En agosto de 2009, el Tribunal General de Abha, localidad del suroeste de Arabia Saudí, declaró a los siete culpables de un robo a mano armada cometido en enero de 2006. Uno de ellos, Sarhan bin Ahmed bin Abdullah Al Mashayekh, fue condenado a muerte seguida de crucifixión, y los otros seis, Sa’id bin Hassan bin Ahmed al-‘Amri, Ali bin Muhammad bin Hazam al-Shihri, Nasser bin Sa’id bin Sa’ad al-Qahtani, Sa’id bin Nasser bin Muhammad al-Shahrani, Abdul Aziz bin Saleh bin Muhammad al-‘Amri y Ali bin Hadi bin Sa’id al-Qahtani, a muerte por fusilamiento.
Los siete habían sido detenidos a principios de 2006. Afirman que, durante su interrogatorio en el Departamento de investigaciones Criminales de Abha, les propinaron fuertes palizas, les negaron la comida y el agua, les impidieron dormir, los tuvieron 14 horas seguidas de pie y los obligaron a firmar «confesiones». Estuvieron tres años y medio recluidos en la prisión general de Abha antes de ser juzgados.
El Tribunal General de Abha General declaró a los siete culpables de robo a mano armada en agosto de 2009 y los condenó a muerte. El juicio duró sólo unas horas, y no tuvieron asistencia letrada ni derecho de apelación. Unos agentes de seguridad presentes en el juicio les advirtieron de que, si se retractaban de sus «confesiones», los torturarían otra vez y llevarían a familiares suyos, incluidas sus madres, a la prisión para torturarlos también delante de ellos.
Amnistía Internacional se ha dirigido hoy al Gobierno español pidiéndole que, tanto a nivel bilateral como de la Unión Europea, adopte todas las medidas necesarias para intentar parar de inmediato estas ejecuciones.
Por otra parte, la organización ha lanzado un llamamiento a través de redes sociales (Facebook y Twitter) instando al público a que contacte con la embajada de Arabia Saudí en España para pedir que se detengan las ejecuciones previstas.
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