El proyecto Cruz Grande contemplaba la construcción de una planta de generación termoeléctrica de 300 MW en la comuna de La Higuera, Región de Coquimbo, a pocos kilómetros de las reservas marinas Choros-Damas e Isla Chañaral, y de la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt, conocidas por albergar la mayor población de pingüino de Humboldt del mundo, colonias de delfines nariz de botella, nutrias de mar, y muchas aves y mamíferos marinos como las ballenas azules. El proyecto había entrado a tramitación ambiental el 6 de junio de 2008 y contaba con plazo hasta el 31 de marzo para responder las últimas observaciones que se le habían hecho. 

“Valoramos el retiro de este proyecto energético a carbón, sin embargo, es importante promover el desarrollo sustentable de esta zona tan postergada económicamente.  La declaración de un área marina protegida que garantice la conservación de este ecosistema tan diverso y potencie las actividades económicas de menor impacto ambiental, es la mejor forma de beneficiar a las comunidades que ahí viven”, señaló al respecto Alex Muñoz, director ejecutivo de Oceana. 

En julio del año pasado Oceana presentó a las oficinas regionales del Ministerio del Medioambiente de Coquimbo y Atacama una propuesta para crear un Área Marina Costera Protegida de Múltiples Usos en la comuna de La Higuera y comuna de Freirina. La propuesta fue fruto del trabajo que Oceana realizó con apoyo de investigadores de la Universidad Católica del Norte y del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas –Ceaza-, y de las tres expediciones científicas submarinas que la ONG realizó en el área que propone proteger.

Finalmente, Oceana llamó al gobierno a potenciar efectivamente las energías renovables no convencionales para reemplazar paulatinamente a las termoeléctricas a carbón. La organización ha alertado sobre los efectos negativos que tiene la emisión de grandes cantidades de CO2, metales pesados como el mercurio  y material particulado a la atmósfera, así como también la elevación de la temperatura del mar, producto de las descargas de las centrales termoeléctricas. Todo ello altera el funcionamiento normal de los ecosistemas marinos, provocando desequilibrios que amenazan la conservación de la biodiversidad y los diversos recursos del mar que sirven de sustento a las comunidades locales. 

“En Chile existen grandes fuentes de energías renovables como el viento y el sol que pueden usarse sin que ello signifique un alza importante en los costos de la electricidad.  Para ello es indispensable que el Gobierno promueva los cambios legales para que sean una alternativa viable, especialmente incorporar en la ley la meta del 20% de energías renovables no convencionales para el 2020”, finalizó Muñoz.

Oceana.org

El proyecto Cruz Grande contemplaba la construcción de una planta de generación termoeléctrica de 300 MW en la comuna de La Higuera, Región de Coquimbo, a pocos kilómetros de las reservas marinas Choros-Damas e Isla Chañaral, y de la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt, conocidas por albergar la mayor población de pingüino de Humboldt del mundo, colonias de delfines nariz de botella, nutrias de mar, y muchas aves y mamíferos marinos como las ballenas azules. El proyecto había entrado a tramitación ambiental el 6 de junio de 2008 y contaba con plazo hasta el 31 de marzo para responder las últimas observaciones que se le habían hecho. 

“Valoramos el retiro de este proyecto energético a carbón, sin embargo, es importante promover el desarrollo sustentable de esta zona tan postergada económicamente.  La declaración de un área marina protegida que garantice la conservación de este ecosistema tan diverso y potencie las actividades económicas de menor impacto ambiental, es la mejor forma de beneficiar a las comunidades que ahí viven”, señaló al respecto Alex Muñoz, director ejecutivo de Oceana. 

En julio del año pasado Oceana presentó a las oficinas regionales del Ministerio del Medioambiente de Coquimbo y Atacama una propuesta para crear un Área Marina Costera Protegida de Múltiples Usos en la comuna de La Higuera y comuna de Freirina. La propuesta fue fruto del trabajo que Oceana realizó con apoyo de investigadores de la Universidad Católica del Norte y del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas –Ceaza-, y de las tres expediciones científicas submarinas que la ONG realizó en el área que propone proteger.

Finalmente, Oceana llamó al gobierno a potenciar efectivamente las energías renovables no convencionales para reemplazar paulatinamente a las termoeléctricas a carbón. La organización ha alertado sobre los efectos negativos que tiene la emisión de grandes cantidades de CO2, metales pesados como el mercurio  y material particulado a la atmósfera, así como también la elevación de la temperatura del mar, producto de las descargas de las centrales termoeléctricas. Todo ello altera el funcionamiento normal de los ecosistemas marinos, provocando desequilibrios que amenazan la conservación de la biodiversidad y los diversos recursos del mar que sirven de sustento a las comunidades locales. 

“En Chile existen grandes fuentes de energías renovables como el viento y el sol que pueden usarse sin que ello signifique un alza importante en los costos de la electricidad.  Para ello es indispensable que el Gobierno promueva los cambios legales para que sean una alternativa viable, especialmente incorporar en la ley la meta del 20% de energías renovables no convencionales para el 2020”, finalizó Muñoz.

Oceana.org