Conciencia-corazónPero todas esas personas protagonistas de esos escándalos políticos y bancarios, hace no tantos años eran unos niños y niñas encantadores que jugaban en sus casas y en los patios de los colegios, y que te los habrías comido a besos. Y yo me pregunto: ¿cómo les hemos educado para que hayan llegado a esta situación y hayan sido capaces de hacer lo que han hecho?

Para mí esta es la cuestión que hoy en día no está suficientemente sobre la mesa de debate: ¿para qué educamos? ¿Para luchar y competir entre nosotros en esta nueva selva en la que hemos convertido la sociedad? ¿O para que nos podamos desarrollar como verdaderos seres humanos capaces de ser libres, amar y desarrollar la creatividad? ¿Ya hemos renunciado a vivir y solo educamos para sobrevivir, o tendremos el coraje de recuperar las riendas de nuestra vida y poner los valores humanos en el centro de la educación?

No creo que las soluciones a los problemas y retos que el mundo actual tiene planteados puedan surgir de alguna idea genial de algún político o de algún premio nobel surgido de Harvard o de la escuela de Chicago, más bien creo que muchos de los problemas que tenemos han surgido de gente inspirada en esos centros de pensamiento. Yo soy partidario de recuperar, desarrollar y modernizar los antiguos ideales de los griegos que consideraban que la educación debía buscar el desarrollo de la Verdad, la Belleza y la Bondad.

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