Quiero contar la historia/relató de Andrea , aunque el nombre y la historia sea falsa. Una historia que no busca el aplauso, la pena o la compasión.
Va por todas las que consiguieron escapar y por las que no pudieron hacerlo.
Me niego a pronunciar su nombre, eso le haría parecer más humano y no se lo merece. No tenía ninguna de las cualidades para definirlo así.
Aunque sabía disimular su maldad. A Andrea le engañó hasta atraparla en una red de maltrato disfrazado de amor. Le hacía sentirse afortunada. “Quién te va a querer como te quiero yo? Tienes suerte de que te quiera… ¿Quién va a querer a alguien como tú? Y ella se lo creía.
Por eso la primera vez que le pegó sintió que se lo merecía, lo justificó y le perdonó. Igual que le creyó cuando le dijo lo mucho que se arrepentía, que le quería, que nunca más volvería a hacerlo.
Y el maltrato siguió subiendo de nivel.
Un día él llegó de trabajar y le pidió que cerrase los ojos, tenía una sorpresa para ella. Le acercó una flor a sus labios, acto seguido, y con sus ojos aún cerrados, le propinó un puñetazo que le estampó contra una mesa de vidrio. Él había buscado una excusa, un motivo para golpearla de esa manera: “Mira lo que me has hecho hacer”. Después ‘le hizo el amor’ aunque ella siguiese en un estado de sorpresa.
Fue la primera vez que la violó, aunque ella tardó AÑOS en darse cuenta de que así había sido.
Los golpes se curaban, los moratones desaparecen, la sangre dejaba de brotar… las heridas mentales aún duelen y dolerán , cicatrices perceptibles en los cambios de tiempo. Alguna vez ella intentó contárselo a sus amigos y se encontró un muro de incomprensión. “Él no era capaz de hacer algo así”, “Seguro que ella había hecho algo que le había puesto al límite”, “Ella tenía mucho carácter y no era fácil “aguantarla””, fueron sus respuestas .
Eran otros tiempos, pero los argumentos para justificar a un maltratador siguen siendo los mismos. A la gente le cuesta creer que, ese buen amigo, buen hijo, buen hermano… se transforma en un monstruo cuando no miran.
Es más fácil buscar justificaciones que asumir realidades.
Primer premio en la categoría “No a la Violencia de Género”
Alumn@: Adriana Muñoz Navas
Edad: 12 años
Colegio: Liceo Chapero
País: Guatemala
No Comment