Conciencia + corazón
En estos últimos tiempos estamos siendo bombardeados por noticias sobre casos de corrupción política y de algunas actividades de banqueros que han sido motivo de escándalo público.
En estos últimos tiempos estamos siendo bombardeados por noticias sobre casos de corrupción política y de algunas actividades de banqueros que han sido motivo de escándalo público.
Aunque no siempre las utilicemos, como seres humanos tenemos unas capacidades asombrosas. Al parecer, podemos almacenar en nuestra mente un volumen de información equivalente a 10 billones de páginas de enciclopedia, según la estimación que daba el desaparecido científico y divulgador Carl Sagan.
En relación al cambio climático y la situación medioambiental del planeta considero que en general no se está concienciado de la gravedad de la situación y que por eso no hay presión suficiente sobre los gobiernos para conseguir que se implanten medidas eficientes que provoquen un cambio radical.
Con mucha razón, se suele decir que leer nos hace libres. Aunque no son solo los libros los que pueden ampliar nuestro saber y, a través de ello, las posibilidades que tenemos de vivir más plenamente.
Muchos de los niños y niñas que vuelven justo ahora al cole ya lo tienen clarísimo: de mayores serán bomberos, médicos, deportistas y hasta superhéroes.
Un buen amigo me ha enviado la reseña de un libro titulado Lo que el dinero no puede comprar, de Michael Sandel, un catedrático estadounidense de Política y Justicia. En ella leo que este autor se ha dedicado a reunir una lista de cosas que, aunque parezca sorprendente, hoy se pueden comprar con dinero.
¿Alguna vez te han llamado ingenuo? Tengo que reconocer que, tras años hablando de “dinero y conciencia” o de “banca ética”, a mí cada vez me lo llaman menos personas, lo que quizá sea una buena señal. Pero no deja de ser una palabra que escucho de tanto en tanto y a la que, a fuerza de oír, ya le he cogido un cierto cariño.
Las personas somos capaces de discernir cuestiones sorprendentemente complejas. Por eso, no deja de sorprenderme que en ocasiones, ante lo evidente, seamos incapaces de despertar y reaccionar sin una pequeña sacudida. O no tan pequeña.
Creo que es importante decir una cosa a los jóvenes, a las personas que más pueden hacer por construir un nuevo mundo más justo.
Estoy seguro de que, como me pasa a mí, los lectores también se revuelven en su asiento cuando ven este tipo de anuncios. Me refiero a los “hágase rico en días operando con divisas, sin moverse de casa” y a las versiones similares que asoman en pantalla mientras navegamos por Internet, sin necesidad de consultar noticias de economía.