  de titularidad pública, pero lo gestionan y sacan provecho y beneficios las autoridades eclesiásticas. Eso sí, con funcionarios pagados por el Estado y dirigidos por eclesiásticos y además, recibiendo ayudas públicas.

No sé, supongo que el gasto podrá especificarlo el presidente del patronato, el ministro de Asuntos Exteriores, o el  vicepresidente, el Rector de San Francisco el Grande de Madrid; pero me gustaría saber en qué conceptos se dotan a las doncellas y quién comprueba que en realidad lo sean, tal vez sea el franciscano versado en asuntos de Tierra Santa, que es uno de los componentes de la junta rectora. Tampoco imagino quién es el que socorre a los peregrinos y en qué conceptos, y por último, me pregunto en mis noches de desvelo: ¿necesitan las almas, de nuestros menguados fondos públicos o habrá que tirar de la mermada hucha de las pensiones para que alcancen el cielo?

La Ley de Racionalización de la Administración tiene  como finalidad reducir el número de organismos públicos, sin embargo, y a la postre, ha terminado incorporando al Estado numerosos organismos religiosos, como la mencionada Obra Pía, mediante el Real Decreto publicado en el BOE  el 17 de octubre de 2014. Todas estas fundaciones eclesiásticas, ricas, exentas de impuestos y sostenidas por todos, seamos o no creyentes, ateos o mediopensionistas, es otra de las trampas que incluirá el presupuesto de 2016. Esperemos que la oposición sea capaz de frenarlas, lo digo si acritud por las doncellas desvalidas y los peregrinos, hablo en nombre de todas las españolas, hayan o no conocido varón, y en nombre de todos los españoles sean o no peregrinos. Respecto a las almas, les aseguro que en el cielo no se precisan tarjetas black. No hace falta ninguna fundación ni ningún gasto, salvo el funerario, para el tránsito a una vida mejor y menos si es a cargo de nuestros bolsillos.