Os presentamos una experiencia que puede hacerse extensiva a otras zonas, una experiencia casi pionera que no solamente potencia la biodiversidad de las áreas agrícolas, sino que además genera vínculos con la población y es capaz de fomentar la participación en el proyecto, y la concienciación acerca de su valor.

Islotes y costas en mares agrícolas: Campos de Vida

El paisaje que encontramos en los municipios de Novés y Maqueda, ubicados en la Comarca de los Castillos del Medio Tajo y pertenecientes a la provincia de Toledo, es una extensión continua de parcelas cultivadas que ya no cuentan con vegetación natural ya que muchos árboles y arbustos fueron eliminados con el propósito de ganar tierras para los cultivos y pastos.

Con el fin de conciliar la restauración ecológica con la utilización agrícola del territorio, aumentando la biodiversidad y mejorando las condiciones del ecosistema, se comenzó a aplicar en la zona una técnica innovadora, resultado de una larga investigación en el campo de la restauración ambiental de terrenos agrícolas realizada por el Departamento de Ecología de la Universidad de Alcalá. Esta técnica compara el campo agrícola con un mar, donde se crean “costas”, revegetando lindes y bordes de camino, e “islas”, plantando pequeñas manchas forestales.

Introducir árboles y arbustos en terrenos agrícolas cumple diversas funciones:

  • Diversifica el paisaje,
  • Mejora la conectividad entre los espacios,
  • Crea hábitats para la fauna y
  • Conserva el suelo, reduciendo la erosión.
  • Además, los árboles actúan como fuente de semillas.

En esta actuación, ejecutada por Acciónatura y la Fundación Internacional para la Restauración de Ecosistemas (FIRE), se ha empleado una combinación de especies autóctonas, como la encina, la coscoja o el lentisco, que son las que se adaptan mejor al medio. La reforestación y gestión de biodiversidad vegetal se complementa con acciones de conservación de fauna silvestre, como, por ejemplo, la construcción de charcas para anfibios que también sirven como abrevaderos para otros animales, y la colocación de cajas–nido para las aves.

El planteamiento trae muchos beneficios desde el punto de vista ambiental, pero también desde el punto de vista humano ya que las actuaciones se realizan con voluntarios, tanto del sector privado como del sector social. Gracias a la colaboración de Obra Social Caja Madrid, que apoyó esta iniciativa a través de su convocatoria a proyectos medioambientales, se ha conseguido un logro adicional: acercar a la naturaleza, por medio de acciones de voluntariado ambiental, a colectivos en riesgo de exclusión, dándoles un espacio y la oportunidad de opinar y actuar sobre él.

Para el desarrollo adecuado del proyecto, se cuenta con el apoyo de agricultores dispuestos a implementar en sus tierras estas medidas de restauración agroambiental. Los acuerdos firmados aseguran las actuaciones y su mantenimiento a lo largo del tiempo.

por Diana Colomina y Ana Alcázar – Acciónatura

www.accionatura.org