Pero es necesario preguntarse por la motivación de todo esto en un país con riquezas naturales, una población con una trayectoria de madurez y con capas dirigentes caracterizadas por niveles altos de cultura, y con una democracia que parece funcionar.

Para analizar la tramoya de este escenario hay que tener en cuenta sus dos telones de fondo. En primer lugar, habría que plantear unas consideraciones previas. Todos los grupos, y también los más amplios, como puedan ser una sociedad o una nación, pasan por tres etapas: la inclusión (los miembros del grupo buscan la aceptación de los demás), la afirmación (aparece la competencia y la lucha por el poder, se desea destacar individualmente) y la cooperación (surge una fase más productiva en la que se apoya a quien lo necesita y se reconocen los triunfos personales).

Estas etapas se pueden conjugar con la famosa pirámide de Maslow, que, en mi opinión, es aplicable igualmente a los grupos sociales. Abraham Maslow plantea una jerarquía de necesidades de los individuos que todavía tiene gran predicamento. Primeramente, la necesidad más básica es el alimento, el agua y la comida hacen que lo demás importe poco (a excepción del teléfono móvil). Asegurada esta necesidad primaria surge la de la seguridad, el refugio y la vestimenta. A continuación surgen las necesidades sociales, al principio la de pertenencia al grupo, después la de estima de los otros. Más tarde viene la autoestima. Finalmente aparece la necesidad de autorrealización cuando el individuo ya no está motivado por afirmarse a sí mismo y a los demás, tiene un propósito y un sentido en su vida.

Las tres etapas que atraviesa un grupo se pueden relacionar con la jerarquía de Maslow: la etapa de inclusión se corresponde con la necesidad de pertenencia en la pirámide de Maslow, la etapa de afirmación es correlativa con las de estima por parte del otro y de autoestima, y la de cooperación con la de autorrealización.

La evolución social desde el segundo tercio del siglo XX en Latinoamérica ha sido de nuevo favorable al reforzamiento del poder presidencial en la persona de presidentes populistas

Pues bien, Venezuela parece encontrarse en la etapa de afirmación. Necesita remarcar la estima de los otros países y llevar a cabo una cura de autoestima. Y parece que la sociedad venezolana ha llegado a esta situación por la presión interna y externa que ha sufrido. La corrupción e inoperatividad de su clase política y judicial, mientras se trataba de engañar a la población con falsos y estereotipados discursos de democracia y de futuro, el deterioro de la convivencia, y el hundimiento de las economías familiares al tiempo que el beneficio del petróleo se escapaba al exterior, han llevado al pueblo venezolano a una situación de hastío.

Y aquí surge el segundo telón de fondo: el régimen polpulista en el que se ha embarcado Venezuela. La mayoría de los Estados latinoamericanos comenzaron siendo presidencialistas con fuerte matiz autocrático. Los presidentes han ostentado poderes mucho más importantes de los normales en cualquier democracia al uso y, en cambio, los parlamentos nunca han gozado de un gran prestigio. El presidente del Estado en cuestión es fuerte debido a la debilidad de su parlamento, y frecuentemente es el único poder verdadero.

Para paliar esta situación se ha intentado limitar constitucionalmente el poder presidencial; sobre todo a través de la prohibición de la renovación del mandato. En el caso de Hugo Chávez su forma de eludir esta garantía es reformar la constitución y dejarse vía libre a posteriores reelecciones.

La evolución social desde el segundo tercio del siglo XX en Latinoamérica ha sido de nuevo favorable al reforzamiento del poder presidencial en la persona de presidentes populistas (recordemos a Perón en Argentina, Vargas en Brasil o, actualmente, Chávez en Venezuela, Morales en Bolivia, Ortega en Nicaragua o Correa en Ecuador) como medio de afirmación nacional, de encontrar un camino hacia la estima y la autoestima, y como tabla de salvación para las deterioradas economías de los ciudadanos.

Una Venezuela en cambio

Venezuela siempre ha pasado por ser una de las democracias más consolidadas de Latinoamérica. Además, tiene en su subsuelo uno de los depósitos de hidrocarburos más grandes del mundo, así como grandes cantidades de carbón, hierro, bauxita y oro. Sin embargo, el 74% de los venezolanos vive en la pobreza.

fotoAunque muchos venezolanos eran conocidos por su prosperidad durante la época del llamado “boom petrolero”, el subsecuente colapso de los precios internacionales del crudo llevó a muchos de ellos a la pobreza, erosionando la clase media y empeorando aún más a los que ya eran pobres. Además, la combinación de una mala administración de la riqueza unida a la corrupción y el clientelismo político, tanto en el gobierno como en las empresas del Estado, produjo servicios y un sector público ineficientes.

En 1998 los venezolanos quisieron cambiar esa situación al elegir a Hugo Chávez, un ex militar golpista que prometió erradicar la corrupción y reformar el sector público. Chávez llamó a una Asamblea Constituyente que promulgó una nueva Carta Magna, lo que significó un nuevo marco legal, participación más activa de lo militar en lo político, nuevos patrones electorales y una reestructuración de los poderes públicos, lo que produjo, por ejemplo, la eliminación del bicameralismo en el congreso. Estos cambios, que el propio Chávez cataloga de revolucionarios, recibieron fuertes críticas de la oposición, que asegura que ahora hay un acento más presidencialista y menos independencia entre poderes.

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El teniente coronel Chávez salió del anonimato en 1992, cuando formó parte de un intento de golpe de estado para derrocar al presidente Carlos Andrés Pérez. Después de abandonar la prisión, al ser indultado por el presidente Rafael Caldera, forma el Partido V República, con cuya plataforma fue elegido en 1998. Entonces, Chávez se decidió a encabezar una “revolución económica” y a manejar una política exterior independiente.

Hugo Chávez ganó las elecciones en 1998. En el año 2000, tras una controvertida Asamblea Constituyente, el mandatario garantizó su reelección para continuar con su amplio plan de reformas.

En el plano de los derechos y libertades de los ciudadanos, por ejemplo, la mayoría de los medios de comunicación venezolanos son privados e independientes. No obstante, la libertad de prensa está condicionada por un artículo de la constitución que establece el derecho a “una información imparcial y veraz”. Esto es una licencia que tiene el Estado para controlarla de acuerdo a su criterio.

Sin duda alguna la figura de Hugo Chávez está siendo sui generis desde muchos puntos de vista y extremadamente controvertida dentro y fuera de las fronteras de Venezuela. Su influencia sobre la sociedad y la política de Venezuela ha crecido desde entonces. Su partido, el MVR, ha ido conquistando mayorías entre los cargos de elección popular, tanto en las elecciones municipales, estatales y nacionales, así como en las legislativas. Chávez fue reelecto en las elecciones presidenciales del 3 de diciembre de 2006 con una ventaja superior a los 20 puntos.

En el interior

Venezuela se encuentra sumida en una confrontación sin tregua entre dos bandos, uno que apoya y otro que se opone al presidente Hugo Chávez. ¿Pero es esta profunda fractura en la sociedad venezolana producto del mandatario venezolano, como afirman muchos? ¿O dejó Hugo Chávez al descubierto una división que yacía oculta?

Parece que Chávez lo que ha provocado es una radicalización de los venezolanos, aunque el malestar comenzó a generarse por la pérdida de poder adquisitivo tras las caídas del precio del petróleo. El apoyo de los electores venezolanos a Chávez se debe a que han reaccionado ante la inoperancia de unos partidos de corte clásico y ante un proceso de corrupción de las instituciones del Estado. Recordemos que al presidente Carlos Andrés Pérez se le destituyó por corrupción.

Para avivar el fuego de la incertidumbre, Chávez se ha propuesto llevar a Venezuela por el camino de un renovado socialismo, la nacionalización de empresas privadas, una política exterior radicalizada y enfrentada a Estados Unidos, un uso político del petróleo, la expropiación de tierras y un nacionalismo de impredecible futuro.

En el exterior

Desde que asume el poder, Hugo Chávez ha aumentado progresivamente su proyección internacional aprovechando la palestra de mandatario nacional. Sus constantes viajes han tenido generalmente carácter comercial, si bien a partir del 2003 su trabajo como figura internacional se ha alejado paulatinamente de este trabajo diplomático hacia la promoción de su plataforma ideológica; apoyando abiertamente a organizaciones y movimientos políticos que, en ciertos casos, están en abierta confrontación con los gobiernos democráticamente elegidos en sus países. Tal es el caso respecto a Perú, Colombia, Ecuador o España, así como lo fue a Bolivia, antes de la asunción de Evo Morales, a principios de 2006. Ha mantenido además relaciones diplomáticas con mandatarios internacionales que, conocida y abiertamente, están enfrentados al gobierno de los Estados Unidos.

Parece que Chávez es el gran líder regional, desplazando a otros mandatarios que parecían, en un principio, destinados a ocupar tal puesto, como el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva

Hugo Chávez, junto a Néstor Kirchner, presidente de Argentina, ha promovido la integración latinoamericana más que cualquier otro presidente venezolano en los últimos años, llegando más allá de las intenciones de otros mandatarios pro-latinoamericanos. Acciones como vender petróleo a precios preferenciales han conseguido el apoyo a su gobierno en varios de los países del hemisferio, situación que años atrás parecía imposible. Muchos analistas creen que Chávez influyó para que el chileno José Miguel Insulza, candidato no apoyado por Estados Unidos, ganara la elección para secretario general de la OEA.

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Parece que Chávez es el gran líder regional, desplazando a otros mandatarios que parecían, en un principio, destinados a ocupar tal puesto, como el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. Se afirma también que su política en América Latina, que incluye la creación y gestión de Petrosur, Petrocaribe, Telesur y otros inventos varios, lo ha convertido en un personaje influyente en la región.

La aceptación de Venezuela dentro de Mercosur como socio Pleno en el año 2006, le ha dado un viraje a esta comunidad de naciones, planteando en la agenda no sólo temas comerciales sino sociales. Su gran proyecto en el campo del gas incluye el gran Gasoducto del Sur, que plantea la construcción de un gasoducto desde el Caribe hasta el Río de la Plata, donde participarían los piases del Mercosur y Bolivia, en principio. En la actualidad, su cercanía con Bolivia y Cuba, países gobernados por Evo Morales y Fidel Castro, le ha permitido desarrollar planes controvertidos, pero de gran aceptación dentro de la población de los piases, de salud y alfabetización.

Dentro de las tensiones internacionales que Chávez ha provocado en la zona cabe señalar las siguientes:

Tensión con Colombia:

fotoLas relaciones con el gobierno de la República de Colombia han presentado algunos momentos de excepcional tensión e intercambio de reconvenciones entre cancillerías. Ha habido descontentos con el Estado colombiano por asilar, bajo la administración de Andrés Pastrana, a varios de los participantes del fallido Golpe de Estado contra Chávez de 2002; así como también por la acusación, negada por el gobierno de Chávez, de apoyar a las FARC, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (un grupo guerrillero que lucha contra las Fuerzas Armadas Colombianas). A principios de 2005, la captura del miembro de las FARC Rodrigo Granda, produjo una nueva crisis entre ambos países, pues el gobierno de Chávez acusó a Colombia de entrar en territorio venezolano durante el operativo.

Tensión con República Dominicana:

En septiembre de 2003, Hugo Chávez anunció la suspensión indeterminada de la venta de petróleo a la República Dominicana, alegando que el país caribeño no estaba tomando ninguna medida para contrarrestar los intentos de magnicidio contra el mismo Chávez que se afirmaba preparaban algunos opositores a su Gobierno refugiados en ese país.

Tensión con México:

En noviembre de 2005 Chávez tuvo desencuentros diplomáticos con el presidente de México Vicente Fox por diferencias sobre el ALCA en la IV Cumbre de las Américas. Todo comenzó por la siguiente declaración, subida de tono, del presidente venezolano: «Da tristeza que un pueblo heroico como el de México tenga un Presidente que se arrodille al Imperio y cumpla el papel triste que fue a cumplir a la Cumbre de las Américas». Esto fue seguido por una declaración en la que llamaba al presidente Fox «cachorro del Imperio». El Gobierno mexicano retiro su embajador esperando una disculpa formal del Gobierno venezolano. Ante esto, Chávez tomó la decisión de congelar las relaciones mexicano-venezolanas, limitándolas al nivel de encargados de negocios.

Durante la campaña electoral mexicana de 2006, el Partido Acción Nacional, al que pertenece Vicente Fox, difundió por televisión las declaraciones de Chávez sobre el presidente mexicano, lo acusaba de intolerante y lo intentaba vincular con el izquierdista Andrés Manuel López Obrador.

Tras las elecciones de 2006, Andrés Manuel López Obrador denunció fraude y Hugo Chávez aprovechó para no reconocer al nuevo Gobierno mejicano.

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Tensión con Perú:

En junio de 2001, el gobierno de Chávez fue acusado de proteger a Vladimiro Montesinos, asesor del ex presidente peruano Alberto Fujimori. Por ese entonces, Montesinos estaba prófugo de la justicia peruana, acusado de corrupción durante el gobierno de Fujimori.

Entre enero y marzo del 2006, emitió constantemente expresiones de apoyo al candidato Ollanta Humala en las elecciones generales peruanas, lo que fue considerado por la opinión pública peruana como intromisión en los asuntos políticos del Perú, ya que a la vez atacaba a Lourdes Flores en la primera vuelta y a Alan García en la segunda.

El 29 de abril de 2006 Perú decidió retirar a su embajador en Venezuela por los insultos que Chávez profirió al presidente Toledo y al candidato a la presidencia del Perú, Alan García, en medio de un fuego cruzado de declaraciones punzantes. García llamó a Chávez «sinvergüenza» por criticar las firmas del TLC con Estados Unidos por parte de Colombia y Perú, y se refirió tanto a él como al presidente Evo Morales como «chicos malcriados». Hugo Chávez expresó que el candidato peruano Alan García era un «canalla, tahúr y ladrón». Además, agregó que tanto él como el presidente de la República del Perú, Alejandro Toledo, son «caimanes del mismo pozo». Y Chávez remató diciendo: «Si por obra del demonio el señor García llega a ser elegido presidente del Perú voy a retirar mi embajador del Perú porque con un presidente así Venezuela no va tener relaciones con el Perú».

En los primeros días de mayo del 2006, el gobierno de Hugo Chávez retiró a su embajador de Lima, con lo que las relaciones diplomáticas entre ambos países quedaron suspendidas.

Tensión con Estados Unidos:

fotoComo resultado de la hostilidad entre Hugo Chávez y George W. Bush, en 2005 los agregados militares estadounidenses en territorio venezolano fueron expulsados, acusados de violar la soberanía nacional y las leyes venezolanas, de cometer conspiración y espionaje. Igual se hizo con los agentes de la DEA y después con las misiones evangélicas Las Nuevas Tribus (esta última acción apoyada por la oposición venezolana y la Iglesia Católica). Sólo quedaron los funcionarios diplomáticos estadounidenses en la Embajada de Caracas. El gobierno de Chávez asegura que durante el golpe de abril de 2002, funcionarios y barcos de guerra de EE.UU. participaron en el mismo, y afirma que fotos de satélite y “acciones” por parte de la Fuerza Aérea venezolana lo demuestran, si bien no ha hecho públicas dichas fotos ni ha referido al carácter de las mencionadas acciones por parte de la Fuerza Aérea.

Análogamente, algunos funcionarios venezolanos han tenido problemas a la hora de pisar suelo estadounidense, negándoseles visados y entrada por parte del gobierno de Bush. Al personal cercano al propio Chávez le negaron en un principio la visa para asistir a la Asamblea General de la ONU de 2006, en Nueva York, en la que Chávez dio un vigoroso discurso en el que criticó la política exterior de Estados Unidos, calificó a Bush de «diablo» y acusó a la CIA de ser responsable del asesinato del político chileno Orlando Letelier (ex ministro de Salvador Allende), ocurrido en Washington, DC en 1976.

Otros frentes:

En otros frentes, el Brasil de Lula da Silva se ha mantenido a una prudente distancia del populista Chávez. Otra cosa bien distinta son las relaciones de Venezuela, o más bien de Hugo Chávez, no solamente con Cuba, Bolivia, Nicaragua o Ecuador, con cuyos regímenes antinorteamericanos y populistas mantiene un amoroso hermanamiento, sino con los países árabes.

Es evidente que en Venezuela la República Bolivariana ha surgido como fruto de una insana y corrupta manera de hacer política por parte de partidos y políticos

Desde que Chávez llegó al poder, se ha ido acercando a los países árabes y musulmanes, teniendo en cuenta que la mayoría de estos, al igual que Venezuela, son grandes productores y exportadores de petróleo. Chávez promovió la celebración de una cumbre extraordinaria con los países de la OPEP y visitó todos los países miembros incluyendo a Libia, Irán e Irak (cuando este último era gobernado por Saddam Hussein). De esta manera Chávez logró estrechar las relaciones con los regímenes de países de Oriente Medio con quienes sigue manteniendo intereses comunes en el área energética.

Irán es el país musulmán con mayor inversión en Venezuela, gracias a su cercana afinidad al gobierno que preside Chávez. Ha instalado grandes empresas de ensamblaje de automóviles, tractores y de otro tipo en “la pequeña Venecia”. Venezuela, a cambio, ha votado en instancias internacionales a favor de Irán: el ejemplo más impúdico fue en la Agencia Internacional de Energía Atómica, donde Venezuela abogó por permitir el desarrollo de la energía nuclear por parte de Irán. En el año 2006 Venezuela fue aceptada como miembro observador de la Liga Árabe

Es evidente que en Venezuela la República Bolivariana ha surgido como fruto de una insana y corrupta manera de hacer política por parte de partidos y políticos. Parece obvio que Venezuela está en un periodo de reafirmación nacional. Pero la dirección que ha tomado el país que fue modelo democrático en Sudamérica es desconcertante e inquietante.