Aunque parezca un dato sorprendente, más del 80% de las lenguas que se hablan en todo el planeta corresponden a pueblos indígenas. En concreto, unas 5000 del total de 6000 existentes. Pero como es lógico, la desaparición y exterminio de estos pueblos indígenas, conlleva la pérdida de lenguas milenarias.
Por poner un ejemplo, la tribu akuntsu fue contactada en Brasil hace algo más de diez años. Desde entonces, fueron perseguidos y reducidos hasta una población actual de sólo seis miembros. Con la muerte de estos seis supervivientes morirá otra lengua más, pues el akuntsu sólo es hablado por este pueblo.
Al igual que los akuntsu, existen unos cien pueblos indígenas aislados más en el mundo, y sus lenguas son ahora las que están en un riesgo más serio de desaparecer.
Según declaran desde Survival: “’una lengua sólo puede vivir si su pueblo vive, y si queremos que los pueblos indígenas de hoy tengan un futuro, debemos respetar su derecho a escoger su propio modo de vida”.
El Primer Ministro de Australia pide disculpas a los aborígenes
Pocos días después de su nombramiento como Primer Ministro australiano, Kevin Rudd ha emitido un comunicado oficial mediante el cual pide disculpas a los indígenas del país, por las injusticias que han vivido a lo largo de la historia.
Este comunicado era esperado ansiosamente por varias asociaciones indígenas, que querían que el gobierno reconociese las persecuciones que han efectuado contra los aborígenes, como por ejemplo la medida que se tomó de quitarles a sus niños para que fuesen adoptados por familias blancas.
John Howard, el último Primer Ministro en Australia antes del nombramiento de Rudd, siempre evitó este asunto y nunca llegó a pedir disculpas de parte del Estado. Pero Kevin Rudd ha corregido este error y, entre otras cosas, afirmó: “este acto es un pequeño paso para hacer justicia sobre los errores del pasado”.
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Ola de violencia contra los ogiek de Kenia
De nuevo, aparece en escena la violencia injustificada contra tribus indígenas. Esta vez es Kenia el país protagonista, y la tribu ogiek la víctima. Este pueblo vive de la caza y recolección de miel en la selva de la montaña de Mau.
Desde las elecciones celebradas en enero de 2008, se estima que un millar de personas pueden haber muerto y más de 600.000 han tenido que abandonar sus casas, que fueron incendiadas. Además, varios jóvenes ogiek han recibido disparos y también se han denunciado posibles violaciones a mujeres de este pueblo.
La última muestra de violencia ha consistido en una llamada telefónica realizada a Mpoiok Kobei, uno de los líderes de esta tribu que habita en el Valle del Rift. En esa llamada anónima recibió amenazas de muerte.