Hace dos años, viví en una colonia donde tenía como vecinos a una familia que estaba formada por la mamá, la abuela, y cinco niñas de dos, cuatro, seis, ocho y diez años. La mamá trabajaba de empleada doméstica en otra colonia, la abuela estaba enferma de artritis por lo tanto no podía trabajar, la niña de diez años se llamaba Juana, ella cuidaba a sus hermanitas pequeñas y hacía lo poco que tenían para comer, por las tardes cuando regresaba del colegio me daba mucha tristeza porque la pequeña llamada Lulú solo se la pasaba llorando, yo le llevaba juguetes para que se entretuviera.
Un día me di cuenta que varias familias de la colonia, incluyendo a mi mamá, se pusieron de acuerdo para ayudar a estas niñas. A la abuelita María la llevaron al hospital donde aún la curan y le dan su medicina, a la pequeña Lulú y a Martita de cuatro años, las llevaron a una guardería que está cerca de la colonia, a Rosario de seis años, Petra de ocho y Juana de diez, las ayudaron creando una cuenta en el banco donde les depositan dinero cada vez que pueden para sus útiles escolares pues lograron ingresarlas a la escuela que también está cerca de la colonia.
Esta es una clara historia de lo que se vive en Guatemala y un ejemplo real de que si en nuestras comunidades reina el amor, la armonía, la alegría y permanecemos unidos, todo nos saldrá bien y el mundo será cada vez mejor.
Relato ganador de Accésit
Nombre: Cristian Javier Mauricio
Edad: 10 años
Colegio: Liceo Chapero
País: Guatemala
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