La poesía no interesa a nadie
Cuántas veces he oído lo mismo: La poesía no interesa a nadie, no vende, no la entienden… y la verdad es que cansan mucho esas apreciaciones, sobre todo, si vienen menospreciadas por otros escritores.
Cuántas veces he oído lo mismo: La poesía no interesa a nadie, no vende, no la entienden… y la verdad es que cansan mucho esas apreciaciones, sobre todo, si vienen menospreciadas por otros escritores.
Escribir sobre la importancia de la Lengua, o conjunto de signos que adopta una comunidad determinada, es algo que ya han hecho filósofos, lingüistas o antropólogos, entre otros muchos, y otros dicen que es un tema ya trillado.
Pensé que debía escribir algo sobre GALDÓS en el año en el que se han cumplido los cien años de su partida, viniéndome a la memoria una obra leída hace muchísimos años. Después de localizarla, la abrí con muchísimo cuidado pues se trataba de ejemplares de la primera edición, editados por la imprenta y litografía La Guirnalda, la editorial que le publicaba la obra a Galdós.
Escribir es un acto de creación artística donde el estado de ánimo del autor, el entorno y aspectos culturales influyen en su obra final. Arte y mente siempre vinculados.
Einstein dejó claro hace mucho que el universo y la materia que lo forma están en continua expansión y, por tanto, nada es estático, Vivir es evolucionar, la propia teoría del caos lo pone de manifiesto en su contexto más científico y cercano, y digo cercano porque en el universo, todo es polaridad, esa es la razón del equilibrio y el propio sostén de la evolución.
En estos tiempos de pandemias de exhalación repentina, aunque existieron otros, siempre en principio, se cobran miles de víctimas y tardamos, más de lo que deseamos en encontrar una salida.
Al parecer, ha venido para quedarse. Hablo del Indeseable, del odioso con nombre pomposo de coronavirus, nombre que me cuesta escribir.
“Lo que no pasa por el corazón, nace muerto”