Aunque es difícil conocer las cifras exactas, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia estima que sólo en República Centroafricana, el número de niños que están siendo utilizados como soldados puede llegar a los 6.000. Según Amnistía Internacional, la mayoría de los menores de edad reclutados como soldados en el país son varones. Pero también las niñas son reclutadas o alistadas a la fuerza, y a menudo son violadas o sometidas a esclavitud sexual y otras formas de violencia sexual como “esposas” de mandos militares mayores o de alto rango.

“Vengo del norte del país, donde el viejo ejército solía venir a causar problemas. Un día vinieron a pegar a mi padre, le ataron las manos y le dispararon. Él sobrevivió, pero yo decidí que no soportaría esto nunca más, así que me uní a los rebeldes. Me dieron una pistola y me enseñaron a usarla. Yo solo soy un niño, pero sé lo que es un conflicto. Yo fui parte de él, he visto cosas horribles; cuerpos mutilados, sin cabeza, mucha sangre… He hecho cosas de las que me arrepiento, pero tienes que comprender que yo era un soldado y no tenía otra opción. Si un general te dice que pares a alguien y le pegues, incluso sin motivo o aunque sean mujeres o ancianos, no puedes decir no.” Namboro se unió a los rebeldes en República Centroafricana con 16 años. Viajó desde el norte hasta la capital, Bangui, donde fue identificado como menor de edad, liberado del ejército y ahora participa en un programa de rehabilitación de Save the Children.

Durante el 2013 se han producido algunos avances. Representantes de Naciones Unidas han logrado entablar un diálogo productivo con 21 partes en conflicto y, como resultado, se han establecido 18 planes de acción con fuerzas y grupos armados. El Gobierno de la República Democrática del Congo y las Naciones Unidas firmaron un plan de acción para poner fin al reclutamiento y la utilización de niños. El Gobierno Federal de Transición de Somalia firmó también un plan de acción para poner fin al asesinato y la mutilación de niños, el primer plan de este tipo firmado por una de las partes en conflicto. Por otro lado, el Gobierno de Yemen se comprometió a trabajar con las Naciones Unidas para elaborar medidas concretas y con plazos determinados para acabar con el reclutamiento y la utilización de niños por las fuerzas armadas yemeníes. En Chad, el Gobierno ha intensificado sus esfuerzos con el objetivo de lograr el pleno cumplimiento del plan de acción para poner fin al reclutamiento y la utilización de niños por el Ejército Nacional del Chad, firmado en 2011.

Sin embargo, aunque no se conocen las cifras exactas, cada día cientos de miles de niños y niñas participan en conflictos armados, se ven sometidos a situaciones extremas, son utilizados para cometer atrocidades, sufren malos tratos, violaciones o son testigos de asesinatos. No siempre participan activamente en los combates, también se les asignan funciones de apoyo, como ser porteadores de soldados heridos, de munición, ser espías o mensajeros y, en el caso de las niñas, a veces obligadas a servir de esclavas sexuales. Los actos de violencia de los que son testigos o que son forzados a cometer tienen consecuencias muy graves en el desarrollo de estos niños, en su salud física y mental, y puede mermar seriamente su capacidad de tener un futuro mejor si no reciben el apoyo que necesitan.

Las organizaciones Alboan, Amnistía Internacional, Entreculturas, Fundación El Compromiso y Save the Children solicitan a los estados que aún no lo hayan hecho, que ratifiquen el Protocolo facultativo de la Convención de derechos del niño sobre la participación de menores en conflictos armados, la herramienta que asegura que ningún niño o niña es utilizado como soldado. El Protocolo aumenta la edad mínima para la participación directa en hostilidades de 15 a 18 años y obliga a los Estados parte a poner en vigor disposiciones estrictas allí donde no se cumpla, impedir el reclutamiento y proporcionar servicios de recuperación a los niños desmovilizados. En la actualidad, 152 países han ratificado este Protocolo. Todavía 22 no lo han firmado ni ratificado y 20 lo han firmado, pero aún no lo han ratificado. España lo ratificó en el año 2002.

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