Se leía:  “No reniegues… colabora!”  Un cartel con sentido humano y de proyección social.

Para mí eso es la publicidad al servicio del hombre. Es constructivo, porque aporta positivismo en lugar de destruir con el derrotismo… y es que el mal no desaparece con las críticas, sino que las aumenta.

El barco se libra del naufragio gracias a los marineros que colaboran y achican el agua, no por los que maldicen la situación. En la sociedad tendríamos que ser fuente de ánimo y decir no al pesimismo o a la indiferencia.

Y es que colaborar es aprender a imitar aquellos que fomentan soluciones con audaces labores y trabajos sociales… el comercio, la industria … con su extenuarte trabajo en hospitales y colegios y tantas profesiones… todas ellas necesitan nuestro apoyo.

Y todos los necesitamos a ellos. Todos podemos comprometernos en la promoción de estas ayudas y colaborar con ellos. O eso pienso. No hace falta que ningún político nos diga que lo hagamos. Esto sale del corazón y punto.

Orgullosa de la ciudadanía en general.