Antecedentes: la investigación
Según las autoridades judiciales de Estados Unidos, país donde se comienza la investigación, los delitos que se les imputan a los mandatarios de la FIFA arrancarían en 1991. Se les acusa de abusar de sus cargos de confianza para su beneficio personal: recibir nada menos que 150 millones de dólares en sobornos a cambio de derechos en algunas de las competiciones de fútbol más importantes del mundo.
Como las transacciones se realizaron en bancos americanos, fue Estados Unidos quien tomó la iniciativa de estudiar el caso a fondo. En paralelo, Suiza inició una investigación por la que supuestamente altos cargos de la organización habrían recibido sobornos y habrían lavado dinero negro a través de la designación de Rusia y Qatar como sedes de los mundiales de fútbol (2018 y 2022).
El momento de la detención
La investigación llega a su cenit en la madrugada del miércoles, cuando la policía suiza entra en el Baur au Lac, uno de los mejores hoteles de Zúrich, donde estaban alojados la mayoría de altos directivos del fútbol mundial. Siete fueron detenidos, de los cuales seis ahora se oponen a ser extraditados a Estados Unidos, de donde procede la orden de detención.
Implicados
Se han visto implicados 18 altos cargos de la Federación, en su mayoría presidentes, vicepresidentes o ex presidentes de confederaciones regionales que componen la FIFA, entre ellos el presidente de la Concacaf, Jeffrey Webb, y el de Conmebol, Eugenio Figueredo.
Reacción de la UEFA
Poco después de la detención en Suiza, la UEFA, máximo órgano del fútbol en Europa, instó a la FIFA a posponer sus elecciones presidenciales, previstas para el viernes. Según relata el New York Times, la UEFA exponía en un comunicado que “el Congreso de la FIFA debe posponerse y la elección del presidente debe tener lugar dentro de los seis meses”.
Joseph Blatter, en sus peores momentos
El escándalo de la FIFA ha quebrado la Federación desde dentro. Blatter, su presidente desde 1998, ha reconocido en un comunicado publicado el miércoles que “lo ocurrido hoy impactará en la manera en que mucha gente nos ve”. No titubea al entonar el mea culpa y el de la asociación que preside: “Permítanme ser claro. Tales conductas indebidas no tienen cabida en el fútbol, y nos aseguraremos de que los que incurran en ellas sean apartados del fútbol”.
Reacciones
Desde que estallara el caso ante la opinión pública, las reacciones de la comunidad amante del fútbol no se han hecho esperar. Muchas de las críticas atacan directamente a Blatter, a quien cargan con todas las culpas e, incluso, dan por supuesto que el presidente ya sabía todo lo que se cocinaba dentro de su organización. ¿Influirá este golpe al prestigio de la FIFA en la reelección de Blatter, prevista para mañana?
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